Nadie nunca ha visto el verdadero rostro de la emperatriz. Nadie sabe la razon por la que la emperatriz no se ha dejado ver por su pueblo. Algunos dicen que tiene un rostro poco agraciado. Otros dicen que desconfía de todos a su alrededor. Las malas lenguas hablan sobre la guerra. Una mujer de tan solo 18 años que lidero la guerra mas larga de la historia de los 5 reinos. Solo 20 minutos le tomo acabar una guerra que habia durado mas de 40 años. La salvadora de la nacion. La emperatriz Suprema. Ishtar D'Labot.
Nadie conoce su verdadero rostro. Nadie recuerda su verdadero ser.
Excepto el. El recien nombrado Duque de Geronia ha vuelto al imperio. Con el unico deseo de recuperar el amor que ha perdido.
Pero se llevara una grande sorpresa. Porque la mujer de sus recuerdos ya no existe. Y en su lugar una mujer con multiples rostros lo recibe.
Dentro de ella residen muchas personalidades. ¿Podra el enamorar a todas ellas?
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Capitulo 18:La carta que planea cambiarlo todo
La emperatriz yacía sentada en su oficina. En sus manos la carta que planeaba cambiarlo todo.
Parece que no habia dejado la impresion deseada.
—Que dice la carta?
Ishtar levanto la cabeza y observo a Raktar a algunos pasos de ella. Cerro la carta que tenía entre sus manos y respondio.
—Al parecer el heredero legitimo del trono quiere pelear por el.
Raktar la miro con sorpresa—Cual heredero? ¿De que carajos hablan?
—Segun esta carta, el antiguo emperador tenia una aventura con una antigua criada del palacio y de esa idílica aventura nacio el hombre que me ha enviado esta carta, alegando tener pruebas suficientes para bajarme del trono.
Ishtar sonrió, se puso de pie y camino hacia la ventana. Su vista se posó en el jardín, en el hombre que yacía sentado en el kiosco tomando su desayuno con una sonrisa en el rostro.
Todavía recuerda la calidez de sus manos enrolladas en su cuerpo. Abrió los ojos esta mañana y se encontró atrapada entre sus brazos. Con su respiración suave en su nuca. Se había quedado completamente congelada pensando:
¿Como había llegado hasta esa situación? ¿Qué era lo que el tenía? ¿Cuál era la magia que solo su presencia poseía?
¿Como habia logrado traerla de vuelta?
El le habia ganado. Y no creía tener el poder suficiente para parar la montaña de emociones que el le provocaba.
La emperatriz no lo sabia. Pero en ese momento estaba sonriendo. Una sonrisa sincera. Cargada de todo aquello que no se sentia con el valor de decir.
—Que planeas hacer Ishtar?
Raktar la miro preocupado intentando llamar su atencion, pero Ishtar parecia completamente hipnotizada por la vista del jardin. Lord raktar se acerco y se detuvo a su lado, y efectivamente estaba viendo lo que el pensaba.
El Duque Yoon-ha
Raktar palmeo su hombro ofuscado—Ishtar por dios!! esto es importante. Se que lo amas y lo adoras, pero el no ira a ningun lado. Vamos a concentrarnos en este problema primero.
La emperatriz bufo alejándose de la ventana.
—Crees que esto es un problema? Ese hombre que fue tan estupido como para avisarme de su siguiente movimiento, nunca lograra doblegarme. Dejémoslo que haga el alboroto que quiera. Le cortare la cabeza y en sus ultimos segundos se arrepentirá de haber codiciado un lugar que no le pertenece... El de verdad cree que un campesino puede llegar a ser emperador—la emperatriz se carcajeo divertida, camino hacia la puerta y le dio una ultima mirada a lord raktar—Dejemos que venga y choque con su propia ignorancia... Ahora me ire, tengo mejores cosas que hacer que preocuparme por esa tonteria.
—Si, ¿como estar con el duque?—El evidente tono de burla de Raktar solo hizo sonreir a la emperatriz.
—Exactamente.
La emperatriz abandono la habitacion dejando a lord raktar completamente sorprendido adentro.
¿A caso La emperatriz habia admitido tener sentimientos?
Ishtar llego a al jardin y lo observo en silencio. Yoon-ha seguia sentado en el mismo lugar, la mesa ya habia sido recogida. El sol bañaba su rostro, su piel palida brillaba como porcelana. Su mirada se clavo en ella, como si hubiera sentido su presencia. El duque se puso de pie, la emperatriz camino hacia el, deteniéndose a solo unos pasos de el.
—Buenos dias su majestad.
La emperatriz sonrio divertida—Su majestad?... ¿por que tan formal? no parecías tan educado esta mañana mientras me apresabas entre tus brazos.
El duque bajo la cabeza avergonzado, pero la emperatriz lo miro, pudo ver como sus mejillas blanquecinas se pintaban de rojo.
—Tierno—susurro bajo.
La emperatriz camino hacia el y se sento a su lado.
—Puede tomar asiento Duque Yoon-ha.
El duque asintio avergonzado y se sento a su lado. Los dos se quedaron en silencio observando el jardin, disfrutando de la compañia del otro.
No podia negarlo, la evidente calma que sentia a su lado. Su simple presencia lograba ponerla de buen humor.
—Duque Yoon-Ha, pronto tendremos visitas no deseadas en el palacio.
El duque la miro confundido—Oh... y por que dejara que vengan si no desea tenerlos aqui?
La emperatriz sonrio y lo miro a los ojos.
—Es necesario recordarles con quien estan tratando. Yo libere a este imperio. Me he ganado este lugar. No solo porque fui criada para ello. Si no porque yo les he dado lo que ningun otro emperador habia logrado en la historia. Yo traje la paz a los cinco reinos, yo acabe con la escasez, yo les di oportunidades a todos sin importar su estatus social... Y ahora ellos dejaran ver como los hace sentir eso.
Yoon-Ha asintio. Le sonrio y tomo su mano por encima de la mesa. La emperatriz se sorprendió, sus ojos se clavaron en la union de sus manos.
—Usted ha sido y es, lo mejor que le ha pasado a este imperio. Usted nos libero de la tirania de los antiguos emperadores. Usted fue el milagro que nos salvo de la muerte. El imperio debe estar muy agradecido.
La emperatriz se regocijo con cada palabra que salio de sus labios. Nunca deseo ser la heroina de esas personas, no espero un reconocimiento de ellos. Ella no. Porque ella conocia quien era. Ella conocia su poder y su evidente valia. Pero escucharlo de los labios del Duque era otra cosa, porque inconscientemente. Ella deseaba agradarle. Solo a el.
La emperatriz se puso de pie soltando su mano, lo miro con una sonrisa en los labios—Esta noche cuando vayamos a dormir, quiero ser yo a quien lleve a su cama, Duque.
El hombre la miro sorprendido. y la emperatriz no espero una respuesta, simplemente se dio la vuelta y abandono el lugar.
