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SI PUDIERA SALVARNOS

SI PUDIERA SALVARNOS

Status: En proceso
Genre:Amor de la infancia / Autosuperación / Reencuentro / Cambio de Imagen / Riqueza en una noche / Pretendiendo ser otra persona
Popularitas:1.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Irwin Saudade

Ivin quiere lo mejor para su familia y por eso esconde un secreto: por las noches es dama de compañía. Durante una noche de trabajo, se reencuentra con su crush de toda la vida. ¿Qué podría pasar cuando tu primer amor te confiesa estar enamorado de ti, pero tú estás en alquiler para otros hombres? ¿Por qué el amor es difícil a veces? ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué el amor no siempre nos salva?

NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

BOMBA

Una cama grande, sábanas blancas y espejos en la pared que nos permitían ver aquello tan candente de la noche. ¡Esa era la mentada habitación!

—Pediré algo para beber —le hago saber.

—¡Pide lo que quieras!

—Por cierto, suelo usar antifaz en el acto. Es parte del protocolo.

—No importa. ¡Te ves bien rica!

Tomé su mano y en un movimiento rápido estábamos de pie. Alán me miraba desde la barra, le hice la señal y el asintió. Morderme los labios de forma cautivadora y una botella de alcohol para hipnotizar a mi cliente.

¿Dónde había quedado aquella niña tan inocente que vende pays por las mañanas? ¿A dónde se fueron los rastros de aquella chiquilla a la que solo le importaba sonreír sin miedo a lo que la gente dijera? Que ahora mismo todo eso había cambiado y eran las noches donde yo misma me obligaba a esconder mi pudor.

Sentí una vibración en el bolsillo de mí vestido. Era una llamada.

—¿Hola?

—¿Estás en tu casa?

¿Por qué me marcaba en un momento como este? ¡La vida me estaba reprendiendo!

—¿Necesitas algo?

—Ivin estoy afuera de tu casa. ¿Tienes la música encendida?

Esta vez, parecía que mis intentos por mantener esto en secreto estaban por fracasar.

—No.

—¿No estás en casa?

Tragué un poco de saliva. Estábamos caminando por un pasillo que nos conducía a la habitación.

—No. Salí a caminar.

—¿A dónde? Es muy noche para salir a caminar, ¿no crees?

—Tú tranquilo. ¡Estoy bien! Mañana te veo.

Iba a colgar.

—No, espera. No me cuelgues. ¡Necesito hablarte de algo importante!

—¿Qué es?

—¿Dónde estás?

Mi cliente parecía estar perdido con el alcohol porque le costaba caminar. Sus ojos divagando, el tacto tambaleándose y ¿que se supone que debía hacer en un momento como este?

—¿No puedes esperar a mañana?

—En verdad que necesito hablar contigo. ¡Es algo importante!

Lo tuve que pensar rápidamente. Mi oportunidad de ganar dinero o pasar la noche con mi crush. ¿Cuál hubieses elegido tú? Bien dicen que el amor nos vuelve torpes. ¿Cuánta torpeza tenía yo en ese momento?

—Pasa por mí en el parque, estaré esperándote frente al quiosco.

—¡Vale! Llego en diez minutos.

Colgué la llamada. Dejé escapar un suspiro. ¡Ahora tenía que huir de aquí!

—¿Quieres que pida algo para beber?

—¡Más chelas! —El hombre estaba ebrio.

—Sí, pero esta vez te traeré una que te va a poner bien caliente.

Sus labios se curvaron en una sonrisa.

—Está bien. ¡Quiero un poco de eso! Mi ser ya esta duro para ti.

Su cuerpo se juntó demasiado al mío. Me dio una nalgada bien fuerte, me dolió un poco y tuve que aguantarme aquella sensación tan desagradable. ¡La perversidad es muy desagradable!

—Está es la habitación. Entra. Ahorita vuelvo con la bebida.

—Va. Te espero. Mientras me iré quitando la ropa.

Corrí a la barra, Alán estaba preparando una bebida para un cliente.

—¿Qué pasa? —Me preguntó con interés—. ¿Todo está bien?

—Necesito una bomba.

Se sorprendió un poco por mi petición, sus cejas se enarcaron y no lo culpo. En realidad, la bomba solía usarse solo en estas situaciones. ¡Mi cliente quería un rato caliente!

—¿Normal o cargada?

—La quiero bien cargada. ¡No quiero que se acuerde de nada!

¿Estuvo mal mi petición? ¿Por qué iba a hacer esto? ¿Por querer quedar bien con Manuel? ¿Por qué querer demostrarle a mi crush que mi sentimiento hacía él es incondicional? ¡Todo mi interior estaba loco!

—Va. Deja te la preparo. ¿Es un tipo malo?

—No. Él parece ser agradable, pero no quiero que trate mal a la chica que lo atenderá.

Su mirada parece irradiar curiosidad.

—¿Ya te irás a casa?

—Sí. Surgió algo importante.

—¿Quieres que te lleve a tu casa? Mi turno está por terminar.

Alán siempre trataba de cuidar de mí. La música del bar sonaba en volumen intenso.

—Sí, bueno, ese no es el detalle. Surgió algo diferente y pues, no iré a mi casa.

—¿Atenderás a otro cliente?

—No. Por esta noche, no.

—¿Te descubrieron tus padres?

—No, nada de eso.

—¿Todo bien?

—Te explico mañana.

Asintió. Comenzó a preparar la bomba para el cliente.

El vaso era de cristal, el tono de la bebida era azul y solo Alán sabía que era lo que esa cosa contenía. Literalmente podrías tomar eso y no acordarte de nada durante varios días.

—Ten, bebe esto. ¡Se te va a parar más! —le dijo ella al hombre con el que pasaría la noche.

Su mano sostuvo el vaso y sin dudar se lo empinó todo en la boca. ¿Qué sentiría él en ese instante? Sus ojos se enfocaron en ella, comenzó a tocarle las piernas por arriba de la tela de sus bragas. Sus pupilas se dilataron y parecía empezar a perder la noción de todo. Ella se abrió un poco, condujo su tacto más cerca de su sexo y neta que él parecía disfrutarlo.

Ella era muy hermosa, su nombre es Rosa María y a veces no logro entender porque es que ella termino en un lugar así. ¿Qué la condujo a querer comerciar con el pacer? ¿Por que permitía que los hombres tocaran su cuerpo de forma tan intima? ¡Yo no podría hacer algo así! ¿O, sí? El antifaz le quedaba perfecto a ella.

Yo sólo era la escort que vendía su tiempo por compañía y con esa audacia, ayudaba a otras chicas a ganar dinero a costa de vender su cuerpo.

...🦋🦋🦋...

Frente al quiosco las luces del parque hacían que uno se sintiera acogido por una sensación bien bonita. Era tranquilidad y paz, algo así como si nada en este mundo existiera. ¡Me gustaba estar sentada allí y ver qué el mundo había encontrado calma durante una noche! Porqué sin querer, fue en esta noche que las cosas cambiaron para mí. ¿De verdad? ¡Pues si! Ya lo sabrás. ¡Todo siguió su curso!

—Ivin.

Lentamente alcé la vista en dirección a Manuel. Venía corriendo y parecía cansado. Cuando se detuvo frente a mí, vi que su rostro irradiaba inestabilidad. ¿Por qué?

—¡Hola Manuel!

—Perdona la hora, es solo que...

¿Qué caso tenía reclamarle si al final mi corazón tenía su nombre en cada latido?

—¡Tranquilo! Con calma. Siéntate.

Su respiración acelerada producía un sonido que me hizo pensar en todas esas veces que uno está en angustia, jadeando por cansancio.

—¡Gracias por venir! ¿No podías dormir?

—No. La verdad es que a veces suelo escabullirme de mi casa para salir a caminar —mentí.

—¿Con vestido elegante?

—La noche es romántica y cuando salgo a caminar es como si pudiera tener una cita romántica con la luna —le digo con sinceridad.

—Suena bien. Como si se tratará de una terapia.

—Sí. La verdad es que si ayuda a que uno se sienta bien. ¿Cómo estás?

—Pues bien. Yo... —le estaba costando trabajo poder aclarar su respiración.

Y yo aparentaba mucha tranquilidad.

—¿Que es tan urgente?

El parque estaba prácticamente solo. No había ni un alma que fuese de acá para allá y los sonidos eran nulos. ¡Excepto por los sonidos de nuestras palabras!

—Encontré algo que me hizo sentir intranquilo.

—¿Qué es?

Metió su mano en el bolsillo de su chamarra, buscó y buscó, hasta que lo encontró.

—Encontré está carta entre mis cosas de la primaria.

¿Una carta? ¿Por eso vine hasta aquí? Me ofreció un trozo de papel doblado perfectamente en un cuadrado plano. ¡Una carta! ¿De quién?

—¿Y quién te la dio?

—Ese es el detalle, que no sé quién pudo haberme escrito eso. No tiene firma ni nombre de remitente, pero sé que la recibí de alguna chica.

—¿Y es una carta que diga algo malo?

Manuel tenía una mirada de niño chiquito. ¡Canijo!

—No es que se trate de algo malo. Sencillamente es lo que dice. Si quieres puedes leerla, no me molesta.

Me sorprendí un poco. ¿Leer su carta? ¿Para qué o qué? ¡Jahahaha! Como si mi curiosidad no fuese tan grande. ¡Canija que soy!

—¿Seguro?

—Sí. Quizá tú logres ayudarme a recordar quien pudo haberme escrito algo así de sincero.

Si te pones a pensar y tratas de comparar las cosas, ¿tú hubieses dejado ir tres mil quinientos pesos para ir a ver a tu crush, por qué resulta que él muy zoquete quiere que leas una carta de la primaria?

—Vale. ¿La leo ahora?

Mi intención no era que Manuel se sintiera incómodo al escucharme leer la carta de alguna de sus admiradoras de la primaria. Luego pensé de repente y dije: ¿Qué tiene de importante una carta que escribió alguna mocosa que estaba totalmente embobada en sus sentimientos por Manuel? ¿De verdad voy a leer la confesión de una estudiante con las hormonas alborotadas? ¡No puede ser! ¡Esto había llegado bien lejos!

Surgió en mí un conflicto intenso, unas ganas inmensas de querer ahorcar a Manuel y de hacerlo tragar su estúpida carta.

Entonces me dio igual todo y por primera vez en la vida, quise demostrarle a Manuel que esa lectura no me haría verlo como el crush de toda mi vida. ¡Intenté volver en el tiempo!

Después lo comprendí. La inocencia es aquello que importaba en esa noche.

—La carta dice...

...Querido:...

...Lo más probable es que en este momento estés de lo más sacado sorprendido. Ya sé que mi escritura no es la mejor, pero de verdad que esta carta es toda la sinceridad de mi corazón. Estoy poniendo en práctica todos los consejos que nuestro profesor nos ha enseñado y espero que puedas llegar a sentirte atraído por mí....

...Y bueno, soy bien cobarde porque no soy capaz de escribir mi nombre como remitente, aun así, creo que el que tú puedas leer estas líneas, es lo mejor que me puede pasar. ¡Y con eso me basta!...

...Sé que muchas chicas se mueren por ti, mi atención pertenece siempre a cómo es que todas ellas se deshacen por poder estar contigo y aquí es donde yo te confieso que también me derrito por ti cada vez que te pienso. ¡Es que estoy con las hormonas alborotadas! Me resultas un chico de lo más lindo, muy tierno y sobre todo listo. ¡Qué bonito sería si pudiéramos terminar juntos como novios! ¿Serias capaz de aceptarme?...

.........

—¡Orales! Esta carta sí que está bien intensa. ¡Luego se nota que esta chavita estaba bien clavada contigo! —Le dije a media lectura.

Sus labios se curvaron suavemente en una sonrisa, su mano se apoyó contra mi rodilla y quise pasar por alto aquel tacto. ¿Qué significa esa sonrisa, la cercanía y su forma tan nerviosa de verme? ¡Necesito tomar una bomba! No quiero acordarme de esto.

1
Bella Maldonado Beltran
Excelente
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