Nadie esperaba que él todavía estuviera vivo, todos pensaban que ya estaba muerto. Sin embargo, había crecido hasta convertirse en un hombre peligroso.
Adam Alvarez o más bien Marvin Leonardo, el hombre de 28 años era un gélido mafioso, su habilidad para conquistar a sus enemigos le había valido el apodo de Hombre Peligroso. Pero fue una cicatriz en su pasado que lo había vuelto tan cruel.
Cuando era niño, él y su madre fueron abandonados por su padre, simplemente porque su padre ya tenía otra mujer, incluso esa mujer tenía una hija fruto de su relación ilícita. Todo terminó en el asesinato brutal de su madre.
Por eso, Adam usa a Nadine Leonardo, la querida hija de su padre, como instrumento para vengarse de su padre. Adam no perdonará a nadie que haya estado involucrado en la muerte de su madre.
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Capítulo 20
Marvin esbozó una sonrisa engreída, su mirada clavada en los ojos de Nadine, que estaban incómodamente cerca. "Nos encontramos de nuevo, Nadine Leonardo".
Nadine quedó paralizada, mirando al hombre que la protegía del entorno. El mundo parecía muy pequeño para que se encontrara con Marvin de nuevo, alguien a quien fervientemente esperaba no volver a ver. "¿Por qué estás aquí? ¿Me estás siguiendo?"
"Vivo en esta ciudad, así que es natural que esté aquí".
Nadine no tenía deseos de lidiar con un hombre peligroso como Marvin; necesitaba irse rápido. "Bueno... Supondré que nuestro encuentro es una coincidencia. Es tarde y necesito ir a casa".
"Eres una chica ingrata, incluso después de que te salvé esa vez".
Nadine suspiró ante sus palabras. "Te agradecí en ese momento".
"He leído los artículos sobre ti, Nadine Leonardo, la adorada hija de Rama Leonardo, un exitoso joven empresario que se dice muy amigable. ¿Todo eso es solo una fachada?"
Nadine se mordió el labio inferior; era amigable, solo que no con hombres peligrosos como Marvin. "¿Qué quieres entonces? ¿Debería mostrarte una sonrisa dulce?" A regañadientes, esbozó una amplia sonrisa para Marvin.
"No quiero tu sonrisa. Es insincera y, francamente, se ve extraña". Marvin tiró del brazo de Nadine. "Invítame a comer".
"Pero..."
Nadine intentó resistirse, pero él seguía tirando de ella hacia su coche.
...
Nadine se encontró a regañadientes invitando a Marvin a cenar en un café de su elección.
Una vez más, se sorprendió de no poder apartar la mirada de él, su curiosidad despertada por el enigmático Adam Alvarez, un nombre familiar vinculado al renombrado joven empresario australiano, dueño de Alpha Group.
Nadine intentó verificar el propietario de Alpha Group en línea, y allí apareció el apuesto rostro de Marvin, también conocido como Adam Alvarez, el propietario de 28 años.
"Así que eres el dueño de Alpha Group".
Marvin asintió afirmativamente. "Sí".
"¿Entonces por qué estás aquí? ¿No eres australiano?"
Marvin le lanzó una mirada heladora. "Hay algo que debo resolver aquí".
Su mirada aceleró el corazón de Nadine, y ella rápidamente tomó un sorbo de su bebida. "¿Algo que resolver? ¿Te refieres a tu trabajo? ¿Tienes clientes aquí?"
Marvin eligió el silencio, continuando saboreando su comida.
Nadine inhaló profundamente, confundida por su comportamiento contradictorio, familiar pero distante. No podía precisar exactamente lo que él quería de ella.
Aunque Marvin solo estuviera comiendo, su encanto parecía inexplicable.
*Dios mío*\, te casas en una semana\, Nadine. Se advirtió a sí misma internamente.
A pesar de su deseo de escapar de la vida con un hombre al que no amaba, especialmente porque Damar nunca entendió sus sentimientos, aún anhelaba escapar de los confines de la Mansión Leonardo, un lugar que debería haber sido un santuario con sus padres.
Nadine prefería disfrutar de su bebida, probablemente porque estaba satisfecha después de haber cenado horas antes con Damar y su familia.
"No puedo creer que seas un empresario; estarías mejor como jefe de la mafia". Se rió mientras bromeaba.
Marvin se detuvo, fijando una mirada penetrante en ella. "Si fuera de la mafia, ¿sabes qué haría?"
Bostezando, Nadine se tapó la boca con la mano, repentinamente vencida por el sueño. Negó con la cabeza. "No tengo idea".
"Te mantendría cerca y nunca te dejaría ir".
Nadine rió, recordando cuando Marvin bromeó y advirtió que si se encontraban de nuevo, nunca la soltaría. "Veo que también puedes bromear".
"Hablo en serio. ¿No te lo advertí la última vez?"
Nadine se sintió inquieta, pensando en la posibilidad de que el hombre frente a ella pudiera ser realmente de la mafia.
"Ah..." su cabeza comenzó a latir, rendida ante una abrumadora somnolencia. Nadine se quejó, llevándose las manos a la cabeza.
Marvin sonrió con ironía; mientras Nadine había ido al baño, le había puesto una pastilla para dormir en su bebida. Firme en sus palabras, realmente no tenía la intención de dejar ir a la joven mujer que ahora caía en la inconsciencia frente a él, la misma chica relacionada con su padre pero a quien se negaba a reconocer como su hermana.
"Has caído en mi trampa, Nadine Leonardo. Por mucho tiempo, te has regodeado en la felicidad pagada con el dinero de mis padres. ¡Ahora comienza tu sufrimiento!"
