Boy Alexander, un hombre de 28 años, ha dedicado toda su vida a servir a la familia Keano como asistente personal. Además, es el jefe del equipo de seguridad, liderando a todos los guardaespaldas que protegen a dicha familia.
Antes de ser adoptado, vivía en un orfanato. Nunca conoció a sus padres ni supo su verdadera identidad.
Por cumplir con su deber de proteger a una de las integrantes de la familia Keano, Boy se ve obligado a casarse con la joven señorita de la casa, lo que hace que su suegro lo desprecie, pues solo lo considera un simple asistente.
Lo que nadie imagina es que Boy es en realidad heredero de una familia poderosa. Su padre murió cuando él nació, y fue su propio abuelo quien lo arrojó al orfanato, rechazándolo porque no quería tener un nieto de baja cuna.
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Capítulo 19
—¿Hoy era el día de la revisión de la tía, verdad? ¿Cómo están los resultados, tía? —le preguntó Alexa a Jasmine. En ese momento, ambas estaban conversando en el patio trasero del hospital.
—Como siempre, no ha habido ninguna mejoría. Pero el doctor Ricko dijo que hará todo lo posible para que la tía pueda volver a caminar —respondió Jasmine con una expresión de tristeza en su rostro.
Jasmine había intentado todo tipo de tratamientos para poder volver a caminar, incluso el señor Alam la llevó a tratarse al extranjero. Pero los resultados siempre fueron nulos. Entonces Wilson le presentó a Jasmine al doctor Ricko, un neurólogo que trabajaba en la empresa de Keano. Wilson dijo que el doctor Ricko había logrado que varios pacientes que habían sido diagnosticados con parálisis permanente pudieran volver a caminar. Por eso, hasta ahora, Jasmine seguía depositando grandes esperanzas en el doctor Ricko. Deseaba fervientemente que sus piernas volvieran a funcionar.
Alexa intentó consolar a Jasmine: —Estoy segura de que algún día las piernas de la tía se curarán. Y la tía podrá volver a caminar.
Jasmine esbozó una leve sonrisa: —Gracias, Alexa.
—Sí, de nada, tía. —En realidad, Alexa quería disculparse con Jasmine por no poder casarse con Erick, pero sentía que ese no era el momento adecuado para hablar de ello. Especialmente al ver la expresión de tristeza en el rostro de Jasmine.
—Ah, sí, como sabía que iba a verte, te traje tu comida favorita. ¡La preparé yo misma! —dijo Jasmine mientras le entregaba a Alexa una bolsa de papel que contenía una ensalada de frutas.
Alexa aceptó el regalo de Jasmine con gusto. —Dios mío, muchas gracias, tía. Seguro que me la como toda.
—Te pareces mucho a mí. Te encanta la fruta. Pero, lamentablemente, a mi primer esposo no le gustaba la fruta. A pesar de que consumir fruta tiene muchísimos beneficios y es bueno para la salud —dijo la tía Jasmine sonriendo, recordando sus momentos pasados con Adnan cuando Jasmine intentaba convencerlo de que probara su ensalada de frutas.
Alexa solo sonrió. La historia de Jasmine le recordó a Boy. Boy también era así, desde pequeño no le gustaba la fruta.
Recordar a Boy hizo que el rostro de Alexa se sonrojara de repente. Imaginar que había dormido toda la noche en la misma cama con ese hombre. Hizo que Alexa tragara saliva varias veces, especialmente al recordar lo sexy que se veía Boy sin camisa.
Alexa rápidamente desechó sus pensamientos impuros sobre Boy. Tenía que concentrarse en su conversación con Jasmine.
—Emm... ¿Todavía recuerdas lo que la tía te contó sobre Marshel? —le preguntó Jasmine a Alexa. Al parecer, Jasmine solía compartir historias con Alexa.
Quizás Alexa siempre había parecido mimada y problemática. Pero la chica, al parecer, podía ser madura y ser una buena oyente para Jasmine. Lo mismo ocurría con Alexa, ella también solía compartir historias con Jasmine. Porque Alexa podía obtener el afecto y la atención sinceros de Jasmine.
—Por supuesto que lo recuerdo. Marshel es el hijo de la tía de su primer matrimonio, ¿verdad? —respondió Alexa.
—Sí, si Marshel todavía estuviera vivo, hoy sería su cumpleaños, Alexa. Seguramente se habría convertido en un hombre muy guapo y fuerte como su padre —dijo Jasmine con los ojos llorosos.
Las palabras de Jasmine hicieron que Alexa recordara algo. Hasta el punto de que la chica se golpeó la frente. —¡Dios mío! Hoy es el cumpleaños de Boy.
—¿Boy? ¿Quién es él? —preguntó Jasmine frunciendo el ceño.
Alexa parecía avergonzada. ¿Por qué tenía que hablar de Boy con su futura suegra?
—Emm... Boy es un asistente en la familia Keano. Él... —Alexa no continuó su frase cuando vio accidentalmente que la persona de la que estaba hablando se encontraba en el patio trasero del hospital.
Desde la distancia, Boy miraba a Alexa con una mirada penetrante. Como si el hombre quisiera comérsela viva. Quizás porque Boy estaba muy molesto, ya que por culpa de Alexa, Boy estaba en problemas.
Jasmine se dio cuenta perfectamente de que Alexa estaba mirando a alguien. La mujer, por reflejo, miró en la dirección de la persona a la que Alexa estaba mirando.
¡Zas!
Jasmine se quedó paralizada al instante cuando vio la figura de un hombre que de repente le recordó a Adnan, haciendo que sus ojos se llenaran de lágrimas y su corazón pareciera temblar.
