Como toda chica; Jasmin sueña con encontrar un buen trabajo, conocer un hombre que se fije en ella mas allá de su apariencia y poder tener una vida feliz y amada. En busca de un mejor porvenir para si misma y su mamá, para estar más cerca de cumplir su sueño, Jasmin se ha mudado de país y ha encontrado un trabajo en una prestigiosa compañía.
Su nuevo jefe es el Sr. William Cole, es un hombre apuesto con un problema peculiar; debido a su intensidad como hombre de negocios suele parecer cortante y desagradable con sus empleados y compañeros; todo esto sin mencionar la fama que tiene de ser seductor y mujeriego. Debido a estos rumores infundados, William ha vivido gran parte de su vida sin crear confianza con nadie, esto es hasta que Jasmin llega a su vida. Durante su relación profesional, Jasmin y William descubrirán que tienen mucho en común y aprenderán muchas cosas el uno del otro.
Jasmin estará más cerca de cumplir sus sueños, y William quedará obsesionado con sus curvas...
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Salida
Han pasado largos meses desde que comencé a trabajar en la empresa del Sr. Cole. La relación entre mi jefe y yo se ha fortalecido, y a cruzado más allá, convirtiéndose en una bonita amistad, donde el respeto y la confianza ha sido el motor para que todo fluya naturalmente.
Las situaciones en la empresa han cesado, al menos entre las empleadas, exceptuando al Sr. Kyle que, aunque no me dirige palabra alguna, me mira seriamente cada vez que me ve pasar.
Erick se ha mantenido un poco distante, según él, debido al trabajo. Es muy poco el tiempo que nos vemos, ya que también tengo mis responsabilidades.
Me levanté temprano porque no pude dormir bien anoche pensando en el día de hoy con el Sr. William. Esta salida que tendremos es con el propósito de enseñarme a manejar. No es la primera vez que salgo con él, pero estoy muy nerviosa. Me ocurre lo mismo todo el tiempo. Me preparo lo más presentable posible, no quiero que vaya a verme en estas fachas. Escojo una camisa negra con volantes en el cuello y un pantalón.
—¿A dónde vas, cariño? — pregunta mi madre al verme y no me queda de otra que contarle sobre mi jefe para calmar su curiosidad.
—¡Qué jefe tan considerado! ¿Cuándo vas a presentarlo?
—No es el momento, mamá. Sería demasiado extraño hacer eso ahora.
—¿Por qué extraño? ¿No estarás ocultándome algo?
—No. ¿En qué estás pensando?
—Es extraño que un jefe se tome esas molestias con una asistente. ¿No te parece que hay algo detrás de eso?
—No digas esas cosas, haces que suene fuera de lugar.
—No te pareces en nada a mí, cariño. No tienes malicia y eres muy ingenua. No hace falta conocerlo para darme cuenta de que algo se trae contigo. Deberías tener cuidado, de cualquier malla sale un ratón.
—No confundas las cosas y tampoco hables mal del Sr. William sin conocerlo, él ha sido muy amable conmigo todos estos meses.
—Así son todos los hombres al conocer a una niña tan ingenua e inocente como tú, te lo dice esta vieja que conoce bien a los hombres.
Tocan la puerta y pensando que era mi jefe, voy a abrir. Como veo a Erick suspiro aliviada y vuelvo a la cocina.
—¿A dónde vas tan bonita, Jas? — antes de que pueda responder, mi madre se adelanta.
—Saldrá con su jefe. En cualquier momento se aparece por ahí.
—¿Es de trabajo?
—No precisamente.
—Entonces ¿por qué vas a salir con él un sábado?
—Hoy todos se empeñan en cuestionar todo lo que hago.
—Te hice una pregunta, Jas— debido a su insistencia le cuento todo.
—Si querías aprender a conducir, ¿por qué no me preguntaste a mí?
—No quería molestarte Además no sabía bien los días que estarías trabajando. Ya había hecho compromiso con él.
—¡Tú no puedes aceptar eso, Jas! — levanta la voz molesto.
—Soy una mujer adulta para aceptar o decidir las cosas por mi cuenta, Erick.
—¿No te das cuenta de sus intenciones?
—¿Qué se traen ustedes dos? — mi madre se acerca a nosotros.
—Nada, mamá.
—Haz lo que te dé la gana, Jas— sale de la casa como alma que lleva el diablo.
¿A este qué le sucede tan de repente? Siempre asume esa actitud cuando es algo relacionado a mi jefe.
Vuelven a tocar la puerta y esta vez sí se trata de mi jefe. Es extraño verlo en ropa casual, se ve tan diferente y guapo.
—Buenos días. Disculpe por haber llegado antes de tiempo, a veces soy más puntual que de costumbre y más cuando estoy ansioso.
—¿Estaba ansioso? — pregunto sorprendida.
—Sí, el tiempo estaba pasando muy lento y eso me tenía ansioso. Permítame decirle que se ve muy hermosa.
—Gracias— mis mejillas se calientan y desvío la mirada—. Usted se ve… — las palabras quedan atoradas en mi garganta, es el colmo que me suceda este tipo de cosas frente a él.
—¿Mal?
—No— agito la cabeza y sonríe.
¿Qué palabra se supone que diga? Mi cabeza quiere explotar por no saber qué palabra podía decir. No quiero sonar atrevida o algo parecido. Ver a mi madre acercarse a la puerta me pone más nerviosa, William retoma su seriedad y centra su mirada en ella. No quería que la conociera aún, pero supongo que era algo que tenía que pasar.
—Sr. William, ella es Leandra, mi madre.
—Es un placer conocerle, Sra. Leandra— ambos se dan un apretón de manos.
—El placer es todo mío. No sabía que era todo un galán el jefe de mi hija— la sonrisa coqueta que le dedica mi madre me perturba, pero no más que con la confianza que lo trata.
—Tiene una hija encantadora, tiene a quien salir.
Esto es demasiado incomodo, no sé dónde debo meter mi cara. Es la primera vez que le presento a mi madre alguien y su comportamiento ha sido fuera de lugar.
—Cuide mucho de mi hija. Le agradezco todo lo que ha estado haciendo por ella — mi madre por fin suelta la mano de William.
—Cuente con eso, Sra. Leandra.
—Vayan con cuidado.
—Fue un placer conocerle— William baja la cabeza y me mira sonriente.
—Luego regresamos, mamá— me despido dándole un beso en la mejilla.
—Tiene una madre encantadora.
—Espero no lo haya incomodado.
—Para nada, todo lo contrario, tal parece que todo está a mi favor hoy.
—¿Eso por qué?
—Porque no hay nada ni nadie que se interponga ahora.
—¿Interponer en qué?
¿Por qué tengo que ponerme tan nerviosa? Me siento como una tonta.
—En que salgamos hoy.