Tristán Firefly, es un esclavo que fue vendido a sus tres años de edad, siendo tratado de una forma cruel e inhumana. A sus ocho años continúa con esa vida, su único sueño es tener una familia propia con su pareja destinada, pidiendo una señal a su Dios. Encontrándose con ella un día después, pero tienen que separarse. Gracias a ello, vuelve a su vida normal, su amo casi lo mata y lo tira al bosque quitando toda evidencia para no ser acusado de asesinato. Todos los creen muerto ahora y con eso logra ser libre para hacer su nueva vida como quiera.
¿Logrará encontrarse de nuevo con Shahiem y ser felices juntos?
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agujero en el pecho
Su mente estaba en blanco, había perdido la cuenta de las horas que había estado inconsciente. La única cosa segura que tenía, era que seguía con vida, podía sentir su corazón, uno tras otro latido, su respiración era cortante y se le dificultaba con el frío del bosque y el clima lluvioso de la época. Habían veces en las que podía escuchar la voz de la anciana, no sabía su nombre, lo poco que sabía de ella era sus habilidades de sanación y que era familiar cercano de Ágata. No sabía a dónde lo llevaba, esperaba un milagro de su Dios para estar cerca de Corbad o el pueblo en dónde prometió estar el día siguiente.
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Se había dado la noticia de parte del millonario David Blackburn, la muerte inesperada de su esclavo Tristán, las pruebas que tenía eran escasas y poco creíbles para todos, ya que como pruebas había traído ropa rasgada y llena de su sangre. Diciendo a todo el que preguntara que había sido atacado por un lobo o algún animal salvaje. Talvez la mayoría no le creyó la historia, pero Camila sentía un agujero en su pecho, tan profundo como el mar. Eso le llevó a estar en cama ese mismo día que le había dejado ir, su ama había mandado traer a una sanadora para curarle. Ella estaba con fiebre y depresión, no quería estar en otro lado que no fuera cerca de la ropa que había guardado el aroma de su pequeño niño. Se había convertido en lo único que le hacía estar cerca de él de alguna manera. Otra vez lloró al recordarlo, habían sido solo instantes en su vida, pero para ella habían sido pequeñas luces de esperanza que le habían acercado a su sueño como nunca antes lo había estado en su vida. Alguien abrió la puerta de su habitación, no volteó a ver de quién se tratase, no le importaba si era su ama, una amiga o compañera, incluso si era un asesino. Se acercaron unas pisadas, la levantó de dónde estaba sin quitarle la ropa que traía en brazos, era una mujer que se le hacía familiar de alguna parte, pero no recordaba en dónde la había visto.
-Lo siento....¿Te conozco?...
-No lo creo, nunca me olvido de mis pacientes.-dijo con dulzura.- Soy Ágata, la única sanadora de todo el pueblo tal parece.
-Ágata...- recordó la información que habían conseguido de Tristán.- Tú...
-¿Has oído de mí?, que bueno, entonces ya sabes cómo es mi trabajo.- dijo poniendo su botiquín en la cama de su paciente.
No podía creer la suerte que tenía ese día. Al menos podía vengarse por Tristán, la mujer que se encontraba frente a ella, no solo era la única sanadora del pueblo, sino que era la sanadora personal del amo de Tristán.
-Maldita perra...
-¿Disculpe?.- eso había sido inesperado.- Perdón, creo que no oí bien.
-¡Maldita perra, te mataré!.- corrió hacía ella, tirando al piso su cuerpo completo.- TE MATARÉ AL IGUAL QUE LO HICIERON CON TRISTÁN.
Ágata no tuvo otro remedio que defenderse, golpeando su cara para desorientar a su atacante. Se levantó lo suficientemente rápido para alejarse un poco.
-No quiero problemas contigo, solo hago mi trabajo.
-No lo hiciste con él...¡Era solo un niño!.
-Lo sé, también me dolió la noticia, era un conocido muy cercano.- dijo poniéndose en guardia por si las dudas.
-¿Que pasó con él?...
-Estoy segura que el señor David lo asesinó, al menos eso planeaba cuando se enteró de lo que hizo.
-¡El no hizo nada, fueron esas idiotas las que lo hacían y lo obligaban!
Sacó una aguja que contenía un inmovilizador corporal detras de su cabello. Se acercó a Camila algo lenta y le picó la espalda antes de que pudiera hacer algo más.
-Lo hubiera detenido si hubiera tenido la oportunidad de estar ahí, pero algo que me dijo él cuando llegue fue que no viviera en el pasado ya que no me llevaría a nada, así que tenía que mirar mi presente y construir mi futuro.
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Habían llegado a un pueblo que se encontraba a cinco horas del pueblo de Azshik, Pidió una habitación cerca de la salida de ese pueblo, al parecer rentaban cabañas en el bosque de ese lugar, aseguraban que no había algo peligroso en él. Ella rentó una de ellas, decían que recientemente había rentado una madre con una niña pequeña la otra cabaña que se encontraba al lado de la suya. Eso no le importaba demasiado, solo necesitaba un sitio para descansar y poder curar al niño que lo requería con urgencia. Sabía cómo curar a un ser de luz en unos minutos, lo único que necesitaba era algo muy difícil de encontrar, escamas de dragón. Así que no era una opción que podía tomar en esos momentos. Comenzó a descargar sus cosas y puso a Tristán en una de las habitaciones para que durmiera lo más cómodo posible.
-Mañana será un día de mucho trabajo, leeré el libro para ver si dice como despertarte.- le puso una cobija caliente de lana y le dió una almohada cómoda.