(+ 18 ) Alessandra, es la amada hija del gran empresario Alessandro Sandoval.
Ella hasta los 18 años vivió en burbuja, escondida del mundo real y en una vida de cuento de hadas.
Pero un día se entera que ha vivido en una mentira, se da cuenta que para enfrentar la vida, debe ser fuerte y hacer cosas que jamás imaginó, como cumplir con la voluntad de su Padre, que le pide casarse con su mejor amigo.
Ella cree que será un matrimonio ficticio, pero su deseo por el mejor amigo de su Padre, la hará empezar un juego de seducción inocente, que hará enloquecer a Nicolás su distinguido esposo, y desencadenará una pasion tan desmedida que no podrá ser controlada.
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14- Nuevos amigos...
(Alessandra)
Tener la Compañía de mis Padres ha sido grandioso, han sido dos semanas mágicas, compramos muchas cosas, sabanas, toallas, muchas cosas de uso personal y una despensa de comida para los días que estuvimos, algunas cosas de largo vencimiento para mí.
Papá también me compró un auto, ya tenía vehículos a mi disposición, pero es el primer automóvil a mí, nombre; y lo mejor es que dejó que escogiera a mi gusto, así que tengo un Mercedes muy lindo.
En el apartamento, decidí no cambiar mucho la decoración, lo único que puse es un poco de color con cogines y listo.
Todo está perfecto, y más lindo aún cuando descubrí que el ático del edificio, está hecho un hermoso jardín y con una piscina privada, y es parte de mi apartamento, eso es porque el Vejestorio amigo de Papá, no solo es dueño del apartamento, es dueño de todo el edificio.
Eso hizo que las dos semanas que han pasado de nuestras vacaciones; sean más agradables, aunque debo confesar que hay algo que no está bien y mi Madre también lo ha notado.
Y es que Papá por momentos se queda muy callado, Yo lo he notado hasta pálido, le he preguntado si está bien, y me dice que es un leve dolor de cabeza, pero el nos dice que con una aspirina se le calma.
Puede ser que algo le estrese, o le preocupe, Papá ha tenido que dejar su empresa por dedicarnos estás tres semanas, y quizá algo de eso le cause estrés, es entendible pues tiene muchas responsabilidades, pero agradezco tanto que nos dedique su tiempo, yo lo estoy consintiendo mucho y no digamos mi Madre.
Me parece tan maravilloso verlos así tan enamorados, conversan como si no existe un mañana, Papá la mira a Ella, con unos ojos de amor que impresiona; le ayuda a concinar, está pegado a Ella todo el tiempo, besandola, oliendo su cabello, metido en su cuello respirando profundo...
Y de repente, lo he sorprendido diciéndole a Mamá en secreto, que quiere ir a la habitación, Ella con complicidad le dice en voz alta, "Cielo quiero descansar un poco, me acompañas", Papá se levanta sin poder disimular su felicidad, con una sonrisa que contagia.
Yo al oírlos, me hago la ignorante, o les digo que iré a la piscina, porque sé que ellos necesitan espacio.
Sé que se aman intensamente y quieren demostrarse su amor, y Yo estoy feliz por eso.
Me parece tan gracioso, ver a Mamá salir a tomar agua con su cabello alborotado y luego a Papá con una sonrisa que no le cabe en su rostro.
Siempre me ha parecido que son unos enamorados locos por ellos.
Pero ahora es como si están de luna de miel, jamás había visto a Papa tan intenso, tan detallista, no solo con Mamá, sino conmigo también.
Jamás me había aconsejado tanto, ni me había instruido para tomar las riendas de su empresa, en el momento indicado.
Creo que es porque está orgulloso que seré una economista como El.
Y que logré estar en la misma facultad que Él estudió, porque heredé su inteligencia.
Siempre me había dicho lo orgulloso que está de mí, y lo mucho que me ama, pero ahora es como exagerado.
Ya dejamos todo listo, para mi ingreso a la Universidad, lo malo de eso es que Ellos se regresarán y Yo quedaré extrañándolos.
Pero nos falta una semana, para disfrutarnos, y vamos en camino para la playa.
Papá va feliz, Él va de copiloto, y Yo voy conduciendo mi auto nuevo.
Él quiso que lo hiciera así, para que yo tome experiencia, Yo desde hace dos años sé conducir, Papá me enseñó y luego fuí a la escuela de manejo, para obtener mi permiso, pero Él nunca me había querido comprar un carro propio, hasta ahora, siempre me decía tienes chófer y vehículos a disposición, no necesitas un carro.
Pero ahora, lo hizo y estoy feliz por eso.
Una hora después, llegamos a una hermosa playa privada y me encanta, pues no soy de estár en medio del gentío.
Creo que es por eso que no me gustan las fiestas, ni las discotecas, ni ir a bailar, y nada que se le parezca.
Para mi, la diversión consiste en disfrutar de mi familia y amigos, caminar por la playa, escalar una montana, ir a patinar ya sea en el hielo o en patinaje normal, ver una buena película y comer, me encanta comer delicioso, odio la comida rapida, o las frituras, a mi me gusta, la comida casera, o de un buen restaurante gurmet, donde sirvan, un buen filete de carne asada o una buena pasta.
Eso sí hago pilates disciplinadamente, para ponerme en forma y quemar las calorías que ingiero, aunque agradezco por mi genética, tengo un cuerpo tan hermoso, que hasta yo misma me encantó.
Así que los trajes de baño me quedan perfectos, y esta semana los luciré mucho...
Ya acomodados en el hotel, le dije a mis Padres que saldría a caminar un momento, a Papá le pareció una excelente idea, solo me pidió que no me alejé mucho del lugar.
Voy caminando, cuando de repente, volteo hacía el mar y hay unos muchachos en sus tablas de surf.
Me quedo viendo por un momento, pues me parece un deporte muy divertido.
Paso viendo la manera en la que se divierten y uno de Ellos voltea a verme y me sonríe.
Yo sigo caminando, ya sin voltear, hasta que de repente veo y a mi lado, camina el joven de hace un momento.
—Hola.—Me dice sonriente, es un muchacho de unos 21 años muy guapo y de piel bronceada.
—Hola.—Le respondo y le sonrío también.
—Te vi caminar sola, y pensé que quizá me permitas acompañarte.
Y para que no me vayas a decir, que no caminas con desconocidos, me voy a identificar.
Soy Edwin Garcia, soy mexicano pero vivo en este estado, estoy por empezar mi tercer año de Derecho en Princeton.
Y ahora vacacionándo con mis mejores amigos, Eliel y Laura, estamos aprovechando las olas del momento.
Quieres unirte a nosotros, te podemos enseñar a surfear, te puedo prestar mi tabla, créeme que es muy divertido.—Me dice y realmente me parece un muchacho muy agradable, pero no creo poder surfear.
—Gracias Edwin, si se ve divertido, pero nunca lo he hecho y no ando la ropa adecuada.—Le digo y lo veo verme a los ojos con fijesa.
—Pues tienes cara de que aprendes rápido, ya te dije te puedo enseñar, como le estamos enseñando a Laura.
Sé que te gustará el surf.
Solo te quiero pedir un favor...
Ya dime de dónde eres y cuál es tu nombre, o tendré que ponerte uno.—Me dice riendose de forma coqueta.
—No, no me gustan los sobrenombres, me llamó Alessandra y soy de New York, y la verdad si aprendo rápido, pero como ya te dije, no tengo la ropa adecuada.—Le digo al joven de ojos cafes.
—Entonces, ven por lo menos acompáñame a ver a mis amigos.—Me dice y señala a la pareja de surfistas, pero la chica no parece ser muy buena.
Nos quedamos allí, viendo como la tiran las olas, y aplaudiéndoles cuando logra domar una; hasta que después de varios minutos los amigos de Edwin salen riéndose y comentando.
—Ey, que genial amigos, Laura ya casi te vuelves experta.
Miren, les presento a mi nueva amiga, Alessandra.
Alessandra, Ella es Laura Rodríguez y El es mi mejor amigo, Eliel Grecco...