SEÑORITA TENTACIÓN.

(Leo)

La euforia de mi abuelo, de mi tío, y de mis primos es sorprendente, jamás pensé que se sintieran tan felices de tenerme de nuevo en Italia.

El Abuelo está al borde de las lágrimas, soy su primer nieto, el hijo de su primogénita.

Verlo así, me hace pensar, que debo averiguar la lejanía que mi padre ha tenido los últimos años, y no es que antes se llevaran bien, siempre note cierta distancia, entre Papá y mi abuelo, yo nunca supe por qué, pero creo que es tiempo de saberlo y tengo una semana para eso.

Después de Saludar a mi abuelo y a los demás, Él personalmente me acompaña a mi habitación, ya no es la misma habitación que siempre use cuando venía de fin de semana, hoy ocuparé la habitación de mi Madre.

Mi abuelo me deja solo, para que trate de descansar un momento, y es justo lo que necesitó, aunque me dijo que en 40 minutos estará lista la cena.

Pero no sé, si pueda descanzar, la verdad me siento un poco desesperado por saber de Bri.

Reconozco que desde que me subí al avión, sentí que me faltaba el aire; he tratado de ser fuerte, aunque algunas veces me es imposible dejar de pensar en Ella.

Lo siguiente que hago es abrir mi maleta y sacar la camiseta de algodón, esta que ayer se convirtió en mi favorita, y no porque la vaya a usar, sino porque tiene la esencia de Bri, tiene su olor y no sé si esto es enfermizo; pero me encanta olerla.

Decido hacer una videollamada, pues al bajar del avión envié un mensaje a Matt y a Lorenzo, pues necesitaba saber que todo esté en orden.

Matt me dijo que la Traviesa está en su habitación haciendo tareas, así que decidí esperar un poco para llamarla.

He calculado el horario y creo que me da tiempo de bajar a cenar, así después podré extenderme con mi preciosa Bri.

Ahora es mejor descanzar estos minutos.

Cierro los ojos y ella está, veo el cielo por la ventana y me parece verla, es que la tengo en mi mente, la tengo tan presente, inhalo profundo el aroma de mi Bri impregnado en mi camiseta, y me quedo dormido por un momento... soñándola deseándola...

Luego de 45 minutos escucho que tocan la puerta, me levanto me arreglo un poco y salgo al comedor.

Ya todos están aquí, Mi Abuelo, mi tio y su agradable esposa, mis primos Nico y Petro Lombardo, ellos son hijos de mi tío Nicolás el hermano menor de Mi Madre y también 2 hermosas mujeres, que sin disimulo fijan su mirada en mi, y sin importar las miradas serias de mis primos sobre ellas.

Mi abuelo como siempre liderando la mesa me dice.

—Leonardo hijo, tenerte aquí es un sueño hecho realidad, créeme que lo he deseado, desde el primer día que te fuiste a Norteamerica, y le pedía al cielo no morirme antes de verte regresar.— Me dice feliz.

—Gracias abuelo.—Le digo sonriendo.

—Ahora te voy a presentar, ya que tus primos no lo han hecho.

Ella es Martinna, es la novia de Nicolas y Ella es Lizza la novia de Petro.—Me dice el abuelo y las chicas sonríen en amplitud.

Yo la verdad no me detengo a verlas, por obvias razones.

Y la más importante de todas, es que en mi mundo no existen las mujeres, puede ser que las dos rubias ojiazules, tengan puesta toda su atención en mí, pero Yo no puedo ni sonreír, ya que mis sonrisas son de Bri.

—Que bueno conocerlas.—les digo a las dos rubias, tratando de escucharme amable.

Las veo y escucho que me dice una de ellas.

—Leonardo para mí es un verdadero placer, nos vamos a organizar con Nico, Petro y Lizza, para salir a divertirnos, puedo invitar a mi Prima Morelia tambien.—dice la mujer emocionada, mientras Nicolas la mira profundamente y quizá todos en la mesa están viéndola, con un poco de desconcierto.

Yo lo único que hago es comer, la cena está deliciosa y es justo mí comida favorita, esa que Madre preparaba con tanto amor y que yo disfrutaba cuando era niño.

Como veo que todos esperan mi respuesta, yo decido responder a mi manera, la verdad no tengo por qué ser diferente, yo soy así frio, y solo hay una persona con la que puedo ser cálido y es el amor de mi vida...

—Mira, heee ¿Martinna verdad? no quiero parecer desconsiderado; pero solo estaré en Italia 8 días, esos días quiero aprovecharlos para estár con mi abuelo en casa, no soy mucho de salir, en realidad las salidas no me divierten, Yo la verdad, solo tengo una diversión; y es estár con mi novia.— les digo y veo como la tal Martinna cambia de semblante al oír que tengo novia.

—¡¡Tienes novia hijo!! ¿por qué no la trajiste contigo?—Me dice mi abuelo y solo de pensar en ella, mi estado de animo cambia.

Y espontáneamente sonrió.

—Si, abuelo se llama Brianna es una preciosidad, es la mujer más bella del universo mismo, para mí no existe nadie más que Ella, es sencillamente maravillosa... y justo al terminar de cenar debo ir a reportarme, si no quiero ser castigado al regresar a New York.

Y pues no pudo venir, pero sé que tendrás el gusto de conocerla, ya que ella será mi esposa, mi Señora...—Le digo a mi abuelo sonriendo.

—Hay Leonardo, a ti si te a dado fuerte el amor... Me recordaste a mi mismo cuando me enamoré de tu abuela, basta ver como te cambio la cara y como empezaste a sonreír al mencionarla y lo que dices de Ella, tengo que conocerla pronto, traela a Italia hijo.—Escucho a mi abuelo y sonrío como adolescente enamorado.

—Si claro que la traeré.—Le digo y continuo comiendo, todas las personas en la mesa guardan silencio por unos minutos, hasta que la que faltaba también diera su intervención.

—Me imagino que te llevas muy bien con tus primos.—Me dice Lizza, refiriéndose a Nico y Petro.

—Pues la verdad no y no es por qué no deseemos llevarnos bien...

Cuando yo vivía en Italia, ellos estaban pequeños y rara vez coincidíamos, pues el colegio donde ellos estudiaban estaba muy lejos, después mi Madre murió y yo tuve que irme a Norteamerica y pues no llamé hasta ahora, así que no tenemos una relación muy cercana.

más sé, que son mis primos y los aprecio, como ellos me aprecian a mí.—Le digo serio y veo como todos se ponen un poco tensos en la mesa, todos menos mi abuelo que no deja de sonreír..