El Protagonista En Realidad Ama A La Villana

Tanya ha estado revisando todo lo que puede, para ver si logra encontrar algo que les de una ventaja contra Petrov, pero ese hombre si ha sido cuidadoso, por lo visto les será un poco difícil sacarlo del camino y aunque los ministros confiesen, sin pruebas poco podrán hacer, Petrov es muy conocido y si lo acaban solo así, habrían represalias de sus aliados.

- deberíamos intentar con su hija, si le importa, podría cometer un error cuando la tengamos a ella.

- puede ser una buena idea, pero como podríamos quitarla del camino a ella.

- parece que su objetivo soy yo, podría fingir que su poder hace efecto de nuevo.

Tanya se le queda mirando fijamente, a lo que Alek siente un poco de escalofrío, pero sonríe, por la idea de que ella puede estar celosa, Tanya nota esa sonrisa así que deja el documento que estaba revisando y se pone de pié rodeando el escritorio hasta quedar ante Alek.

- ¿que? ¿Estas feliz porque crees que estoy celosa?

- ¿lo estas? Si es así, quiere decir que realmente te gusto.

Tanya se queda callada, pero se sienta en las piernas del chico abrazándose a su cuello.

- quien sabe, ya deberías saberlo después de lo que hemos hecho.

Alek sonríe, pero sujeta a Tanya de la nuca para atraerla y darle un beso, no piensa desaprovechar ningún momento para besarla, ya desperdicio un año y casi la pierde; Tanya estaba por desabrochar la ropa de Alek cuando escuchan la puerta abrirse, siendo Ania quien había entrado, quedando sorprendida ante la escena, pero Tanya sonríe con burla lamiendo los labios de Alek, Ania sale corriendo debido a tal escena, corrió por el palacio hasta detenerse cerca de una sala, apretando los puños, estaba furiosa, esa mujer se estaba burlando de ella.

- señorita Ania...yo...me disculpo por lo que ha visto.

- n-no, yo lo lamento por entrar así nada más.

Ania baja la mirada mostrando tristeza, casi al punto de llorar.

- ¿que la pasa? ¿Acaso dije algo malo?

- no, nada de eso, yo se que ella es su esposa y la ama, pero verlos así.

Ania levanta la mirada con esa misma expresión de tristeza sostiene la mano de Alek entre las suyas.

- vernos así...¿que sucede?

- me ha dolido el corazón, porque yo siento algo especial por usted...

- señorita Ania, no quería hacerla sentir mal, no sabía que tenía esos sentimientos.

- yo soy quien lo lamento, por sentirme así...

- no se preocupe yo...por ella...solo es falso...

Alek sostiene ambas manos de Ania mientras que ella se pega más al chico apoyando su rostro contra el pecho de Alek, notando que Tanya les observa, así que abraza a Alek y él chico hace lo mismo, Ania sonríe con burla, ante esto, Tanya se aleja de ahí. En la noche, mientras Tanya estaba en su alcoba, ya a punto de dormir, escucha que tocan a la puerta, al abrir era Alek, quien venía incluso con el cabello mojado.

- lo siento Tanya, lamento haberla abrazado, pero lo hice porque necesito que crea que tiene control sobre mi...

- ¿y vienes así solo para decirme eso? ¿Donde te metiste?

Tanya podía ver como el agua gotea de las hebras de su cabello.

- yo me bañe muy bien antes de venir, no quería tener el olor de su perfume.

La chica deja salir un suspiro y después de cerrar la puerta lo lleva hasta una silla para hacer que se siente y trae una toalla para secar su cabello.

- cielos, al menos debes secar bien tu cabello o enfermaras.

- lo siento, realmente quería verte, creí que estarías enojada.

- no, es parte del plan, pero, no te atrevas a besarla, porque ahí si, me enojo.

- no lo haré, lo prometo, la única mujer que quiero besar toda mi vida, eres tú.

Tanya se sonroja levemente ante sus palabras, Alek si que es un chico bastante romántico y sabe como hacer que su corazón salte, pero, por otra parte, se siente culpable por no decirle que ella no es la Tanya que ama, mientras más pasa tiempo, más se da cuenta, que Alek solo la amará por verse igual que Tanya. Deja la toalla para empezar a desabrochar la camisa del chico.

- hace frío, es mejor que te quites todo, esta húmedo.

- ¿eh? Si, iré a cambiarme...

- no dije que te tendrías que poner otra ropa, al menos no en toda la noche.

- Tanya, no he venido por eso...

- lo se, pero yo quiero que te quedes para eso...

Alek sonríe y carga a Tanya de la cintura, ella le rodea el cuello, para iniciar con un apasionante beso, mientras se dirigen a la cama.