_ Llego a mi casa después de un día agotador, solo quiero un baño y dormir por toda una semana. Todo está oscuro, entro sin fuerzas, camino como zombi hasta que ¡bam! caigo en el piso. ¡Mierda! He tropezado con algo. ¡¿Qué es esto?! Enciendo las luces, !!! Mi casa esta toda revuelta, faltan los muebles, no hay nada todo está vacío. Ni los electrodomésticos, ni mesas, ni sillas, no hay nada. ¿A dónde han ido mis pertenencias?, avanzo por la habitación, ¡me han robado!, ¡¿cómo sucedió esto?!
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Deudas
_ Llego a mi casa después de un día agotador, solo quiero un baño y dormir por toda una semana.
Todo está oscuro, entro sin fuerzas, camino como zombi hasta que ¡bam! Caigo en el piso.
¡Mierda! He tropezado con algo. ¡¿Qué es esto?! Enciendo las luces,!!! Mi casa está toda revuelta, faltan los muebles, ¡no hay nada todo está vacío! Ni los electrodomésticos, ni mesas, ni sillas, no hay nada. ¿A dónde han ido mis pertenencias?, avanzo por la habitación, ¡me han robado!, ¡¿cómo sucedió esto?!
La casa está completamente vacía, solo hay una nota en la pared:
Lo siento, me metí en muchas deudas y tuve que huir, no te enfades conmigo. En verdad lo siento.
Álvaro.
_ ¡Ese infeliz se lo ha llevado todo!, siento pasos en la entrada, tocan la puerta como si fueran a derribarla. Al salir hay unos hombres de aspecto intimidante. Intento volver a cerrar, pero uno de ellos lo impide, irrumpen en mi apartamento como si no les importara no ser invitados.
¿?: ¿Dónde está Álvaro?
_ ¿Quiénes son ustedes?
¿?: Eso no importa, Álvaro nos debe mucho dinero. Sabemos que vive aquí o ¿es que están escapando?
_ ¿Escapando? Ese malnacido se fue, me ha robado todo y se fue. Llego a mi casa y me encuentro este desastre.
¿?: ¿Piensas que somos tontos?
_ Piensen lo que quieran, si les debe dinero búsquenlo.
¿?: Si no está, tu asumirás la deuda.
_ ¡¿Qué?! ¿Por qué? Él es el que les debe, no yo.
¿?: No perderé mi dinero, si Álvaro no aparece tú tomarás su lugar.
_ ¡No!, ¡no haré algo como eso!
*Debe ser por el cansancio que no estoy pensando con claridad, estos tipos podrían matarme. El que parece estar a cargo se acerca a mí y me toma del rostro, apretándome fuerte. Tomo sus manos tratando de zafarme, pero su agarre solo se aprieta más. *
¿?: ¡Si digo que tú pagarás!, ¡lo harás!
_ *Me suelta con brusquedad, tirándome al piso y se marchan, pero esa mirada en sus rostros me dice que volverán. Después de asegurarme que se han ido, salgo. Me he olvidado del cansancio que me invade, mi casa ya no es segura. Quién sabe si esos bastardos vuelven y me hacen algo peor. Ese maldito de Álvaro, si lo encuentro lo mataré. Llevamos saliendo tres años, incluso me propuso matrimonio y yo como una tonta acepté. Solo a unas pocas semanas de la boda esto sucede. Desaparece y me deja metida en esta situación, voy a casa de mi único amigo,
toco su puerta. *
¿?: ¿Qué sucede?
_ Álex, Álvaro se fue, me abandonó.
Alex: * Verónica está hecha un desastre y su rostro es un mar de lágrimas*. Entra, no te quedes afuera, ¿qué pasó?
Verónica: ese malnacido me dejó, vació mi casa. Ya no tengo nada y para colmo unos hombres muy siniestros aparecieron exigiendo que pagara su deuda.
Alex: ¡¿Qué?! Vero, eso es peligroso pudieron matarte. Por eso tu rostro tiene esas marcas rojas, pensé que habías discutido con tu novio.
Verónica: lo perdí todo de la noche a la mañana y sin previo aviso, nunca vi ninguna señal de que algo iba mal.
Alex: sabes que Álvaro nunca me agradó, siempre pensé que era un imbécil. No quiero agobiarte más, pero si se fue huyendo....
Verónica: ¿en qué piensas?
Alex: ¿compartían alguna cuenta bancaria?
Verónica: no, no, no, ese idiota no pudo hacerlo, ¿verdad? * Tomo mi teléfono y reviso el estado de mis cuentas y están en cero*. No, no, no, ¡mi dinero!, ¡los ahorros de toda una vida!
Alex: ¡cálmate, te va a dar algo!
Verónica: ¡cómo puedo calmarme! no tengo nada, mi casa está vacía. No tengo dinero, no puedo volver por miedo a que esos hombres aparezcan ¿que haré?
Alex: sabes que cuentas conmigo, quédate aquí el tiempo que necesites.
Verónica: gracias, no sabría a quién más acudir solo te tengo a ti. * No puedo evitar sollozar, estoy hecha un lío y mi situación no es alentadora. *
Alex: * la abrazo fuerte intentando confortarla*. Tranquila, no hay nada que un helado no resuelva. * Seco sus lágrimas*. Ya no llores encontraremos una solución por ahora no vuelvas, quédate aquí.
Verónica: pero… mis pertenencias.
Alex: olvídate de eso, no puedes regresar. Ya nos las arreglaremos.
Verónica: gracias. * Después una hora de llorar a mares en sus brazos me doy una ducha para usar una de sus camisas, que me queda enorme pero aun así es mejor que volver a casa. *
Alex: * ya ha amanecido, me preparo para ir al trabajo, al llegar a la cocina veo el desayuno preparado para mí y una nota. *
Para que empieces un largo día con fuerzas, gracias por acogerme.
Alex: (Sonrío) *sé que se levanta más temprano que yo. Mi rutina se verá afectada por su presencia sobre todo en las noches, pero me alegra poder ayudarla. Cuando salga del trabajo pasaré por su casa, dejó las llaves, sé que querrá recuperar las cosas de su madre espero que ese malnacido no sea tan infeliz de robarlas también.
Después de un día agotador estoy en frente de su edificio y efectivamente hay unos tipos de aspecto raro cerca y no dejan se mirar quien entra y quien sale, no me conocen así que supongo que está bien. Entro al edificio y me aseguro que nadie me vea entrar al departamento, está todo vacío. Voy al armario tomo una bolsa y guardo la mayoría de la ropa y en el fondo, en una gaveta casi escondida al final del guardarropa está el cofre donde guarda las cosas de su madre. Al parecer Álvaro nunca supo de este escondite, por suerte nos conocemos hace mucho, si alguien conoce todos sus secretos ese sería yo. Guardo todo y me apresuro a salir no quiero llamar la atención, cuando llego a mi casa me encuentro con Verónica hecha un mar de lágrimas otra vez. Dejo todo lo que traigo a un lado, * ¿Qué pasó?
Verónica: me …despidieron.
Alex: ¡¿Qué?! ¿cómo pasó eso?
Verónica: estábamos trabajando con un nuevo inversor a duras penas logramos hacerlo nuestro cliente, sabes que la empresa de marketing donde trabajo tiene muchos competidores y nuestro proyecto era muy importante. La información se filtró y la presentación quedó completamente arruinada, sé que fue el idiota de Iván. Siempre me ha mirado con celos, pero ese imbécil me culpó de todo y le creyeron. Hasta había un correo, ese malnacido envío la filtración del proyecto desde mi escritorio así que no tenía como probar que no fui yo y lo que más me molesta es la expresión prepotente que tenía. No pude hacer nada, no había manera de probar mi inocencia. Aunque es mi culpa, con todo lo que sucedió he estado distraída y le di la oportunidad de arruinarme.
Alex: ¡claro que no es tu culpa, es de ese idiota! Tranquila todo saldrá bien.