Ailyn, una joven con un vínculo único con la luna, fue destinada como la luna del rey alfa, pero la diosa luna fue testigo mudo de su humillación al ser rechazada el día de su presentación ante la manada.
El rechazo del alfa había sido como una daga clavada en su corazón. Con la frente en alto Aylin emprendió su camino, lejos de la manada que la había despreciado siempre.
Nunca imaginó que aquel bosque oscuro, lleno de sombras, la llevaría a conocer al ser que cambiaría su destino para siempre.
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Capitulo 11: Alianzas peligrosas
La sorpresa me dejó aturdido, incapaz de creer que no había visto la verdad: ella, la loba, la Elegida. Mi torpeza me llenó de rabia. Ahora, soy yo quien toma el control. La presiono contra la pared, mi mano rodea su cuello, un recordatorio de mi poder, sin llegar a cortar su aliento o su voz.
__Tu imprudencia es exasperante. ¿Acaso ignoras el abismo de peligro en el que te has sumergido? Si tu alma gemela descubre tu presencia aquí, las llamas de una guerra entre linajes podrían consumirnos a todos. Y si los líderes corruptos y codiciosos de otros linajes, en especial los demonios, perciben tu existencia, te cazarán sin piedad. Eres un tesoro invaluable, un poder que podría inclinar la balanza del mundo. ¿No comprendes que tu mera existencia es una amenaza y una promesa de dominio que ha puesto a mi linaje en el centro?__.
Mis palabras brotan cargadas de rabia, preocupación y un miedo punzante. La mera presencia de ella amenaza mi territorio, un peligro que se agudiza si su alma gemela la encuentra. ¡Maldita sea! La idea de que tenga un alma gemela, un ser tan tonto y manipulable que la rechazó, hace que la sangre me hierva de furia. Esta sensación enfermiza, esta obsesión que siento por la loba, no presagia nada bueno. Debo recordar mi deber primordial: proteger a los míos. El miedo me paraliza al pensar que podría fallarles, que no seré capaz de salvaguardarlos.
__Sé muy bien que mi cabeza tiene precio, y todo por ser la Elegida de la diosa Luna. Desde mi nacimiento, me inculcaron mi deber en cada oportunidad, me instruyeron para ser la compañera del Alfa. A pesar de la bendición de la diosa Luna, siempre fui considerada poca cosa para el Rey Alfa, una simple Omega. Solo toleraban mi presencia por el interés de la prosperidad, fertilidad y paz que traería a su linaje lobuno. Siempre fui un pedazo de carne, útil para engendrar poderosos Alfas, pero jamás les importó cómo me sentía. El maldito vínculo me aprisionaba, obligándome a ser la Loba perfecta, la futura Reina Luna. Pero cuando Dante, cegado por sus prejuicios, me rechazó frente a toda la manada el día de mi coronación, me liberé. Se llevó mi única debilidad, y ahora nada me ata a ellos. Si se atreven a aparecer ante mí, no dudaré en eliminarlos__.
Cada palabra de la Loba es un escupitajo de rabia y dolor que golpea mi corazón frío y duro. Cuando unas lágrimas abandonan sus ojos azules, mi corazón se oprime. Detesto verla llorar. Sin saber cómo ni por qué, quitó el agarre de su cuello, la atraigo a mis brazos y la estrecho contra mi pecho, donde ella lucha por contener sus lágrimas.
__No me agradas, Loba. Tu presencia me exaspera, cada provocación es un desafío a mi paciencia, un enfrentamiento temerario que ignora mi estatus como Rey Vampiro y las consecuencias que conlleva. Sin embargo, no puedo tolerar la forma en que te trató ese descerebrado que se hacía llamar tu alma gemela. Debió protegerte, cuidarte, amarte y agradecer cada día a su diosa por haberlo elegido como compañero de su Elegida. Pero se dejó cegar por prejuicios estúpidos y perdió la oportunidad de ser feliz junto a su Reina Luna, debilitando así su propio linaje__. Me separé de la Loba, poniendo distancia entre nosotros. Consolar no es lo mío, y no quiero que se haga ilusiones donde no las hay. Al alejarnos, la Loba me miró con incredulidad. Supongo que su sorpresa se debe a mi abrazo, algo inusual viniendo de este ogro, como ella me llama, o tal vez a mis palabras.
__Quédate el tiempo que necesites. Los lobos nunca me han agradado, y nuestra relación siempre ha estado marcada por la hostilidad. Una batalla más o menos no alterará el odio mutuo que nos profesamos. Además, los demonios, esos seres codiciosos y sedientos de poder, también te codician, y tenemos cuentas pendientes. Si eres tan fuerte como intuyo, y tu presencia me ayuda a eliminarlos, entonces puedes quedarte. Pero, por favor, deja de perturbar mi paz y de añadir canas a mi ya preocupada cabeza. Ya tengo suficiente con Sam y Enzo como para sumar tu caos a la ecuación__.
Los ojos de la Loba se abrieron de par en par, una mezcla de sorpresa e incredulidad pintada en su rostro, al ver que le permitía quedarse en territorio vampírico, a pesar de que su presencia me sacara de quicio. No soy tonto. Aunque me importa poco ganarme su favor por ser la Elegida, reconozco el valor de su fuerza. Si es tan poderosa como sospecho, podría ser la clave para acabar con los demonios, esos viles seres que asesinaron a mis padres. Después, podrá seguir su camino, libre y sin ataduras, aunque debo admitir que su compañía no es de mi agrado, porque solo con decir algunas palabras me hace enojar.
__Me sorprende tu desinterés en ganarte mi favor, Rey Vampiro. Eso desafía todo lo que creía saber sobre tu especie. Y aunque tu malhumor, tu descortesía y tu constante irritación te convierten en un verdadero fastidio, agradezco que me permitas refugiarme en tu territorio, a pesar del peligro que implica. Por ello, te propongo una alianza: juntos obtendremos lo que deseamos. Tú, tu venganza contra los demonios; yo, mi libertad y la oportunidad de darle una lección a Dante__.
La mirada calculadora y la sonrisa maquiavélica de la Loba me helaron la sangre, provocando un retroceso instintivo. Presiento que la alianza que me propondrá será un laberinto de problemas y dolores de cabeza. La curiosidad me consume, pero el temor a descubrir los planes que trama para humillar al Alfa que la rechazó me paraliza. Sin embargo, la sed de venganza por la muerte de mis padres arde con más fuerza. Si para saciarla debo unirme a una Loba con un toque de locura, que así sea.
__Bien, Loba. Acepto tu alianza. Lo hago por el bienestar de mi linaje, para saciar la sed de venganza que me corroe por la muerte de mis padres, y también, lo admito, por el placer de ver a ese Alfa arrogante humillado. Siempre me ha parecido que su ego de macho alfa es más grande que el__. La sonrisa de la Loba se ensanchó, volviéndose aún más peligrosa y maquiavélica que antes, y una duda punzante me asaltó: ¿he tomado la decisión correcta al aliarme con esta mujer impredecible?.
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Holis 👋🏼👋🏼👋🏼.
Nos vemos pronto en el siguiente ⏭️ capitulo ✨✨✨.
Los leo en los comentarios 💌: ¿Cuál será la alianza? Que propondrá Aylin.
además que culpa si,si está lindo el condenado 🫦🫦🫦🫦😈😈🤣🤣🤣🤣🤣