Ella es Sofía, quien después de morir en una época antigua, terminó en un mundo diferente al suyo.
Paso de ser la capitana del ejército imperial, a ser una mujer engañada por su esposo, en un mundo diferente
Su objetivo es vengarse y ser libre de ese matrimonio.
En busca de un aliado, termina metida en un romance prohibido
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Escándalo
Tras largo tiempo de estar conduciendo, las chicas por fin llegaron al lugar en donde los delincuentes le echaron manos.
Ambas tomaron el auto en el que andaban, y se fueron de ese lugar.
Llegaron a la mansión de Fernanda, con la intención de descansar un poco.
Fernanda llegó a la conclusión de que se mudaría de esa mansión cuánto antes, ya que todo estaba listo.
Unos de los empleados de la mansión, le entregó la llave de su nuevo auto y las llaves de su nueva mansión.
Ella feliz lo acepta, y manda a preparar la cena, con la finalidad de cenar en la habitación
Los sirvientes hacen todo lo que Fernanda le pide, y pronto les llevan la cena en su habitación para ella y su amiga casi hermana.
Las dos chicas cenaron y luego cada una se duchó por separado.
Después, ambas se durmieron juntas, Rebeca aún tenía miedo y se aferraba a su amiga y jefa como un koala bebé.
Las dos para buena fortuna de ambas, tuvieron un sueño reparador, y al llegar la mañana, se prepararon para irse a trabajar, no sin antes pasar por la cocina a comer un rico desayuno.
Sin más que hacer en la mansión, Fernanda le ordena a los sirvientes preparar todo para mudarse a la nueva mansión, la cual solo necesita de ellos sus pertenencias personales.
Las dos por fin terminan de salir de la mansión, y se van en el nuevo auto de Fernanda, y está vez era ella quien conducía.
Se tomaron en llegar lo normal, ya que Fernanda no es igual que Rebeca, a quien le gusta conducir deprisa.
Llegaron a la hora exacta a la empresa, y nada más llegar a la oficina de Fernanda, la familia de su molesto esposo llegó a causar molestias.
—No se que está pasando, pero definitivamente debes perdonar a mi hijo— le grita la madre de aquel hombre, el hijo y el esposo también andaban.
Fernanda conoció a los padres de aquel hombre, por los recuerdos de aquel cuerpo.
Aquella mujer es una mujer prepotente, cree que por ser hija de padres bien acomodados, puede hacer lo que quiera.
Sus palabras sonaron arrogantes y eso causó que Fernanda se moleste
—Señora, en primer lugar, usted no venga a gritar en la empresa de mi familia, será mejor que se vaya antes de que llame a los guardias de seguridad— le dice ella sin perder la paciencia.
La señora al escuchar aquello, se sintió ofendida.
—Por dos años te consideré parte de mi familia, te vi como una hija, pero que se puede esperar de una niña sin madre como tú— dice aquella mujer con indiferencia, sus dos acompañantes se rieron y Fernanda se puso como una fiera.
—Escuche vieja estúpida, será mejor que se largue de mi empresa o la saco yo misma por las greñas, y a ese infeliz que tiene por hijo, que espere pronto los papeles de divorcio, ahora, ¡salgan de aquí! — le grita ella y Ricardo y su padre se ofendieron por como ella ha tratado a aquella señora, quién lleva por nombre Marcia.
Los dos se sintieron muy valientes y fueron a tomar a Fernanda cada uno por un brazo, para luego decirle a la bruja con la que andan que golpee a Fernanda.
Pero, cuando Fernanda vio sus intenciones, y de un movimiento rápido, le dio a cada uno una patada en el estómago que le hizo caer.
La madre de Ricardo fue a socorrer a su esposo e hijos, quienes se retorcían de dolor en el piso.
Rebeca estaba asustada, no por su amiga, sino por los tontos que vienen a molestarla.
Marcia al ver la condición de su esposo e hijo, dice enojada.
—Tú... Inútil, mira como has dejado a mi esposo y también a mi hijo, te voy a demandar — grita Marcia muy enojada, y Fernanda mando a llamar a los guardias, y pronto ellos llegaron, solo para recibir la orden de echar de la empresa a esos tres alborotadores.
Ellos pusieron resistencia y gritaban con todas sus fuerzas, pero los guardias los arrastraron hasta fuera de la empresa.
Por lo sucedido se armó un alboroto, el cual fue controlado por el personal administrativo.
Pronto la empresa quedó en silencio, y todos volvieron a sus puestos de trabajo.
***
Fernanda tras estar en la tranquilidad de su oficina, se dejó caer en su silla, y dejó escapar un suspiro.
—Esa gente está loca, estoy cansada de lidiar con gente como esa— dijo Fernanda mientras se tocaba el entrecejo. Esa gente es un dolor de cabeza.
Su leal amiga estaba a su lado.
—La cosa no puede seguir así, si esa gente viene a molestar, yo misma le daré una paliza que le borrará la memoria — dice Rebeca, para luego ir a preparar café para ambas.
Mientras la joven asistente iba a preparar café, Alicia estaba en el hospital en compañía de un delincuente, quien era parte de la organización, de los delincuentes caídos.
La mujer aún seguía con la cara hinchada, y aún no se ha recuperado de la paliza que le dio Fernanda.
Ella se puso en contacto con los demás delincuentes, gracias a este hombre, quien resultó ser su amante igual que Ricardo.
—Fui ayer a ver cómo iba el trabajo, y lo que vi en esa cabaña me hizo tener pesadillas. Todos mis compañeros estaban muertos. Su aspecto era tan feo, que no pude reconocer a algunos, y lo peor, no vi a las dos mujeres por parte, tuve que prenderle fuego a la cabaña— dice aquel hombre furioso.
Alicia se puso pálida.
—No se que está pasando, me dijiste que esos delincuentes eran de confianza, y resulta que no saben hacer bien su trabajo, perdí la mitad de mis ahorros— le dice Alicia y el hombre se enoja.
Rápidamente fue a Alicia y la tomó por el cuello fuerte.
—Alicia, no me hables en ese tono, mira que puede revelar nuestra relación a todos, y eso no te conviene en lo absoluto — le dice él mientras le aprieta el cuello a Alicia.
Ella trató de alejarlo, pero la fuerza que aquel sujeto estaba ejerciendo sobre su cuello era mucha.
El hombre cuando se cansó de ahorcar dejó ir a Alicia y se fue de allí enojado. Teme perder los estribos y matar a esa mujer.
Alicia por su parte estaba inquieta, y estaba contemplando la idea de irse del país y abandonar todo, sin importar lo que tenga que dejar atrás, su vida es más importante y siente que en estos momentos, la cosa no va por buen camino.
Ella por el momento mejor se dedica a descansar y dejará todo como está. No vaya a ser que Fernanda se vuelva loca otra vez y le dé una paliza que la mandé al más allá.
Ella en esos momentos no tiene fuerzas para luchar con ella, y se dio cuenta la noche de la paliza, que Fernanda tiene más fuerza que un torbellino.