ANGEL O DEMONIO

Willard desapareció al darse cuenta de que no podía contra su enemigo dejando que el auto donde perseguía a Rashid se estrellará contra el muro de contención en aquella avenida principal esto serviría para llamar la atención de los transeúntes y así evitar que aquel monstruo los persiguiera.

Estaba furioso por haber perdido a la chiquilla y más aún porque había perdido la conexión con ella desde hacía rato con la maldición que le había lanzado.

—¡Era extraño pues esa maldición jamás le había fallado!

No puede ser que esto me esté pasando a mi, pensó en sus adentros mientras aparecía en una vieja edificación que se encontraba a espaldas del gran palacio al ser uno de los proveedores de Naím no podía irse sin recibir el pago por sus servicios, después de todo las chicas habían sido entregadas y vendidas en aquella subasta.

Naím había intercambiado esa vieja casona a cambio de unas cuantas jóvenes y Willard aceptó gustosamente, ya que así tendría un lugar seguro en dónde llegar cada vez que fuera a Dubai para hacer negocios con el rey. Era obvio que no era para nada ostentosa la casona cuándo Willard la recibió, pero con el paso de los años el fue invirtiendo poco a poco de su fortuna para embellecerla un poco y diera una mejor vista a los turistas.

Derek al no encontrar a Brenda llamó a Stitch y le pidió monitorear la ubicación de su esposa, ya que la había perdido de vista, gracias a la tecnología y a la idea de Stich de insertarles un chip bajo la piel a todos los integrantes de su clan tenía la oportunidad de encontrar la ubicación de Brenda en tiempo real.

¿Qué fue lo que pasó Derek?.

¿Estás bien?. Preguntó Stich preocupado después de lo que había pasado con Derek en la última pelea no sabían cómo iba a reaccionar en un momento de tensión como el que estaba viviendo en esos momentos.

Sí, estoy bien, solo dime dónde puedo encontrarla?.

Stitch se encontraba en su mansión cuando recibí la llamada de Derek y pudo ir a revisar las computadoras personalmente, en el radar aparecía la ubicación de cada uno de ellos y justo al otro lado del mundo se encontraba Brenda.

Derek, Brenda está en... ¡Dubai!

Se quedó sorprendido al ver la distancia que había de uno al otro como fue que la perdiste de vista, ella está al otro lado del mundo!

¿Tu padre sabe de esto?

Preguntó y sin esperar la respuesta de Derek marco el número de Viper.

No, no lo sabes Stich, él sabe que vinimos a salvar a Gabriela, pero no contaba con esto. Le dije a Brenda que no hiciera nada solo tenía que ver la ubicación de Gabriela, pero como siempre esa señorita nunca me hace caso.

Derek si sabes en qué problema se han metido?

De todos los lugares del mundo tenía que ir a parar a Dubai, en el único lugar del mundo donde tu padre no tiene ninguna autoridad con el clan de vampiros que habitan en ese lugar. Derek esos vampiros son terribles y peligrosos ellos siguen viviendo con las creencias antiguas y no valoran ni respetan la vida de cualquier ser mágico que entre en sus tierras sin su consentimiento.

—Bueno, ¿Qué ocurre Stich?

Viper, te estoy mandando una ubicación justo ahora revisa y tú dime qué es lo que piensas hacer. Dijo Stich esperando la orden de su jefe.

Viper estaba sentado viendo a Katja como buscaba en los antiguos libros de la séptima bruja el antídoto perfecto que tenía que preparar para darles de beber aquel brebaje a las chicas que había llevado Amoymon para sacarlas del estado en el que se encontraban, cuando recibió la llamada de Stitch.

Era una magia diferente a la que ella conocía y aunque intentó primero con las pociones que Diego había dejado en su mansión ninguna dio resultado.

¿Qué ocurre Viper?

Preguntó Katja al ver el rostro desencajado de Viper. Mientras leía aquellos libros. La marca que tenían aquellas chicas era una maldición es por eso que ninguno de mis antídotos ha funcionado.

Katja se movía de un lado a otro tomando pequeños frascos que contenían yerbas y diversos líquidos de colores de una estantería que tenía en la habitación de magia como Viper la había nombrado.

Estoy esperando tu respuesta Viper, ¿qué ocurre?.

Tu rostro se ha vuelto más pálido de lo normal incluso podría jurar que un mechón de tu cabello se ha tornado plateado. Dijo Katja mientras elaboraba aquella posición.

Termina tu antídoto mi amor y enseguida te diré lo ocurre. Katja asintió con la cabeza mientras le lanzaba una mirada de muerte a Viper pues no le parecía que le ocultara las cosas aunque lo perdonaría por esa vez, ya que necesitaba poner atención a lo que estaba haciendo la vida de aquellas jovencitas pendía de ella, si llegará a poner una gota de más podría acabar con sus vidas.

Esperaré a fuera mi amor, dejaré que te concentres en lo tuyo, le dijo Viper mientras le daba un beso en el cuello ese gesto solo lo hacía cuando algo le preocupaba era su forma de aclarar la mente antes de tomar una gran decisión.

Está bien mi amor todo va a estar bien. Dijo Katja y continúo con lo suyo, quería terminar lo antes posible con el antídoto para saber que era lo que le preocupaba tanto a su esposo.

Una vez que Viper salió de la habitación llamo por teléfono a Belfegor.

¿Dónde estás?

Su pregunta fue directa se olvidó de la cortesía.

Estoy en Washington en espera de mi hija. Respondió con un tono de preocupación en su voz.

¿Qué ocurre Viper?

Te acabo de mandar una ubicación no me creas mucho, pero tengo el presentimiento de que tu hija se encuentra en ese lugar, ¿y sabes qué eso significa?.

Belfegor vio aquella imagen y se dio cuenta lo lejos que estaba de recuperar a su hija.

—¡¿Cómo diablos es que ella está tan lejos si acabo de verla hace unas horas?!

¡Ese maldito!

Al llegar al palacio