Esteban es totalmente serio e incluso, un poco amargado; pero debe aceptar la derrota ante una apuesta con su mejor amigo y presentarse en una cita a ciegas en determinado lugar, donde coincide con una rubia que ya conoce.
Sabe que ella no es su cita, pero verla allí, con mirada pícara y burlona, lo hace bufar porque sabe que no demorará en molestarlo.
Soledad ha estado soltera por cinco años, así que, con la esperanza de encontrar el amor, descarga una aplicación y empieza a hablar con Sergio, con quién se verá esta noche. Aunque en su campo de visión aparece su jefe, el cual la fastidia y se odian mutuamente.
Sin embargo, la velada es una decepción para ambos, ya que sus citas no son lo que esperaban, ni lo que desean volver a ver, por lo que Esteban tratando de salvarse, se toma atribuciones indebidas con su empleada, e inventa una tonta excusa. Una que recordarán toda su vida.
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Denuncia
Nora es sacada del edificio mientras que Soledad y Esteban hablan a solas, gracias a que sus amigos salieron de la oficina. Sin embargo, mientras ellos conversan del futuro chisme que correrá, la ex del CEO se dirige a una estación de policía, ya que la agresión de la secretaria es notoria y le hará pagar.
—Señorita, ¿está bien?— cuestiona una agente.
—La amante de mi ex prometido me ha golpeado— dice llorando.
Varios hombres presentes le prestan atención a la mujer de apariencia inocente, por lo que enseguida se disponen a levantar la denuncia en contra la secretaria Soledad, la cual trabaja para el Ceo Esteban Arango. En pocos minutos, una jueza les brinda el permiso correspondiente para la detención de la acusada y van por la rubia.
—Es increíble lo que has hecho —bromea Johanna mientras que Soledad está en el baño con ella.
—Solo quise fastidiarla por sus insultos.
—Eres salvaje, amiga— asegura riendo— Esteban está feliz por tener una secretaria tan eficaz.
—No entiendo
—Eres la primera y única mujer que no se deja pisotear por Nora, ya que varias ya habían renunciado con solo un rumor.
—Necesito el trabajo.
—Y él agradece eso porque sabe que eres confiable y leal, sin importar las consecuencias.
—¿Estoy linda?— cuestiona Soledad ignorando la palabrería de su amiga.
—Muy despeinada— asegura la pelicorto sin querer ofender.
—Genial. Sé que Nora irá con la policía y ya hablé con el jefe.
Ambas van saliendo mientras Johanna trata de acomodar el cabello de Soledad, pero se detienen cuando ven a dos hombres y una mujer uniformados hablando con Esteban.
—¿Ven?— el Ceo señala a la rubia— Ella solo se defendió de mi exnovia.
—¿Señor?— Soledad se hace la desentendida con la voz temblorosa.
— Señorita, hemos recibido una denuncia en su contra y deberá acompañarnos.
—Ella no puede hablar sin un abogado presente— les dice Esteban poniéndose frente a Soledad antes de que intenten tocarla.
—No se preocupe, señor— asegura un hombre.—, su amante no interrogada sin su protección— ríe solo mientras que sus compañeros no lo hacen.
—Dígame su nombre— exige el CEO ya con el celular en la mano— ¿hace silencio ahora?— alza una ceja con una sonrisa burlona— No te preocupes, lo puedo averiguar solo y acabaré con tu carrera por dicha calumnia.
—Ceo— Soledad lo llama y esta niega al tener su atención.
—Sabrán que no pueden meterse contigo. —se acerca a ella y susurra en su oído— Un día te dije que si tenías problemas en Uruguay no podría ayudarte como aquí y justo estamos en mi territorio. Entras y sales, mi querida secretaria y amante— dice riendo por el rumor.
—Idiota— murmura la rubia al ver que le da la espalda, pero es escuchada por Arango y vuelve a verla, guiñándole un ojo.
—La cuidan— les pide él para luego entrar a su oficina, ya con el celular pegado en su oreja.
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—La han arrestado, vete a la comisaría 2 —le avisa Esteban al hombre del otro lado de la llamada.
—Entendido, jefe. — la comunicación es cortada y el abogado empieza a movilizar sus contactos.
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Los Arango son importante en Colombia, no sólo por la empresa, sino por sus contactos con los miembros de alto rango. Entonces, el abogado junto a algunos de sus empleados, se mueven en pocas ocasiones por ellos, quienes pagan muy bien. Más que nada si la persona en cuestión es importante para ellos.
El encargado de sacar a Soledad de la comisaría, ya sabe quién es ella porque Esteban le pidió mantenerla en su círculo de seguridad por obvias razones. Ya sabiendo que se rodeó de locas y que estas irían en contra de su secretaria por ser la mujer más cercana a él. Aunque, según el abogado, podría ser por algo más, pero no le interesa averiguarlo, ni meterse en problemas con preguntas que no debe hacer.
Pocos minutos después, un hombre con traje muy refinado cruza la puerta de la comisaría y pide ver a su representada, Soledad González, quien fue acusada de agresión.
La oficial policial que fue en busca de la rubia es quien precisamente lo recibe al abogado y se queda muda al verlo. Dicho sujeto no pasa de los 45 años y es todo un sex symbol, grande por su masa muscular , pero también por la altura. Además, su frialdad y seriedad lo hacen ver misterioso, de esos que quieres averiguar que esconden y como sacarlo de su zona de confort para descolocar su mundo.
Cuando la mujer lo lleva hasta la celda de Soledad, el abogado frunce el ceño y les reclama porque la tienen en un lugar así, cuando debería estar en una sala de interrogación esperando por su representante legal.
—¿Quién es usted?— cuestiona Soledad cuando quedan solos en una sala. Después del regaño del abogado.
—Soy el abogado de los Arango y el CEO me llamó para sacarla de aquí.
—Gracias por su tiempo.
—Estoy únicamente para eso— levanta los hombros quitándole importancia. — Dígame qué pasó, a detalle.
Soledad le cuenta absolutamente todo, desde el chisme hasta la visita de Nora y su agresividad. Que ella suponía que irían a buscarla y por eso habló con Esteban. Lo que ha pasado el el camino hacia la estación, allí dentro y estando supuestamente sola, ya que nunca lo estuvo gracias a que aquel oficial que la había ofendido en la empresa hacía vigilancia fuera de su celda, aunque su monólogo fue asqueroso.
—Lo denunciaremos — avisa Esteban al entrar sin pedir permiso.
Su apellido es importante y le da cierta inmunidad ante problemas así, además de ventaja sobre otros.
—Sí, señor— asiente el abogado.
Está bastante sorprendido por la presencia de Esteban, ya que siempre le manda a resolver asuntos, pero nunca aparece, pero viendo a la secretaria puede suponer que es más importante de lo que cree.
—Dejános solos— pide el CEO viendo fijamente a Soledad.
El gigante hombre asiente y se retira unos segundos, mientras que Esteban se acerca a Soledad y se inclina sobre ella, quien está sentada en su silla, atenta a sus movimientos.
—¿Qué pasa?— cuestiona
—Te devuelvo lo que me has dado— dice susurrando demasiado cerca a la cara de su secretaria, quién sonríe con suficiencia creyendo que es broma.
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NOTA DE LA AUTORA:
¿Será que Esteban devuelve el beso que recibió en su mentón o lo dará directamente en los labios de Soledad?
No sé porque supusieron que ella lo había besado directamente en su boca. Dije M E N T Ó N, ó sea, en la pera 🤣 JAAJAJAJJAJAJAJA
Sí, queridas, todas queremos ese ansiado beso, pero tengan paciencia, puede llegar en el próximo cap.🖤
