En esta segunda parte de 'Mi Perdición', el matrimonio de Jacob y Kathering se verá envuelto en muchos conflictos debido a un viejo amor del pasado.
¿El amor que se tienen será lo suficientemente fuerte para salvar su hogar?.
NovelToon tiene autorización de Naz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Algo por decir.
No te preocupes, lo importante de todo esto es que igual ya le dejaste las cosas claras ~Hillary acaricia mi espalda~
- Puse en riesgo a mis hijos, ¿qué clase de madre soy? ~digo mientras lloro~ Soy demasiado confiada y Jacob siempre me lo dice, lo peor es que discutí con él por quien quiera que sea esa mujer.
- Igual, gracias a Dios nunca le hizo algo a los niños. Si vuelve a buscarte, tienes que confrontarla y averiguar quién es.
Después de que logré calmarme gracias a las chicas, tratamos de seguir con la salida sin que fuera incómoda por la reciente revelación.
Estuvimos por lo menos cuatro horas en el centro comercial antes de que decidiéramos volver a casa.
- Mi auto está en el taller, así que he venido en taxi ~dice Hillary terminando su bebida~
- Como dije antes, Dylan no me ha dejado conducir desde que le dije lo del embarazo, así que me toca llamarlo.
- Mejor las llevo a ambas.
Mientras nos dirigimos a casa de Hillary, una llamada de Jacob me entra y Sarah toma mi cel para contestar.
- ¡Mi amor!
- ¿Jacob? ~frunzo el ceño~ ¿Por qué gritas?
- ¿Amor?, oigo borrosos.
- ¿De qué estás hablando?, ¿estás bien?
- Espero que Sarah... No este conduciendo ~la voz de Dylan se escucha al fondo~
- ¡Te juro que está noche te hago un hijo, mi amor! ~grita Lían y se escucha un fuerte ruido~
- ¿Están ebrios?
- Mi amor, ¿dónde están, mi vida? ~trato de no reír~
- Estamos... ¿Dónde estamos? ~le pregunta no se a quién~ Estamos en el nido de amor.
- ¿Dónde es eso? ~Hillary y yo reímos~
- Es... Están en mi casa ~eice Sarah con pena~
- No me digas que así es como Dylan y tú le dicen a su casa ~digo entre risas y Hillary no para de reír~
- Ya cállense.
Llegamos a su casa y al entrar, nos encontramos con tres hombros muertos de risa, la razón: no la sabemos.
- ¡AMOR! ~gritan los tres al unisono~
Extiendo mis manos y ambas me entregan el dinero de la apuesta que efectivamente, he ganado.
- Acabas de hacer que pierda trescientos dólares, Lían ~Hillary dice con su entrecejo fruncido y camina hasta ellos~
Meter a este hombre en el auto será todo un lío...
- Mi... Auto... ~dice entre dormido~
- Se quedó en casa de tu hermana, mañana estará en casa, no te preocupes ~digo mientras conduzco~
- Hueles muy bien... ~recuesta su cabeza en mi hombro~
- ¿En qué momento se embriagaron así? ~poso mi mejilla sobre su cabello y mi mano sobre su rostro~
***
Joder, como pesa este hombre.
La única vez qué tuve que cargar a Jacob ebrio, fue cuando murió su madre. Él solo bebé de esta forma cuando algo realmente le afecta, ¿estará pasando algo que no quiera decirme?
Lo dejo sobre la cama con dificultad y respiro porque se siente como si me hubiera quitado un gran peso de encima (literal).
Quitó sus zapatos y todo lo que lleva puesto dejándolo solo en bóxer, pero cuando intro irme para ducharme, me detiene.
- No... Quédate aquí, conmigo.
- Tengo que quitarme está ropa y ducharme, ya vuelvo.
- No... No te vayas ~tira de mí haciendo que caiga sobre él~
Trato de no echar todo mi peso, pero este me aprieta a su cuerpo y se aferra a mi diminuta figura como si en serio fuese a irme de su vida.
- Cariño, solo voy a ducharme ~insisto, pero este ciñe más su agarre~
- No quiero que te vayas, no quiero perderte. Si te llegará a pasar algo a ti o los niños... Me muero ~su voz se quiebra y yo me sorprendo~ Me muero.
- Amor, ¿por qué dices esas cosas?
Definitivamente, está pasando algo, Jacob ya no bebe hasta el punto de embriagarse a menos que le esté pasado bastante mal.
- Aunque trato de hacerme el fuerte, la verdad es que cuando se trata de ti... Soy completamente débil.
>> No podría soportarlo, si mueres por mi culpa, te pido que me lleves contigo porque no podría... No querría seguir sin ti. Si te hace algo... Me mato para ir detrás de ti.
- ¿Quién querría dañarme?, ¿sabes algo? ~digo suavemente acariciando su cabello~ ¿Amor?
¿Cómo puede caer profundamente dormido en este momento?, no entiendo el porqué de sus palabras.
Mañana que se reponga, le comentaré sobre lo de Nathaly.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Al día siguiente:
Jacob aún no despierta así que aprovecho para buscar pastillas para el dolor porque sé que se va a despertar con una jaqueca terrible.
Subo a la habitación con las pastillas y el vaso de agua, y las dejo sobre la mesita de noche a su costado.
Me siento en el pequeño sillón al costado de las cama y le envío un mensaje a Nathaly sobre que nos veamos está tarde. Voy a averiguar quién es realmente está mujer.
- Dios...
Se sienta y se lleva la mano a la cabeza aún con los ojos cerrados. No he abierto las cortinas precisamente para que la luz no lastima sus ojos, es obvio que la cabeza le está martillando.
Repara en mí, le señalo las pastillas y suspirando, se las toma.
- ¿Estás bien?
- No...
- ¿Te acuerdas de lo que pasó ayer?
- ¿Qué pasó ayer?, ¿qué hice? ~abre los ojos alarmado~
- No fue nada malo, no te preocupes ~sonrío para darle confianza~ Me refiero... A lo que me dijiste antes de dormirte.
- Lo siento, no recuerdo nada... Pero si fue algo lindo; es verdad ~sonríe coqueto y río~
- Vida... ¿Tienes algo por decirme? ~lo miro a los ojos~
- No que yo sepa ~me sostiene la mirada y parece haner algo en ella, pero no sé describirlo~
- ¿Seguro?
- Seguro...