Mi Vecino, Mi Amor

—No cabe duda debió de ser él, lo siento mucho muchacha pero a tu madre la engañaron, aunque ahora será más difícil comprobar si Demetrio es tu padre—

—¿Qué de que está hablando?—

—Que tu padre no es Apolo, si no mas bien mi hijastro Demetrio al parecer el se hizo pasar por mi hijo y engaño a tu madre—

—Ustedes me están mintiendo, pero exigiré una prueba de ADN estoy decidida a reclamar lo que me pertenece —

—Por lo visto tu no estás entendiendo niña nadie se quiere quedar con lo que te pertenece pero no por Apolo si no por Demetrio él debe de ser tu padre pero ahora será más difícil saber si en realidad eres su hija, el murió hace unos años y al no tener ningún lazo sanguíneo con sus hermanos comprenderás que es más difícil si el en realidad fue tu padre ya que Demetrio era adoptado — dijo Xiomara.

—Si resultas ser hija de él sus bienes pasarán a tus manos — dijo Apolo.

Monserrat había quedado muy abrumada con todo lo que acababa de escuchar así que decidió salir a montar, siempre que algo la turba iba aquel rincón del lago ese era como su escondite, comenzó a quitarse la ropa ya que la tarde era hermosa y había un clima agradable, se quitó todo pues así le gustaba nadar desde que era niña además pocos podían entrar a ese lugar ya que tenía una entrada que era cubierta por vegetación del lugar, Monserrat disfrutaba nadar en ese lugar parecía que estaba lejos de cualquier problema o tristeza, ella nada a de lo más tranquila cuando sintió cómo unas manos rodeaban su cintura, ella tuvo miedo pero el calor se fue apoderando de ella, el comenzó a besar su cuello, las yemas de los dedos tocaron sus labios, ella libero un pequeño gemido estaba extasiada, las manos de él se fueron deslizando por sus pechos hasta llegar a su vientre, la respiración de ambos comenzó a tornarse pesada, el comenzó a tocar aquel rincón del placer con mucha suavidad, el sentía el calor en sus manos los dos estaban ardiendo por el calor de aquella pasión, Monserrat llegó al orgasmo con el toque de aquel hombre, el hombre de sus sueños Diego, comenzaron a besarse Monserrat estaba perdida entre el deseo y la lujuria su razón la abandono desde que Diego le dio las primeras carisias, Monserrat era arrastrada a la pasión, su deseo era mucho más fuerte que ella, sucumbió ante Diego, el amor y el deseo era cada vez más fuerte, los dos se dejaron llevar por lo que sentía hicieron el amor con el lago y el cielo como testigos, se quedaron tumbados a un lado del lago, abrazados sin decirse nada solo se miraban como si mañana no se volverían a ver. Había silencio los dos estaban tomados de las manos, el primero en hablar fue Diego:

—No puedes negar esto que sientes se que aún me sigues amando, cada beso que me das me lo demuestra—

—Si, aún te sigo amando y cada vez me convenzo que no podré olvidarte pero dime ¿Qué te hace pensar que me amas y que no soy un capricho?, Después de todo cuando te deje de rogar descubriste que amas ¿Quién me asegura que cuando vuelva a ti, tú no me dejarás?—

—¡Yo! te lo aseguro , pues se realmente que te amo—

Monserrat se levantó tomo su ropa, quería decir tantas cosas pero no sabía cómo empezar hasta que dijo.

—Creo que lo mejor será dejar de vernos por algún tiempo hasta que arregle mi situación con Teo, el no se merece que yo haga lo que estoy haciendo contigo —.