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Mi Cuñado Ahora Es Mi Esposo

Mi Cuñado Ahora Es Mi Esposo

Status: En proceso
Genre:Romance / Venganza / Amor tras matrimonio / Posesivo / Arrogante / Reencuentro
Popularitas:29k
Nilai: 5
nombre de autor: AMZ

Serena estaba temblando en el altar, avergonzada y agobiada por las miradas y los susurros ¿que era aquella situación en la que la novia llegaba antes que él novio? Acaso se había arrepentido, no lo más probable era que estuviera borracho encamado con alguna de sus amantes, pensó Serena, porque sabía bien sobre la vida que llevaba su prometido. Pero entonces las puertas de la iglesia se abrieron con gran alboroto, los ojos de Serena dorados como rayos de luz cálida, se abrieron y temblaron al ver aquella escena. Quién entraba, no era su promedio, era su cuñado, alguien que no veía hacía muchos años, pero con tan solo verlo, Serena sabía que algo no estaba bien. Él, con una presencia arrolladora y dominante se paro frente a ella, empapado en sangre, extendió su mano y sonrió de manera casi retorcida. Que inicie la ceremonia. Anuncio, dejando a todos los presentes perplejos especialmente a Serena.

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Capitulo 19

Serena llegó con el corazón encogido, aún con ese nudo en el pecho que le recordaba que no era del todo sincera con Shakan en su amistad. Hacía tiempo había decidido no profundizar en ningún lazo con la gente del pueblo. No quería volver a causar en alguien el mismo dolor que ella había sentido cuando Rhaziel se marchó, aunque aquella nunca hubiera sido su intención. Sin embargo, con Shakan todo había fluido de una forma tan natural que casi parecía imposible evitar que esa cercanía se convirtiera en una amistad profunda.

Por más genuino que fuera el afecto que sentía por él, Serena sabía que nada de eso cambiaba su decisión. Su única salida de aquel destino que más que un matrimonio era una condena, era huir. Irse lejos, lo más lejos posible. Y, en esos planes que tanto elaboraba en silencio, también estaba el propósito de buscar a Rhaziel.

Aquella noche, en su habitación, Serena sacó con cuidado la pequeña bolsa que había mantenido oculta durante tres años. La abrió y, con el ceño fruncido, contó las monedas una a una.

—Con esto apenas compro un pasaje… y me sobran unas pocas monedas —murmuró para sí, apretando los labios.

La frustración se le dibujó en el rostro. Era muy poco. Todo el esfuerzo de tres años apenas le aseguraba una oportunidad incierta. El tiempo parecía empujarla con violencia hacia adelante, Roger podía cambiar de opinión en cualquier momento y apresurar la boda. Si eso sucedía, escapar sería casi imposible. Debía irse antes de que esa puerta se cerrara para siempre.

Serena hundió la cara entre las manos, sintiendo la desesperación treparle por la garganta. Tenía que actuar pronto. Cada día que pasaba, cada moneda que aún le faltaba, era un recordatorio cruel de lo cerca que estaba su libertad… y, al mismo tiempo, de lo inalcanzable que parecía.

Otro año, otra guerra ganada. El tercer territorio en los planes del príncipe Khazan había sido conquistado, y la victoria lo llenaba de un júbilo inusual. Tan contento estaba que, después de mucho tiempo, se permitió beber varias copas de buen vino, lo que lo volvió extrañamente risueño y ligero.

La pesada cortina de la carpa se abrió de golpe, dejando entrar una presencia que parecía ensombrecer el lugar. Una figura formidable avanzó hacia él: un hombre de piel oscura, músculos definidos y mirada violeta que imponía respeto con tan solo posarse sobre alguien.

—Me ha llamado, alteza —dijo con una leve reverencia. Su voz, grave y firme, armonizaba con la magnitud de su presencia.

Khazan giró con una sonrisa amplia, sosteniendo una copa en cada mano.

—¡Rhaziel! Mi mejor capitán, ahí estás. —Le tendió una de las copas con entusiasmo—. Toma, bebe conmigo. Te lo mereces. Gracias a ti, esta nueva campaña ha sido un éxito.

La expresión de Rhaziel no cambió en absoluto. Sin titubeos, negó con un gesto leve.

—Se lo agradezco, alteza… pero yo no bebo.

Khazan arqueó una ceja, incrédulo.

—Oh, por favor, vamos. Es el momento ideal para hacerlo. Celebremos juntos.

—Lo rechazaré por segunda vez, alteza —respondió Rhaziel, con la misma serenidad.

El príncipe chasqueó la lengua con fastidio, aunque pronto sonrió de nuevo.

—Está bien —murmuró, y sin dudarlo bebió de la copa que había ofrecido a su capitán.— Pero te aconsejo que vayas practicando. El día de tu boda con mi hermana no podrás rechazar la copa que te ofrezca su majestad.

Los músculos de Rhaziel se tensaron de inmediato, como si cada fibra de su cuerpo se rebelara contra esas palabras. Aunque intentó mantener la compostura, su voz dejó escapar un matiz de molestia.

—No tendré que rechazar a su majestad, porque, como ya le he dicho, alteza… no deseo la mano de la princesa.

Khazan lo observó en silencio unos segundos, divertido por la osadía. Luego sonrió con cierta condescendencia.

—Rechazar la mano de una princesa...que atrevido. Dices eso ahora, pero sabes bien que no hay mayor honor que comprometerte con un miembro de la familia real. Así que no tomaré en serio ese rechazo. Piénsalo bien.

Los puños de Rhaziel se cerraron con tanta fuerza que las venas se marcaron en sus brazos. Inclinó la cabeza con rigidez, ocultando su furia bajo un gesto de respeto forzado.

—Entiendo, alteza.

Y sin añadir una palabra más, giró sobre sus talones y abandonó la carpa.

Al salir de la carpa, la luz repentina del exterior lo golpeó de lleno. Rhaziel entrecerró los ojos, incómodo por aquel destello que lo obligó a mantenerlos cerrados durante unos segundos. Inspiró hondo, dejando que el aire cargado de polvo y humo de hogueras llenara sus pulmones.

— ¿Acaso ese príncipe cree que soy un estúpido?—, pensó con desprecio. Esa propuesta de darle la mano de su hermana como supuesta recompensa no era más que una excusa para mantenerlo atado y bajo su control. Una cadena disfrazada de honor.

Su boca se curvó en una mueca irónica. Nada le interesaba menos que las mujeres… salvo una excepción.

Abrió los ojos al fin, y la cálida luz dorada del atardecer lo cegó un instante antes de volverse familiar. Aquellos tonos que teñían la vasta llanura frente a él tenían el mismo brillo, la misma intensidad que los ojos de Serena.

Rhaziel permaneció quieto, con la mirada perdida en el horizonte, atrapado por el resplandor que le devolvía el recuerdo de ella. Sintió un calor familiar apretar su pecho, uno que había sentido cuando pasaba tiempo con Serena.

—Pronto… —murmuró con voz grave, apenas audible, como una promesa susurrada al viento.

Serena apretó con fuerza los pliegues de su falda, sintiendo que el aire le pesaba en el pecho. Ese parecía ser un día particularmente funesto. Después de años sin siquiera ver el rostro de la condesa, esa mañana la habían mandado llamar.

Avanzaba rígida por el sendero que conducía a la mansión principal, cada paso le resultaba más difícil que el anterior. En su mente, una idea desesperada brillaba con insistencia: huir, correr antes de llegar. Tal vez sería lo mejor. ¿Y si Roger la esperaba adentro? El solo pensarlo le helaba la sangre.

Cuando la puerta del salón se abrió, Serena dudó. Se quedó paralizada en el umbral, pero la doncella a su lado la instó con severidad:

—La condesa la espera.

Tragó saliva y entró. Sus ojos recorrieron la estancia de inmediato. Roger no estaba allí. Un suspiro apenas perceptible escapó de sus labios, pero su alivio se disipó al instante al escuchar esa voz fría y autoritaria que siempre lograba ponerla a temblar.

—Has olvidado tus modales.

Julia la miraba con el mismo desdén que siempre le había dedicado. Serena reaccionó con rapidez, bajó la cabeza y ejecutó una reverencia impecable.

—Perdóneme, mi señora. Es un honor verla.

Julia no respondió, simplemente la observó de arriba abajo con detenimiento, como quien evalúa un objeto.

—Mmm —murmuró con una sonrisa apenas perceptible—. Parece que algo has cambiado… No te ves tan poco agraciada como antes. Y ese cuerpo ya podría cargar con un niño.— La Condesa jamás lo admitiría, pero sabía muy bien que la belleza de Serena era evidente, incluso excepcional, aunque su orgullo le impidiera reconocerlo.

Serena se estremeció ante esas palabras, como si una corriente helada recorriera su espalda. No podía replicar. Guardó silencio, bajando la mirada.

—Estás por cumplir tu mayoría de edad… —continuó la condesa, con tono calculador.

—Así es, mi señora —respondió Serena con timidez.

—Hoy almorzarás con nosotros.

La respiración de Serena se volvió errática; apenas pudo mover la cabeza en un gesto de asentimiento. No había escapatoria.

Julia había planeado aquel almuerzo con la esperanza de que su hijo estuviera presente. Había dicho a Roger que debían tratar un asunto importante, sin revelar que se trataba de un encuentro con Serena. Estaba convencida de que él acudiría. Sin embargo, una vez más, sus suposiciones resultaron equivocadas.

La mesa fue servida. La comida comenzó a enfriarse. La tarde avanzaba y Roger jamás apareció. El ceño de Julia se frunció con una mezcla de disgusto y rabia contenida. El mayordomo se inclinó hacia ella y le susurró al oído.

Los labios de la condesa se apretaron, y por un instante, sus ojos destellaron con furia. El mensaje era claro: Roger había sido visto por los criados que lo seguían, primero en el casino y luego entrando en una habitación privada acompañado de una cortesana.

—Esas malas costumbres… —masculló Julia entre dientes, antes de enderezarse en su asiento.

Luego clavó la mirada en Serena y, con un gesto frío de la mano, sentenció:

—Retírate.

Serena apenas necesitó escucharlo dos veces. Se inclinó con torpeza y abandonó la estancia con pasos apresurados, conteniendo la necesidad de correr.

Que su prometido resultara ser un libertino infiel era, para ella, más bendición que desgracia. Pero aquella reunión le había dejado algo muy claro, el matrimonio estaba más cerca de lo que había querido admitir. Y si quería escapar de ese destino, debía actuar pronto. Muy pronto.

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ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Hay nooo que angustia, Selena vive con una bomba de tiempo en la espalda
RiYue87🇻🇪
maldita vieja tonta, esa gente de alcurnia jamás la va a aceptar y va a culpar a serena de eso x dios 😒
Mitsuki G
En verdad este Shakan es buen amigo por qué supo moverse algo me dice que hay algo detrás de el no es alguien simple pero supo dónde estuvo y le confirmo que la ayudara a escapar me preguntó si su plan sigue igual en la noche de bodas cuando ya no es vigilada lo hará aunque me muero de ganas ver a Razhiel regresando al saber que Serena está apunto de casarse y que deje a ese ambicioso solo sin conocer a su cadena por qué es eso la hermana del principe una cadena de perro pero Razhiel fiel a Serena espero que cuando lo vea no lo rechace su mejor primer amigo
Elizabeth Yepez
ojalá serena logre huir
RiYue87🇻🇪: no va a huir en la boda aparece su cuñado para convertirla en su esposa x eso el título y lo dice en el primer capítulo 🤔 o eso entendí 🤪
total 1 replies
Rosa Pandui
Santo Dios,,pobre niña
Rosa Pandui
Es el inicio de una historia muy interesante
Elizabeth Yepez
pobre serena tener que casarse con ese pervertido
Yoraima Jaimes
Ojalá que Shakan la encuentre
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Hay nooo que asco de tipo ese Roger
Mitsuki G
Por lo menos Serena logró evitar que ese desgraciado intentará abusar de ella en ese momento ya que al ver a todas esas usadas dónde ve le interesa a Serena al verla pura no como las otras más usadas que nada me alegro saber que ese tipo no la tocara hasta la boda por lo menos con lo que vimos al inicio ese tipo no pudo hacer nada por qué Razhiel llegó a tiempo quien sabe si matandolo quien bien lo merece es un parásito en la sociedad y me alegra más que esa princesa que es buena se lo quede que busque alguien más que le compre su familia este Razhiel no es para ella
Blanca Ramirez
excelente historia
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Si condesa en un par de semanas dejaras de respirar junto a tu engendro. Hay como los odio y pensar que en estos tiempos hay gente peor que esas dos escorias
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Esa dulzura y ternura de la princesa va a durar poco apenas la rechacen va a sacar su verdadero ser, bruja monte hagas ilusiones las cosas son como son
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Que Dios cuide a la pobre Selena y espero una muerte cruel para la.condesa y su engendro
Yoraima Jaimes
pobre serena
Fattim.AR.
lamento decirle esto princesa, pero Raziel ya está apartado para Serena, así que no se haga ilusiones. 😺
Mitsuki G
Hay no pobre Serena esa bruja supo hacerlo bien la tiene encarcelado en esa habitación para que no vaya a huir que mal por ella ya que terminó en una prisión donde tiene sus perros guardianes de la bruja cuidandola ya vimos como llegó a esa boda por que la bruja le impidió la oportunidad de huir y lo mejor aunque no para esa princesa mimada hueca que piensa que todo es color de rosa y creé que su hermano le busco marido por cariño es más que nada amarrar a Razhiel no por que piense en su felicidad pero me da gusto que si no se ve mala la princesa pero tendrá que esperar a otro que le compré sus padres ya que Razhiel tendrá que apurarse para salvar a Serena y ser el esposo nada más de ella si la princesa sigue necia sera la concubina despreciada
Leonor Galillejo
buen trabajo
Elizabeth Yepez
pobre serena ahora sí no va a poder escapar de horrible pesadilla
Elizabeth Yepez
no puede ser ya no va a poder ir a trabajar y como va hacer para irse y con la escoria del prometido
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