En un mundo muy distinto al nuestro, en el que los seres humanos se han expandido por toda la galaxia y criaturas extrañas conviven con nosotros, vive Olivia Temple.
Su vida es perfecta, tiene un novio maravilloso y el trabajo que siempre quiso.
Pero una noche todo cambia para ella.
Alberto la deja y Olivia, despechada, se emborracha y pasa la noche con un desconocido.
Unos días después empieza a sentirse mal y, siguiendo un presentimiento, se hace una prueba de embarazo que resulta positiva.
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18
Me desperté en una cama de hospital.
La reconocí enseguida, pues he pasado mucho tiempo en estas habitaciones.
La desagradable mujer policía está sentada en un sillón, la cabeza apoyada en el puño.
Cuando nota que estoy despierta se pone rápidamente en pie.
—¡Estás despierta! — ¿por qué parecía aliviada? — Iré a buscar a la enfermera. No te muevas.
Y salió.
No tenía intención de moverme.
Me siento muy cansada.
Cierro los ojos, y estoy a punto de volver a dormirme cuando alguien me sacude.
Gruñendo, los abro y contemplo a una joven enfermera que no reconozco.
—Hola, Olivia. ¿Recuerdas dónde estás?
Asiento.
—Bien, estás en el hospital "La Paz", en Tourvel, trabajas aquí ¿cierto?
Asiento de nuevo.
—¿Recuerdas lo que ha pasado antes de desmayarte?
Lo recuerdo.
La horrible noticia de que Daniel puede quedar inválido.
Por mi culpa.
Se me llenan los ojos de lágrimas, pero me contengo y vuelvo a asentir.
—¿Recuerdas que estás en estado?
Me limito a mirarla.
—Tienes la tensión baja, supongo que por todo lo que estás pasando no te has cuidado como deberías. No te estoy culpando, te comprendo, avisaré a la agente Carter.
¿Quién demonios es la agente Carter? Mi pregunta se contesta sola cuando la agente gilipollas vuelve a entrar.
Se pone de pie a mi lado.
—Siento no haberte tomado en serio el otro día — ruedo los ojos—.
Nick me ha pedido que te proteja, se disculpa por no poder hacerlo él personalmente. Mi nombre es Victoria Carter, pero puedes llamarme Vicky.
—¿Puedo levantarme ya? — pregunto—. Quiero ver a Daniel.
—Un momento, voy a consultarlo. No tardaré nada.
Cuando se va vuelvo a cerrar los ojos.
Tengo mucho sueño.
Sólo quiero dormir.
Vicky regresa en un par de minutos.
—Puedes levantarte. ¿Necesitas ayuda?
Niego con la cabeza y me pongo de pie. Es entonces cuando me doy cuenta de que llevo una de esas estúpidas batas de hospital.
—¿Y mi ropa? — exigo molesta.
Victoria señala el armario de la sala.
—Esperaré fuera.
Me visto rápidamente y cuando salgo al pasillo Vicky se pega inmediatamente a mi lado.
—No estarás conmigo todo el tiempo ¿verdad? — pregunto. Todavía siento un poco de rabia hacia ella.
—Es mi trabajo. Sígueme, te guiaré hacia la habitación de tu novio.
—No es mi novio — aclaré —. Solo somos amigos.
Vicky me miró, como si no me creyera.
—Bien, lo que sea. Solo sígueme.
Lo hago.
Cuando llegamos a donde tienen a Daniel me congelo.
Emily está allí, sujetándole la mano y acariciándole el rubio cabello.
Una horrible opresión se apodera de mi pecho y me doy media vuelta.
—¿No querías verle? — pregunta Vicky.
—No quiero molestar — señalo hacia la linda pareja. — ¿Puedo volver a mi piso?
—Claro, por supuesto. Yo te llevo.
El viaje transcurre en silencio, y pienso cuando mi vida se ha convertido en tremendo lío.
Qué he podido hacer para merecer todo esto.
Observo que Vicky mira por el espejo retrovisor de vez en cuando.
—¿Ocurre algo? — pregunto con curiosidad.
—No, solo me aseguro de que nadie nos siga.
No le creo.
—¿Qué pasa?
Vicky me mira.
—Olivia, de verdad, no te preocupes. Solo estoy asegurándome de que nadie nos esté siguiendo.
Me resigné a creerla.
Una vez en mi piso me sorprendí al verlo todo recogido. Miré a Vicky.
—Era lo mínimo que podíamos hacer. Como disculpa por no creerte antes.
Sé lo agradezco y me encierro en mi cuarto.
Me alegro por Emily.
Enhorabuena por ella.
Espero que sean muy felices.
Agarro con fuerza las sábanas de la cama.
Quiero gritar y llorar y...
Eres estúpida Olivia.
Me acomodo en la cama, con la intención de dormir y no hacer nada más.
Pero mi móvil empieza a sonar y me aguanto las ganas de revolearlo.
Es Nick.
Supongo que anotó su número mientras yo estaba inconsciente.
—¿Qué ocurre? — pregunto.
—Hemos analizado la bala— contesta en voz baja —. Lo sospeché cuando me lo dieron, pero quería asegurarme primero.
—¿Asegurarte de qué?
—Olivia, no te separes de Victoria. Voy hacia allí enseguida.
Y me cuelga.
No entiendo nada.
Me levanto y me extraña no ver a Vicky por ningún lado.
—¿Agente Carter?
En serio, mi piso no es tan grande como para jugar al escondite con éxito.
Abro la puerta del baño y la veo.
Está en la bañera, un disparo en su frente.
Jadeo y me acerco a ella, aunque sé que es inútil.
De pronto noto un olor a vainilla y cigarrillos y lo sé.
Sé quién es quién me está acosando.
Escucho pasos y me vuelvo.
Antes de poder verle para confirmarlo noto un pinchazo en el brazo y caigo inconsciente.
Todo se oscurece.