Matrimonio Forzado

El teléfono de Valerie comenzó a sonar insistentemente a las 6:30 AM. Era Elizabeth, y sonaba más alterada de lo que Valerie la había escuchado en años.

-¡Valerie! ¡Tienes que prender la televisión AHORA!

-Liz, son las seis y media de la mañana...

-¡Charlotte dio la entrevista! ¡Está en Good Morning America en este momento y está diciendo cosas HORRIBLES!

Valerie se despertó completamente. -¿Qué tipo de cosas?

-¡Solo prende la maldita televisión! Canal 7. Y llama a Sebastián, necesita ver esto también.

Valerie colgó y corrió hacia la televisión de su habitación. Al mismo tiempo, escuchó pasos rápidos en el pasillo. Sebastián apareció en su puerta en pijama y con el cabello revuelto.

-¿También te llamó Elizabeth?- preguntó.

-Sí- Valerie le hizo señas para que entrara mientras buscaba el canal. -Dice que Charlotte está diciendo cosas horribles.

Encontraron el programa justo cuando Charlotte aparecía en pantalla. Se veía impecable, con un vestido blanco que claramente había sido elegido para darle una apariencia inocente y vulnerable.

"...y sí, Samantha, fue devastador ver al hombre que amo casarse con otra mujer," estaba diciendo Charlotte al presentador. "Pero lo que me dolió más fue darme cuenta de que su matrimonio no era real."

Valerie sintió que se le helaba la sangre. Sebastián se sentó pesadamente en el borde de la cama.

"¿Puedes elaborar sobre eso, Charlotte?" preguntó el presentador, claramente emocionado por el drama.

"Bueno," Charlotte suspiró dramáticamente, "Sebastián y yo habíamos estado... muy cercanos antes de su matrimonio arreglado. Él me confió que se sentía atrapado, que no amaba a Valerie, que solo se casaba por obligación familiar."

-¡Eso es mentira!- explotó Sebastián. -¡Nunca le dije nada de eso!

"¿Y cómo te sientes sobre la reacción de Valerie aquella noche en el baile?" continuó el presentador.

Charlotte sonrió con algo que parecía compasión pero que claramente era malicia. "Honestamente, me dio pena. Se veía desesperada. Como una mujer que sabe que su esposo no la ama realmente y que está sobrecompensando. Ese beso fue tan... falso. Tan obviamente para las cámaras."

Valerie sintió como si la hubieran abofeteado. -¿Falso?- murmuró.

"De hecho," Charlotte continuó, "varias personas que conocen a la familia Cross me han dicho que Sebastián y Valerie duermen en habitaciones separadas. Que raramente se hablan en privado. Que todo su 'romance' es solo para las redes sociales y los medios."

-¿Quiénes son estas 'varias personas'?- demandó Sebastián al televisor.

"Y Charlotte," el presentador se inclinó hacia adelante conspiratorialmente, "¿crees que hay esperanza para ti y Sebastián en el futuro?"

Charlotte sonrió de manera que claramente había practicado. "Bueno, el amor verdadero siempre encuentra una manera, ¿no? Cuando su matrimonio de conveniencia eventualmente se desmorone, como todos sabemos que pasará, estaré aquí. Esperando."

Valerie apagó la televisión abruptamente, incapaz de escuchar más.

El silencio en la habitación era denso. Sebastián tenía las manos en puños, claramente furioso. Valerie se sentía expuesta, como si Charlotte hubiera desnudado todas sus inseguridades frente al mundo.

-Valerie- comenzó Sebastián.

-Es verdad, ¿no?- lo interrumpió ella. -Lo que dijo sobre que es una actuación, sobre las habitaciones separadas, sobre que raramente hablamos...

-Eso no significa...

-Sí significa- Valerie se levantó y comenzó a caminar por la habitación. -Significa que todo el mundo puede ver a través de nuestra actuación. Significa que somos exactamente tan patéticos como ella dice que somos.

-No somos patéticos- Sebastián se puso de pie también. -Y ella está mintiendo sobre la mayoría de las cosas que dijo.

-¿Sobre qué está mintiendo?- Valerie se volvió hacia él. -¿Nunca le dijiste que te sentías atrapado? ¿Nunca le confesaste que no me amabas?

Sebastián vaciló por una fracción de segundo, pero fue suficiente.

-Sebastián- la voz de Valerie se quebró ligeramente.

-Fue hace más de un año- dijo rápidamente. -Antes de que realmente te conociera como eres ahora. Antes de...

-¿Antes de qué?

-¡Antes de darme cuenta de que tal vez podría llegar a amarte!- Las palabras salieron de él antes de que pudiera detenerlas.

Valerie se quedó completamente inmóvil. -¿Qué dijiste?

Sebastián se pasó las manos por el cabello, dándose cuenta de lo que acababa de admitir. -Yo... Valerie, esta semana, estas actuaciones, han sido los días más felices que me he sentido en años. Y no creo que sea solo actuación para mí ya.

El teléfono de Valerie comenzó a sonar otra vez. Luego el de Sebastián. Luego el teléfono de la casa. El mundo exterior estaba reaccionando a la entrevista de Charlotte, pero en esa habitación, en ese momento, solo existían ellos dos.

-No puedes decir eso- murmuró Valerie.

-¿Por qué no?

-Porque... porque cambia todo. Porque hace que todo sea más complicado. Porque si tú puedes llegar a amarme, entonces tal vez yo ya estoy empezando a...

Se detuvo abruptamente, dándose cuenta de lo que estaba a punto de admitir.

-¿A qué?- preguntó Sebastián suavemente, acercándose a ella.

-A amarte también- murmuró Valerie, como si las palabras fueran arrancadas de ella.

Esta vez, cuando Sebastián se acercó y tomó su rostro entre sus manos, no había cámaras, no había audiencia, no había performance. Era solo ellos dos, siendo completamente honestos por primera vez desde su matrimonio.

-¿Qué hacemos ahora?- preguntó él, su frente descansando contra la de ella.

-No lo sé- admitió Valerie. -Pero tal vez... tal vez podemos averiguarlo sin actuación de por medio.

Cuando finalmente se besaron, fue completamente diferente al beso del baile. No había estrategia, no había cálculo, no había audiencia. Era solo dos personas que se habían casado como extraños y que, en algún punto del camino, habían comenzado a enamorarse sin siquiera darse cuenta.

El teléfono siguió sonando, Charlotte siguió dando su entrevista en programas matutinos, y el mundo siguió especulando sobre su matrimonio.

Pero por primera vez desde su boda, a Valerie y Sebastián no les importó lo que pensara el resto del mundo. Solo les importaba lo que estaba pasando entre ellos en esa habitación, en ese momento, cuando finalmente dejaron de fingir y comenzaron a ser reales el uno con el otro.