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El Alfa Quiere Redimirse

El Alfa Quiere Redimirse

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Posesivo / Omegaverse / ABO / Fantasía LGBT
Popularitas:15.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Alexa_san❣

—Divorciémonos.
La voz de Alessio Albrecht cortó el silencio como un bisturí, precisa y sin emociones. Ni siquiera se dignó a mirar al hombre que había sido su esposo durante ocho largos años. Frente a él, Enzo Volkov entrecerró los ojos, cruzándose de brazos con frialdad.
—¿Quieres separarte mi ahora?
Ocho años atrás, Alessio, quien no era el verdadero villano. Solo era un hombre que despertó atrapado en el cuerpo del antagonista de una novela BL escrita por su compañera de oficina. En ese mundo ficticio, su personaje era cruel, obsesivo y dispuesto a cualquier cosa para separar al protagonista de su verdadero amor.
Se enamoró de Enzo Volkov y lo obligo a comprometerse y contraer matrimonio con él. Finalmente, después de 8 años, su amor no fue correspondido, Y así, un día, harto del eco de su propia culpa y su amor no fue correspondido, solicitó el divorcio.
Un día sucedió un accidente. Un segundo de descuido. Un camión. Y entonces, la segunda oportunidad.

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20

Desde afuera, el silencio era casi inquietante. Ni un solo ruido provenía del interior del departamento. Alessio sacó la llave de su bolsillo y la insertó con cuidado en la cerradura. Un suave "click" anunció que la puerta estaba abierta. Antes de cruzar el umbral, se volvió hacia Enzo y lo miró con nerviosismo. Enzo respondió con un leve asentimiento.

Alessio inhaló hondo, como si con ello pudiera calmar la tensión que lo recorría, y entró con pasos sigilosos. La luz cálida de la sala lo recibió, iluminando una escena que no esperaba. Una mesa perfectamente decorada con platos, velas encendidas y pétalos de rosa esparcidos con delicadeza alrededor. El contraste entre el ambiente romántico y el vacío de la habitación hizo que su piel se erizara. Observó los alrededores en silencio. No parecía haber nadie. Entonces, con movimientos precisos, le indicó a Enzo que fuera a revisar la cocina con un gesto de cabeza, y luego señaló que él iría al dormitorio. Enzo no discutió; simplemente asintió con resignación antes de separarse.

Alessio avanzó hacia la habitación de Artem. La puerta estaba cerrada. Giró lentamente el picaporte y la abrió.

La oscuridad lo recibió, rota solo por una línea de velas que formaban un camino hasta la cama, sobre la cual también descansaban pétalos. Cada paso que daba lo hacía con cautela, el ambiente lo ponía cada vez más tenso.

De pronto, una voz sonó en la penumbra.

—Tú no eres mi Artem…

Alessio giró bruscamente hacia el origen de la voz, apenas alcanzando a ver cómo un chico se le acercaba, empuñando una lámpara de cerámica con firmeza. Instintivamente, Alessio alzó el brazo y logró sujetar al intruso justo antes de que lo golpeara.

Comenzó un forcejeo torpe y desordenado. Ambos luchaban por el control del objeto hasta que, sin equilibrio, cayeron juntos al suelo. El golpe fue seco. La lámpara se le escapó de las manos al desconocido y cayó justo al lado del rostro de Alessio, estrellándose contra el piso en mil pedazos. Uno de los fragmentos salió disparado, rozando la mejilla de Alessio con filo suficiente como para dejar un corte delgado. El ardor fue inmediato. Aun en el suelo, Alessio levantó la mirada, respirando con agitación, mientras el chico, igualmente sorprendido, lo miraba con ojos abiertos por el pánico.

El chico pareció calmarse por un instante, su respiración agitada estabilizándose, pero fue una ilusión fugaz. Con una mirada tensa, sus dedos se cerraron en torno a uno de los fragmentos más afilados de la lámpara rota. Sin vacilar, se abalanzó sobre Alessio, montándose sobre él con el filo en alto.  Alessio alzó los brazos, bloqueando el primer intento de ataque. El forcejeo se reanudó con más violencia, los cuerpos tensos, respiraciones agitadas chocando entre sí. El desconocido presionaba con fuerza, tratando de clavar el trozo de cerámica, mientras Alessio resistía, conteniendo el ataque con ambas manos.

—¿Quién demonios eres? ¿Dónde está Artem? — soltó el chico entre dientes, con la voz temblorosa, como si su autocontrol colgara de un hilo.

Alessio, jadeante y aun resistiendo la presión, sonrió de lado con ironía.

—Está en mi casa —respondió con un tono que solo pareció romper lo poco de cordura que le quedaba al otro.

Como si aquellas palabras hubieran desencadenado algo dentro de él, el desconocido giró bruscamente la muñeca, apuntando con el fragmento directo al rostro de Alessio. Sorprendido por la rapidez, Alessio apenas alcanzó a cubrirse, alzando el brazo sobre su cara. El trozo de cerámica se incrustó en su piel, arrancándole un quejido áspero de dolor, mientras su mirada, por instinto, se desvió hacia la puerta.

Allí estaba Enzo, paralizado apenas un segundo por la escena brutal, observó la escena con el rostro helado de conmoción. Luego, como si algo estallara dentro de él, corrió con furia desatada hacia el atacante.

—¡¿Qué demonios estás haciendo, Artur Villin?! —gritó con furia al identificar al agresor, mientras lanzaba una patada certera directamente a las costillas del alfa.

El impacto fue brutal. El cuerpo de Artur se dobló por el golpe antes de ser lanzado hacia un costado, rodando por el suelo. Enzo se lanzó a paso rápido hacia donde yacía Alessio y sus ojos se encendieron en furia.

Alessio, con la respiración agitada y la vista nublada por el ardor en su brazo, y los dedos manchados de sangre, presionó con torpeza la herida en su brazo. El dolor era agudo, punzante, pero su atención estaba fija en otra cosa. Entrecerrando los ojos, miró al chico que, tambaleante, se incorporaba sujetándose el costado.

—¿Artur Villin...? ¿Lo conoces? —preguntó con voz ronca, el rostro contraído por el dolor.

Enzo, que se había colocado frente a él en postura defensiva, sin apartar la vista del alfa herido, asintió con un leve movimiento.

—Sí. Trabaja en la misma empresa. Es parte del equipo de Artem —explicó con el ceño fruncido—. Él y yo no somos cercanos, pero sé que es un alfa. Un tipo inestable, según dicen.

Los ojos de Alessio volvieron a Artur, que apenas se mantenía en pie, tambaleante, pero con una determinación enfermiza en la mirada.

—Debemos llamar a la policía. Esto se salió de control. —murmuró Alessio, casi como un susurro, mientras tanteaba el bolsillo buscando su teléfono.

Pero antes de que Enzo pudiera responder, Artur se lanzó hacia ellos con un grito desgarrado.

—¡No! ¡No voy a dejar que me lo quiten! ¡Artem es mío!

El alfa se abalanzó contra Enzo como un animal herido y desesperado, Enzo, quien no se molestó en esquivarlo. Su reacción fue directa y brutal. Lo atrapó en el aire y lo estrelló contra el suelo con fuerza, y sin darle tiempo a moverse, comenzó a patearlo con violencia contenida.

Una, dos, tres veces.

Los golpes eran secos, cada uno más fuerte que el anterior. La sangre empezó a marcar el suelo, a manchar la camisa de Enzo. El rostro de Artur se desfiguraba bajo el castigo.

Alessio, aún aturdido por lo que acababa de ocurrir, se incorporó lo más rápido que su cuerpo le permitió y corrió hacia Enzo.

—¡Basta! ¡Vas a matarlo a este paso! —exclamó alarmado, al ver cómo la sangre comenzaba a manchar el rostro y la ropa de Artur.

El corazón de Alessio latía con fuerza, no solo por el temor a lo que estaba viendo, sino por la opresiva oleada de feromonas agresivas que Enzo estaba liberando sin control y su rostro estaba cubierto por una expresión oscura, implacable. Le faltaba el aire, el ambiente estaba denso, casi irrespirable.

Alessio se tambaleó, sorprendido. Jamás había sentido tal intensidad viniendo de Enzo. Y eso lo preocupó aún más. No entendía de dónde venía tanta rabia. Artem no estaba allí. No estaba herido. ¿Entonces por qué…?  Con los labios apretados y un nudo en el estómago, gritó con más fuerza.

—¡Enzo! ¡Detente ya! ¡Si sigues así, vas a matarlo! ¡No vale la pena! —acercándose rápidamente.

La voz de Alessio resonó como un eco en la habitación. Enzo se quedó quieto un segundo, con el pie aún alzado, respirando con violencia, el pecho subiendo y bajando.

Luego giró lentamente el rostro hacia Alessio, sus ojos encendidos por una rabia fría y amarga.

—Eso es exactamente lo que quiero hacer… Matar a este maldito bastardo. —murmuró con voz rasposa, grave, como si se hubiese perdido dentro de su propio odio.

—No… —susurró Alessio, la voz casi perdida entre el espeso aire cargado de tensión.

Enzo, con la mirada fija en el cuerpo ensangrentado de Artur, respondió sin volverse.

—Entonces, no intentes detenerme.

Y sin más, alzó la pierna y volvió a descargar una patada brutal contra el alfa inconsciente. El golpe resonó en la habitación como un eco salvaje, y el cuerpo de Artur se sacudió por inercia. Alessio, sin pensarlo, se lanzó hacia Enzo, tomándolo del brazo con fuerza para detenerlo, pero un agudo dolor lo atravesó como una descarga eléctrica. Tropezó hacia atrás, soltando un jadeo lastimero antes de caer al suelo.

—¡Ah…! —soltó, encogiéndose mientras se sujetaba el brazo con la otra mano. Su rostro se contrajo por el dolor.

Enzo, al escuchar sus quejidos, se giró bruscamente.

La furia en sus ojos se desvaneció de golpe al ver a Alessio en el suelo, encorvado sobre sí mismo. Pero lo que realmente lo heló, fue la sangre que corría por el brazo de Alessio, manchándole los dedos y goteando en el piso.

—¡Alessio! —gritó, arrodillándose rápidamente a su lado—. ¡Mierda, estás sangrando!

Alessio se llevó una mano temblorosa a la cabeza. El entorno le daba vueltas, pero aun así forzó una sonrisa débil.

—Estoy bien… no es grave —murmuró, aunque el tono le temblaba y el dolor seguía allí, latente. La herida no era profunda… pero tampoco era algo que pudieran ignorar.

Enzo negó con la cabeza, los ojos llenos de culpa, su respiración irregular.

—Aless… yo debí protegerte mejor… —susurró con voz quebrada, sin atreverse a mirarlo directamente.

Alessio lo observó, desconcertado, con el ceño ligeramente fruncido.

—¿Qué? —musitó, sin comprender del todo.

Enzo apretó los labios, como si contuviera algo que no debía salir. Luego lo miró a los ojos. Los suyos estaban húmedos, brillando bajo la luz tenue, y sus manos temblaban al intentar tomar con cuidado el brazo herido de Alessio.

—Yo… lo siento, Aless… lo siento tanto… —soltó al fin la voz, apenas un murmullo.

Alessio fijó la vista en los ojos de Enzo, que temblaban tanto como sus manos. Estaban enrojecidos, brillosos, llenos de un torbellino que no lograba descifrar. Era la primera vez que veía a Enzo así.

—¡Hermano!

La voz de Artem irrumpió en la tensión como un rayo, haciendo que tanto Enzo como Alessio voltearan de inmediato hacia la puerta. Artem se encontraba allí, de pie, en el umbral, con los ojos bien abiertos y el rostro marcado por la sorpresa.

Alessio entrecerró los ojos, confundido. No debía estar aquí.

—¿Qué haces aquí? —preguntó con la voz aún algo tensa, pero sin dureza.

Artem avanzó un par de pasos, como si dudara de que la escena frente a él fuera real.

—Estaba preocupado por ti, hermano. No respondías mis llamadas, y vine enseguida —explicó con rapidez, antes de que su mirada se desviara hacia el cuerpo en el suelo. Y luego regresó al rostro de su hermano, para detenerse con horror en su brazo herido.

—¡Hermano, tu brazo! —preguntó, horrorizado.

Alessio sacudió levemente la cabeza.

—No te preocupes, no es tan grave —dijo, tratando de sonar firme, aunque su tono estaba teñido de cansancio.

—Tenemos que ir a un hospital —insistió Artem, dando un paso más, la voz cargada de preocupación.

Pero Alessio negó suavemente con la cabeza.

—No… antes tenemos que entregar al acosador a las autoridades —dijo con firmeza, señalando al alfa inconsciente en el suelo. Su rostro, cubierto de sangre, era casi irreconocible.

Artem dudó un instante, pero asintió. Sacó su celular del bolsillo y salió rápidamente de la habitación, marcando un número.

Alessio soltó un suspiro y, con esfuerzo, se puso de pie. Caminó tambaleante hacia el baño, y al poco regresó con un botiquín de primeros auxilios entre las manos. Se sentó en el borde de la cama y comenzó a sacar gasas, vendas y desinfectante.

Enzo, que había permanecido en silencio, se sentó a su lado. Tomó una de las vendas con manos aún temblorosas.

—Déjame ayudarte… —dijo en voz baja, sin atreverse a mirarlo directamente.

Alessio lo miró de reojo. A pesar de haber sido él quien había recibido el corte del alfa, Enzo tenía el rostro pálido, como si toda la adrenalina se le hubiese drenado del cuerpo. Su expresión era tensa, el ceño fruncido, la mirada baja. Soltó un suspiró y, sin decir nada, comenzó a arremangarse la camisa con lentitud. El tejido se había pegado a la herida, y al moverlo, un quejido involuntario escapó de sus labios.

Enzo apretó la venda con fuerza, como conteniendo algo dentro de sí. Luego comenzó a limpiar la sangre con movimientos suaves pero decididos, como si eso fuera lo único que podía hacer para remediar el caos que había estallado minutos antes.

1
Lluvia lunar
el trasmigro al cuerpo del hermano del prota y se enamoro de el otro prota asiendo que se separa del el hermano .
la pregunta es el es el de la novela cundo hizo que se separen o era el hermano original el que hizo que se separen ?
Elvira Vega
alguien mas piensa que Alessio no es el unico que tuvo una regrecion lo digo por el comportamiento de Enzo a hora y ese miedo de volver a perderlo
Maru19 Sevilla
Me quedo con ganas de más capitulos, gracias por actualizar /Good/
Maru19 Sevilla
Se ve a desenmascarar Artem
Yansuk*
Muchas gracias por los capítulos 😘
Cherry Blue Sound~
me está desagradando este hermano
Cherry Blue Sound~
pensar que comencé a leer esto un 17 de agosto skshs/Doge/
vicky bw
Por que eres tan coqueto Enzo /CoolGuy/
Yansuk*
Enzo regreso igual que el, mi pregunta como rayos terminaron así porque enzo no estaba enamorado de artem.
Yansuk*
Enzo regreso igual que el, mi pregunta como rayos terminaron así porque enzo no estaba enamorado de artem.
Maru19 Sevilla
Que habrá pasado que Enzo ahora lo quiere /Slight/
vicky bw
Oh quiere hablar de amores, hablemos de amores
vicky bw
Me está poniendo muy nerviosa el norteño, que pasó no escuchás que te está diciendo que no es cierto, si no siquiera eres capaz de creer en sus palabras de qué tanto te quejas
✿~Celeste~✿
Aaaa bueno andamos sacando los trapos sucios jjajajja
moon_jabami03
Es una historia muy buena..todo se lleva con calma se profundiza al personaje y sus motivos...en general muy bien ¡me encantó!
YOONMIN 💜
ja le atiné, está enamorado de Alessio 😍
YOONMIN 💜
aquí si creo que Artem esté enamorado de Alessio,,,,
Maru19 Sevilla
Cómo manojo de rábanos todos juntos jajaja
✿~Celeste~✿
~Esos celos que me matan~
✿~Celeste~✿
Quede loca el capítulo pa locooo
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