Yulexi renunció a su magia de bruja para poder estar con su pareja destinada, sin imaginar que este hombre la traicionaría y elegiría a una mujer lobo como su pareja, mientras que ella sería llevada a un lugar de donde nunca podría salir.
Yulexi nunca se rindió y cuando finalmente logra salir, se encuentra con un misterioso chico llamado Javier, quien la reconoce de inmediato como su mate. Ella acepta su ayuda sin imaginar que es el hijo de aquel hombre que la traicionó.
¿Qué hará Yulexi cuando descubra quién es el padre de Javier? ¿Podrá ella aceptarlo o el recuerdo de la traición evitará que ella pueda amar a Javier?
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extraño que se ponga a llorar.
...Javier....
Llevó dos días sin ver a mi luna. Pero siento cómo si no la hubiera visto en años, ella es demasiado lista, no aparece.
— Javier la encontramos. — Me informó benjamín.
— ¿Dónde?, llévame ahora. — Subimos a mi auto y maneje a toda velocidad.
— Ve más despacio. Nos van a multar.
— No quiero que se escapé. — Llegamos y no me sorprendió que fuera una tienda de ropa. Lo que me sorprendió es que ella no estaba ahí.
— ¿Dónde está Yulexi?, no la veo.
— Me informaron que la vieron aquí hace menos de cinco minutos. Usó la tarjeta que le diste para comprar ropa y después desapareció.
Esa brujita me está sacando de mis casillas, usa mi dinero pero no me acepta. Le dije que le daría todo, pero eso sólo aplica si quiere estar conmigo.
...Yulexi....
Claro que usó su dinero, ja, lo merezco. Suficiente aguanté a lobito apestoso cómo para irme con las manos vacías, además necesito dinero para buscar a mis padres.
Los boletos de avión no son baratos. Y aún no puedo controlar bien mi magia. Estoy un poco perdida. Al parecer la flor azul descontroló más de lo que me hubiera gustado mis poderes.
No importa. Tarde o temprano voy aprender..
Saqué suficiente dinero y deseché la tarjeta. Adiós hermosa tarjeta negra, fue poco tiempo pero me encariñe contigo, extrañaré comprar contigo, extrañaré comer contigo, extrañaré la mirada que todos los vendedores ponían cuando te sacaba. Le dí un beso y la enterré, quiero que tenga un buen descanso. Me hizo muy feliz mientras estuvo a mi lado.
Encendí mi GPS para ubicar a mis padres. Tomé un avión a Madrid, mi familia tenía una casa secreta ahí. Cuándo vivía con ellos me llevaron un par de veces, así qué se dónde queda.
Por favor Diosa luna que estén ahí. Anheló verlos.
...Javier....
Seguía buscando a mi luna sin parar. No había podido dormir desde que ella me abandonó. Extrañaba su olor, su voz, sus quejas, sus golpes, se me los daba a propósito, no quise ponerla en evidencia porque era divertido para mí, me golpeaba y yo solo sentía como si plumas me cayeran encima. Pero la extraño maldita sea, incluso extraño que se ponga a llorar.
— La reina Evelyn quiere hablar contigo. — Benjamín cómo siempre me Interrumpe.
— No es posible que no me deje en paz.
Salí de mi habitación y bajé a la sala, mi madre estaba ahí.
— Hijo. ¿Cómo estás.? — Me abrazó.
— ¿Qué pasa madre?
— Hijo, por favor te lo ruego, rompe la unió con ella.
— Otra vez con eso. Ya déjame en paz madre, no lo haré, ella es mía te guste o no.
— Hijo ...
— Príncipe Javier perdón por interrumpir pero es muy importante. Encontré a su Luna. Ella está en Madrid.
Me levanté rápido.
— Prepara el jet.
Benjamín salió para hacer lo que le pedí.
— Madre no tengo tiempo por ahora, necesito ir por mi maté.
Salí de la habitación y caminé al patio de mi casa para tomar el jet.
...Yulexi....
Encontré a mis padres. No puedo estar más feliz. Iba a tocar la puerta de la casa pero está se abrió sola. mi madre estaba parada frente a mí. Creó que detectó mi olor.
— ¿Estás viva.? — Sus ojos se llenaron de lágrimas y me abrazó de inmediato. — Hija estás viva. — Sentí cómo sus lágrimas bajaban por mi hombro. — ¿Dónde estuviste todo esté tiempo?
— Mamá ahora no, ¿dónde está papá.?
— Fue a comprar cosas. Pasa amor, ¿quieres que te preparé algo?, ¿que quieres comer?, lo haré para ti.
— Mmm, sólo quiero abrazar a mi madre. — Me pagué a su pecho cómo una niña pequeña. Ella me hacía piojito. Éstos brazos me hacían mucha falta.
Sentí el olor de mi padre. El entró y al verme sus ojos se llenaron de lágrimas también. Parece que los dos están muy sensibles hoy.
— Amor dime qué no estoy alucinando.— Le habló a mi madre y se quedó de piedra mientras me veía. Yo me levanté y caminé a el, lo abracé y el me correspondió de la misma forma.
— Mi amor estás viva, estás viva.— Me apretó contra su pecho.
— Si la aprietas más morirá por falta de oxígeno.— Me dijo mi madre.
Mi papá aflojó un poco su agarré. Mi madre se unió al abrazó, me sentí tan feliz, 190 años sin abrazar a mis padres. A veces no le damos importancia a cosas pequeñas cómo está pero cuando pasas tanto tiempo lejos de casa empiezas a darte cuenta que los pequeños momentos son los que realmente importan.
— Voy a cocinar.
— Yo te ayudó madre.
— No, hoy la niña de la casa volvió, yo cocinó para ella. — Me dió un beso y se metió a la cocina.
Yo me quedé con mi padre poniéndonos al día. Me contó lo que ha pasado en éste tiempo que estuve lejos.
