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Una Reencarnación Tranquila

Una Reencarnación Tranquila

Status: En proceso
Genre:Magia / Malentendidos / Reencarnación / Mundo mágico / Apocalipsis
Popularitas:1k
Nilai: 5
nombre de autor: Aly25

Su muerte no es un final, sino un nacimiento. zero despierta en un cuerpo nuevo, en un mundo diferente: un mundo donde la paz y la tranquilidad reinan.
¿pero en realidad será una reencarnación tranquila?

NovelToon tiene autorización de Aly25 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Nueva vida pt.1

La oscuridad se rompió por una tenue luz cuando sus párpados temblorosos se empezaron a agitar.

Leo abrió los ojos lentamente, casi pareciendo temeroso del mundo..

Habían pasado aproximadamente dos semanas desde que nació, pero ser un bebé hacía que el tiempo se sintiera de forma tan diferente.

Él sintió que habían pasado años, como si todo lo que había experimentado fuera una eternidad comprimida en una fracción de tiempo.

Todo el tiempo solo se la había pasado durmiendo, comiendo, usando el pañal y el proceso se repite.

La oscuridad se rompió por una tenue luz cuando sus párpados temblorosos se abrieron lentamente.

Todo era borroso.

Las sombras se movían a su alrededor como si tuvieran vida propia, pero no lograba distinguirlas con claridad.

Solo veía manchas de colores, formas indefinidas que se desplazaban ante él.

De vez en cuando, un destello de luz pasaba por su campo de visión, iluminando las formas de la habitación, pero nada más.

Un suave shh shh resonó en el aire, la voz familiar de su madre.

La escuchaba, aunque no entendía sus palabras.

Todo parecía distante, como si viniera de un lugar muy lejano.

Leo intentó enfocar su vista, sus pequeños ojitos se movieron, pero la visión seguía borrosa, como si el mundo entero estuviera sumido en una niebla suave y etérea.

Intentó mover las manitas, pero sus brazos todavía no respondían con la coordinación que quería.

Aun así, comenzó a hacer pequeños movimientos, como si se estuviera preparando para explorar ese mundo que apenas podía ver.

El sonido cercano de pasos suaves hizo que su cuerpo se tensara.

Un susurro cálido acarició su oído.

—Hola, bebé. ¿Cómo te sientes hoy? —dijo su madre con una sonrisa llena de ternura, aunque para Leo todo lo que podía hacer era enfocarse en el sonido de su voz.

Ahhh ahhh- leo soltó un sonido de bebe.

'Todo es borroso'

Una sombra sin forma estaba frente a el.

No entendía por qué no veía bien, tampoco entiende el idioma que hablaba pero esa sombra, tenía una sensación cálida y familiar le decía que era su mamá.

El bebé pestañeó, tratando de enfocar, pero sus ojos aún eran débiles, incapaces de dar forma al mundo que lo rodeaba.

Solo distinguía manchas de luz y oscuridad.

Algo suave tocó su mejilla.

Un sonido, un murmullo dulce y cariñoso, vibró en el aire.

No entendía las palabras, pero la voz la conocía.

Su cuerpo se removió ligeramente entre las mantas, pequeños dedos agitándose en el aire sin rumbo.

"mmmm, ahhh"

Un leve quejido escapó de sus labios.

No sabía por qué, solo sentía la necesidad de ser sostenido.

Y entonces, su mamá lo tomo en brazos.

Esos brazos lo envolvieron con ternura, levantándolo del lugar donde descansaba.

El movimiento era suave y tranquilizador que calmó el desorden en su diminuto pecho.

Su cabeza se apoyó contra algo cálido y firme, y el sonido de un corazón latiendo llenó sus oídos.

No podía ver con claridad.

@No podía entender nada.

Le daba miedo no poder ver bien.

Pero podía sentir.

El bebé suspiró entrecortadamente, sus pequeños puños relajándose mientras el calor de su madre lo envolvía por completo.

Después de un rato, la suavidad de los brazos de su madre lo rodeó, calmándolo completamente.

El bebé, aún con los ojos cerrados, se aferró a ella con una pequeña sonrisa.

Pero pronto, un nuevo sentimiento apareció, uno que lo inquietó: el hambre.

Tenía mucha hambre.

Pero le daba vergüenza, había visto a señoras en su vida anterior como cuidaban a los bebés, al igual el había ayudado con el cuidado también.

Pero tenía que sobrevivir.

Así que con una determinación el pequeño zero hizo su movimiento.

No quería pasar hambre como antes así que...

'Tu puedes zero'- pensó con determinación el pequeño.

Pero un sonido lo saco de su hilo de pensamientos.

Su estómago dio un pequeño gruñido, un sonido tan suave que apenas se escuchó entre los susurros de la habitación.

Los dedos diminutos de Leo comenzaron a buscar, como si su cuerpo supiera lo que necesitaba.

Su boca se abrió en un pequeño ahh, moviéndose inquieta hacia el pecho de su madre.

Ella, al sentir su movimiento, lo acarició suavemente en la cabeza con una sonrisa llena de ternura.

—¿Tienes hambre, pequeño? —dijo con voz suave.

'uhh, si tengo hambre'.

Con una rapidez calmada, ajustó a Leo en sus brazos, colocándolo cuidadosamente contra su pecho.

'ugh otra vez estos instintos'

El bebé, instintivamente, comenzó a succionar, el suave slurp llenando la habitación, un sonido que le era familiar y reconfortante.

Con cada pequeño trago que tomaba se iba sintiendo más lleno.

El calor de su madre, el sonido de su respiración tranquila, y el flujo constante de leche lo rodeaban, proporcionando una paz que no había conocido antes.

Su estómago, antes inquieto, ahora estaba satisfecho, y con cada sorbo, el bebé dejó escapar un suspiro de satisfacción, sintiendo cómo su pequeño estómago se llenaba.

El slurp continuó hasta que, finalmente, Leo se separó ligeramente de su madre, sus pequeños labios aún pedían más, aunque su necesidad ya estaba saciada.

Después de que Leo terminó de alimentarse, su madre lo levantó suavemente, sosteniéndolo contra su pecho para después hacer un pequeño movimiento.

Con mucho cuidado, lo inclinó ligeramente hacia un lado, asegurándose de que su cabecita descansara cómodamente en su hombro.

El bebé, aún somnoliento, se quedó quieto por un momento, su pequeño cuerpo reposando en los brazos de su madre.

Ella, con una sonrisa suave, empezó a acariciar su espalda con movimientos firmes y tranquilos, buscando alentar el pequeño eructo que liberaría la presión en su estómago.

El contacto de su mano era cálido y reconfortante, y Leo, aunque apenas consciente de lo que ocurría, comenzó a sentir una ligera sensación de incomodidad en su pancita.

De repente, un pequeño ghhh escapó de su boca, seguido de un suave erup que resonó ligeramente en la habitación. Era un sonido inocente, más como un suspiro que como un estruendo, pero la liberación era evidente.

Su madre sonrió y le dio una palmada suave pero firme en su espaldita, un pequeño tap que le dio el empujón final.

—Eso es, mi bebe, ya estás mejor —murmuró, acariciando nuevamente su espalda, como si lo aliviara de cualquier incomodidad.

Leo, ya completamente aliviado del pequeño malestar que causó el eructo, se acomodó aún más en los brazos de su madre no sin antes ser abrigado correctamente con una manta calientita.

Con los ojitos cerrados y su cuerpecito relajado, comenzó a sumirse en un sueño tranquilo, el sonido constante del corazon de su madre y el suave murmullo de su respiración como la canción de cuna perfecta.

El suave shh, shh de su madre se convirtió en el único sonido en la habitación, acompañado del leve sonido de su respiración. Poco a poco, el peso de su cabeza sobre el hombro de su madre lo llevó más y más hacia el sueño profundo, un sueño lleno de calma y calor.

Pero de repente, algo lo despertó.

Un ligero tirón en su barriguita lo hizo fruncir el ceño y abrir los ojos un poco, confundido. Era una sensación extraña y un tanto incómoda. Su madre, al percatarse de que el pequeño se movía, lo observó con ternura.

—¿Qué pasa, pequeño? —susurró, notando que algo no estaba bien.

Leo dejó escapar un pequeño mmm e intento mover sus piernitas, como si intentara decirle que algo no estaba bien. La presión en su pancita lo incomodaba. Fue entonces cuando su madre, con una sonrisa tranquila y comprensiva, lo acostó suavemente sobre la cama, tomando cuidado de que su cabecita estuviera bien apoyada.

—Veo que te has ensuciado, cariño —dijo, hablando con esa voz dulce que solo los bebés pueden entender aunque no comprendan las palabras exactas.

Con movimientos ágiles, su madre comenzó a desvestirlo cuidadosamente, quitando el pequeño mameluco que antes lo cubría, para llegar al pañal que, evidentemente, ya había cumplido su función.

Leo se quejó levemente, su rostro mostrando una mueca de incomodidad, mientras sus pequeñas manos intentaban alcanzar la tela de su ropita, sintiendo la frescura del aire.

La madre, sin perder la calma, empezó a destaparlo y le dio una pequeña palmada en su barriguita.

—Tranquilo, cariño —le susurró, acariciando su abdomen con ternura.

El sonido del pañal desabrochandose se oyó un crack sutil. Con manos firmes y delicadas, la madre limpió a su pequeño, aplicando con cuidado el aceite que protegería su piel de la irritación.

El bebé, sintiendo el alivio de la limpieza, dejó escapar un leve suspiro y movió las piernitas en señal de alivio.

Mientras ella le ponía un pañal limpio, Leo observaba con sus ojitos aún somnolientos.

Los parpadeos eran lentos, pero su madre, atenta, lo arropó de nuevo, envolviéndolo en la suavidad de su manta.

—Todo listo, pequeño —dijo, levantándolo nuevamente y acercándolo a su pecho con un suspiro satisfecho.

Leo, ya mucho más cómodo, dejó escapar un pequeño ahh de alivio. Sus ojitos, ahora más pesados, comenzaron a cerrarse lentamente de nuevo, y en el momento en que su madre lo abrazó, el calor y la seguridad lo envolvieron por completo.

Con un último suspiro de calma, el bebé volvió a quedarse dormido, arrullado por el latido tranquilo de su madre, que lo abrazaba con amor....

El día termino muy rápidamente y Zero ya se estaba acostumbrando a la rutina de comer, dormir y despertar.

...----------------...

Al día siguiente se despertó aún con mas energia.

Era un día cálido y soleado cuando su madre decidió que había llegado el momento.

El primer baño de Leo.

Ella preparó todo con esmero: el agua tibia, la pequeña bañera, y una toalla suave parecida a una nube, lista para envolverlo después.

Leo, curioso aunque aún pequeño, observaba desde su manta con los ojos grandes y brillantes.

'Nunca he visto algo así, en mi vida pasada no había agua y solo nos limpiamos con un trapo humedo peroo ¿Qué son esas cosas?'.

’¿Una ballena pequeña?’

Sus manos jugueteaban con los pliegues de su ropa, y su carita mostraba una mezcla de emoción y un leve desconcierto.

—Hoy es tu primer baño, bebe leo —dijo su madre con una sonrisa llena de ternura mientras lo tomaba con suavidad, levantándolo del lugar donde descansaba.

Con movimientos suaves, ella lo desvistió, preparándolo para la experiencia.

Cuando el agua tocó su piel, Leo se tensó un poco, sorprendido por la sensación fresca, pero pronto la suavidad del agua lo relajó.

"mmmm, mmmm" -'wuao es agua caliente era un lujo'

Plop, plop.

Unas pequeñas gotas cayeron de la esponja en su pancita, haciéndolo dar un pequeño salto.

Él parpadeó un par de veces, tratando de entender qué estaba sucediendo, pero la risa suave de su madre lo tranquilizó.

—Shh, tranquilo, pequeño. son solo burbujas —dijo ella, frotando suavemente su espalda con la esponja.

Leo hizo una pequeña expresión de sorpresa, como si descubriera un nuevo mundo. De repente, sus piernas comenzaron a moverse con entusiasmo, como si el agua lo invitara a jugar.

Un pequeño splash sonó cuando sus piernitas golpearon ligeramente el agua.

'aaahh, los instintos de bebe'

Zero se había dado cuenta que su pequeño cuerpo se movía involuntariamente, el no podía controlar esos movimientos, así que se rindió y solo lo dejo fluir.

Su madre no pudo evitar reír suavemente.

—Parece que te gusta, ¿eh? —dijo, rociando un poco más de agua sobre su barriguita.

Leo dejó escapar un pequeño giggle, como si estuviera disfrutando de la sensación del agua corriendo por su piel, entonces, con un pequeño giro, levantó sus manitas y comenzó a moverlas como si intentara atrapar el agua que caía, haciendo que el sonido de sus movimientos se acompañara con un splash tras otro splash.

—¡Qué travieso! —exclamó su madre con una risa contagiosa, mientras continuaba bañándolo con cuidado. Cada gota de agua caía sobre él, y Leo, con los ojitos brillando de curiosidad, levantaba las manos como si intentara salpicar más, causando pequeñas lluvias de agua a su alrededor.

'esto es divertido'

Splash... Plop... Tssssss.

Leo soltó una risita, sus piernas moviéndose con más emoción, y en cada pequeño movimiento, el agua parecía convertir el momento en un juego alegre.

Al finalizar, su madre lo envolvió con cuidado en la toalla suave, cubriéndolo con ternura mientras lo acariciaba para secarlo.

Leo, no quería que el momento terminara.

En su rostro había una expresión de alegría pura, como si el baño hubiera sido el mejor juego que había tenido.

Mientras su madre lo vestía con ropa limpia, leo todavía estaba pensando en las 'burbujas'.

Pero una voz lo interrumpió.

—Vamos a dormir, cariño. —dijo su madre, abrazándolo mientras lo arrullaba.

Leo, con los ojitos soñolientos, ya no pudo evitar dejar escapar un suspiro contento, sus manitas todavía moviéndose en el aire, como si el agua lo siguiera rodeando en sus sueños.

^^^Editado 3^^^

1
Salomé Páez
Ojos
Salomé Páez
Demasiados espacios
Salomé Páez
Zero
Salomé Páez
Como es el nombre? zero, zone o zane? ya hay 3 nombres diferentes
Aly🍀: mi auto corrector 😔, no me había dado cuenta
total 1 replies
🔹Lili🔸🐦
Me dio ternura 😭😭❤️❤️❤️
🔹Lili🔸🐦
Que bonito 😭😭😔
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