MI PEQUEÑO ERROR

El teléfono vibró en mi mano, interrumpiendo el silencio de la oficina. El nombre que apareció en la pantalla me heló la sangre:

JEFF.

No tenía ninguna duda de que su llamada no traía buenas noticias. Con el corazón acelerado, dudé un instante antes de contestar. Sabía que cualquier cosa que dijera, cualquier error, podría ser el principio de algo mucho peor.

¿Qué quería ahora?

Respiré profundamente antes de responder, tratando de calmar el torbellino de pensamientos y emociones que me invaden. Al fin y al cabo, ya lo conocía. Sabía lo que era capaz de hacer. Y también sabía que nunca lo había dejado ir completamente.

—Hola, Alexandra… —La voz de Jeff sonó fría, más siniestra que nunca, y me hizo encogerme por dentro. Esa calma de su tono solo me decía una cosa: venía con algo aún peor y no se su estaba preparada.

Mi estómago se encogió, y la rabia comenzó a acumularse en mis venas. Era difícil mantener la compostura cuando las palabras de Jeff podían destruir todo lo que había construido. Pero lo peor de todo era que sabía que él disfrutaba de esta sensación de poder. Se alimentaba de mi miedo, de mi lucha interna.

—¿Qué quieres, Jeff? —mi voz sonó más tensa de lo que había planeado. Pero no podía evitarlo, el miedo estaba latente. Sabía que esto no era solo una conversación, eran amenazas disfrazadas de palabras amables siempre lo han sido.

Su risa llegó a través del teléfono, y fue tan cruel como siempre.

—Ah, Alexandra… Siempre tan directa. ¿No te das cuenta de que no hay forma de escapar de esto? —Una pausa, y entonces, su voz se volvió aún más baja y peligrosa—. Te estoy dando una oportunidad, ¿sabes? La oportunidad de volver a tu lugar, de regresar conmigo, al lugar donde realmente perteneces. Y tú sabes perfectamente lo que eso significa. No puedes seguir huyendo.

Sentí como si el aire se me escapara de los pulmones. Volver con él. La idea misma me revolvía el estómago. Después de todo lo que había pasado, después de haberme liberado de su control, él quería arrastrarme de nuevo.

Volver con él… al lugar donde perteneces.

El mismo lugar donde me había aniquilado emocionalmente. El mismo lugar en el que había creído que jamás podría escapar.Debi de ser más inteligente, fuí muy ingenua al creer que el me dejaría libre solo por la excusa de que me fue infiel, Eso no iba a pasar y me confíe y ahora estoy pagando las consecuencias.

—No lo haré —respondí, intentando sonar más firme de lo que me sentía en ese momento—. No voy a volver a tu lado. No quiero nada de ti, Jeff—Silencio. Y luego, su risa, ahora más cruel, más hiriente, llenó el espacio entre nosotros.

—Claro que lo harás, Alexandra. Porque sabes que no tienes otra opción. ¿Qué crees que va a pasar si te sigues negando? ¿Vas a proteger a Laura? ¿Vas a salvar a David y a Anneliese de lo que se les viene? ¿Vas a protegerlos de mí?—El tono de su voz se tornó más oscuro, como si disfrutara ver cómo mis fuerzas se desmoronaba poco a poco—. No puedes salvarlos, Alexandra. No de mí. Yo puedo destruirlos uno a uno. Y tú serás la responsable¿Eso es lo que quieres?.

Que voy a hacer, tengo que pensar con cabeza fría, él no va a volver a tener poder sobre mí, él no va a ganar, pero para que eso suceda tengo que ser inteligente, tengo que ganarle en su propio juego.

Como el muchas veces lo ha dicho,Soy su creación pero también puedo ser su destrucción.