Presencia Maligna

La policía dejó de buscar a Gloria, ella se había hecho ojo de hormiga. Aunque quedaba abierto el expediente "por si acaso".

Al día siguiente, Irina se dio cuenta de que Shanan no había dormido en su cuarto. Ella la fue a buscar para que desayunaran juntas.

Pero Shanan no se encontraba, "debe de andar en la cocina", se dijo y se dirigió ahí.

Pero no, Shanan no se encontraba en la casa, además la cama estaba hecha, lo que indicaba que Shanan no había dormido ahí.

"Ay, Shanan, y ahora, ¿dónde estás?", se preguntó.

Le habló por teléfono a Mateo, pensando que tal vez se había levantado más temprano y se había ido al hospital.

Hola, amor, ¿qué haces despierta tan temprano?

Hola, Shanan no durmió aquí, ¿sabes dónde puede estar?

No tengo idea, yo apenas estoy en el desayuno.

Tengo miedo que le pueda pasar algo.

Seguro fue a correr, ella lo hace de vez en cuando.

Sí, pero es muy temprano.

Está bien, te espero acá en el hospital, al rato vemos eso tú, tranquila.

Más tarde, Irina y Mateo fueron a hablar con el doctor Jesús Moro.

¿Cómo que desapareció?, preguntó asombrado el doctor.

No llegó a dormir, eso quiere decir que pasó toda la noche afuera, pero, ¿dónde?, dijo Irina.

Tal vez se encontró un galán y se fue se quedó con él, dijo Mateo a manera de broma.

Por favor, Mateo, no estamos para bromas.

Perdón.

No podemos ir a la policía porque nos va a decir que no han pasado 48 horas.

¿Entonces?, preguntó Irina, ¿vamos a esperar a que regrese o qué?

No nos queda de otra, amor, tal vez decidió ir de paseo a alguna cabaña, no sé.

Sabes bien que ella no le gusta viajar sola a ninguna cabaña, a esa casona fue porque la señora le iba a pagar muy bien, pero iba con miedo.

No entren en pánico, dijo el doctor Jesús Moro. Esperaremos a que regrese y si no regresa en el tiempo prudente iremos a la policía, ¿está bien?

Ambos asintieron, pero no estaba muy seguros de lo que podría pasarle a su amiga Shanan.

Sin embargo, Irina no estaba tranquila pensando en su amiga.

"Dios que no le pase nada a Shanan, por favor".

Siguió atendiendo a los pacientes, pero la preocupación no se le quitaba de su cara.

El día transcurrió sin que Shanan diera señales de vida.

Irina decidió ir a la policía.

Amor, aún no es tiempo, la policía no moverá un dedo hasta que hayan pasado las 48 horas reglamentarias.

Yo no puedo quedarme de brazos cruzados mientras que mi amiga está desaparecida.

Tal vez esté disfrutando la vida. Dejemos que sea feliz.

Amor, yo conozco bien a Shanan, ella no es de esas mujeres que van por ahí disfrutando de la vida. Ella ama su trabajo. Ama a los niños. Jamás los abandonaría. Yo creo que alguien la secuestró y tal vez sea esa Gloria.

Una llamada los sacó de su conversación.

Permíteme, Mateo contestó. Bueno, ¿quién habla?

Buenas tardes, hablo de aquí de la delegación de policía para decirle que encontramos el auto de la señorita Shanan en medio de la calle, abandonado.

¿Cómo dice? ¿Y estás seguro que es de ella?

Nosotros hemos registrado el coche y estaba el bolso de mano de ella ahí vienen todos sus datos.

Gracias, oficial, en este momento salimos para allá.

¿Qué pasa Mateo?, ¿quién era?

De la policía, que encontraron el coche de Shanan.

¿Ves? Te digo que la han secuestrado.

Iremos inmediatamente, y ahora sí creo que la policía va a tomar cartas.

Ambos personajes salieron del hospital con el permiso del director.

Y a última instancia decidió acompañarlos.

Esperen, voy con ustedes, dijo.

Los doctores de guardia quedaron al pendiente del hospital.

En menos de una hora ya estaban todos en la delegación de policía.

El policía le dio las pertenencias de Shanan a Irina.

¿Qué saben ustedes de esto?, preguntó el oficial mayor.

Nosotros creemos que Shanan fue secuestrada.

Y, ¿de quién sospecha?, preguntó al oficial.

De la señora Gloria, tal vez ella haya regresado para vengarse.

Me parece muy lógico, dijo el oficial, pero ella está desaparecida.

¿Desde cuándo no ven a la señorita Shanan?, preguntó al oficial.

Desde ayer cuando salía del hospital. Ella salió temprano y después no la he vuelto a ver.

Iniciaremos una búsqueda, no es normal que alguien abandone un carro en medio de la carretera.

Enseguida dio la orden a varios de sus súbditos.

Ellos se pusieron de acuerdo y empezaron una investigación.

Pueden irse a su casa, en cuanto tengamos noticias les informamos.

Gracias, oficial.

No se preocupen, la buscaremos.

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Irina estaba muy preocupada por su amiga, estaba segura que la señora Gloria no la trataría nada bien.

Mateo se dio cuenta de su preocupación y trataba de calmarla.

Cálmate, Irina, la policía se encargará de todo.

¿Tú sabes de lo que es capaz esa señora?, si mantuvo a un niño en coma, ¿qué más podría hacer?

Te entiendo, amor, pero no pensemos en eso.

¿En qué más puedo pensar?, es mi amiga de siempre no puedo evitar estar preocupada por ella.

Por favor, amor, deja que la policía se haga cargo de todo esperemos que no le pase nada.

Irina ya no dijo nada y pidió que la llevara a su casa.

Mateo la llevó a su casa prometiéndole que estaría al pendiente de las investigaciones.

En su casa Irina caminaba para allá y para acá, no podía estarse quieta.

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Shanan pronto se dio cuenta de que no era la única persona que estaba encerrada en esa casa.

Mínimo, calculó que por lo menos habría tres personas más.

En esa casa por lo menos había más luz que en la otra.

Shanan trataba de abrir la puerta. No pudo, fue a checar la ventana, había por lo menos tres pisos. Si saltaba por ahí, seguramente, se fracturaría las piernas.

Pacientemente, empezó a checar todo el cuarto.

Al meterse al armario vio que había una puerta casi imperceptible.

Para ella eso era problema porque tenía una buena vista.

Conocía muy bien ese tipo de casas, sabía que siempre había pasadizos secretos y laberintos.

Tal vez haya encontrado uno.

Sin pensarlo dos veces abrió la puerta y entró por ese pasadizo medio oscuro, solo iluminado por las lámparas que irradiaban una luz muy tenue.

Iba muy concentrada caminando por ahí cuando de pronto, alguien la pescó por atrás y le tapó la boca.