Maximiliano, un hombre lobo es transportado a otro mundo cuando huía de alguien que lo quería matar, en donde se topa con una humana muy peculiar, quien no solo le atrae, sino que trastoca su mundo y su ser. Juntos descubren que la humana no es de este mundo sino de donde viene Max, un mundo lleno de diferentes razas además de los humanos, y que hay un secreto detrás del encuentro entre los dos, que no solo los pone en peligro, también a sus mundos.
¿Descubrirán cuál es ese secreto? ¿Por qué los pone en peligro ese secreto?
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Capítulo 18
Maximiliano estaba sorprendido de regresar a la cueva en donde fue transportado al mundo de Raven y no temía que había llegado a un mundo diferente al suyo. Aun así, no se precipitó en salir sino que se mantuvo en alerta, escuchando y olfateando el lugar, hasta estar completamente seguro que podían salir.
Asomó la cabeza y miró en la bruma del bosque tan familiar. Aquí pudo sentir que su alma inquieta se tranquilizaba mucho mejor que en el mundo de Raven, y ya no se sentía tan rabioso. Sintió la fuerza que le faltaba regresar a su cuerpo y su lobo inquieto al fin estaba más sereno.
-Si no tuviera urgencia, podríamos pasear a pie, pero necesito llegar en un par de días, así que tendremos que correr.
-¿Cómo lo haremos?
Raven no veía que hubiera un vehículo que los llevara velozmente. Se quedó callada cuando Max se transformó en un lobo por completo, cosa que no había logrado por la escasez de magia, además de temer no poder controlar a su lobo y actuara más salvaje y lastimar a Raven en el proceso.
El lobo era de color plateado, con un tamaño mucho mayor que un lobo común. Era inmenso, casi como un poni, con un pelaje lustroso y suave al tacto, porque Raven no pudo contener su curiosidad, acarició el lomo del lobo sin miedo. El lobo se mostró dócil e incluso olfateó su cuello, restregándose descaradamente en su pecho y Raven no pudo evitar acariciarlo como a un perro, aunque al mismo Max no pareció disgustarle la muestra de cariño e incluso sacudió la cola feliz.
-Te ves hermoso – recibió un lengüetazo en su mejilla – Sí, sí, sigues siendo atractivo. Entonces iré en tu lomo, ¿no es así?
El lobo asintió y Raven ya no preguntó más. Max se agachó tanto como pudo su cuerpo para permitir que Raven pudiera subirse en su lomo sin tanta dificultad, y en cuanto sintió que se sujetaba en su pelaje, corrió. Primero un poco lento, con el cuidado que Raven no se callera de su lomo, cuando sintió que ella no tenía dificultad de soportar la velocidad, la aumentó, dejando casi una imagen residual entre el bosque denso.
***
Los Silverwolf recibieron la adivinación de la bruja que aún se quedaba en su castillo de la energía de Maximiliano en el continente. Todos se pusieron un poco felices, pero aún estaban preocupados de cómo se encontraba Max.
-Según mi espíritu guía, su aliento parece fuerte y sin fluctuación, así que debe estar bien.
-Eso esperamos – la emperatriz al fin se sentó en el sofá, sintiéndose cansada – Hay que mandar guardias para buscarlo.
-Está bien – contestó Malcolm – Pero solo será un escuadrón de elite, no quiero alertar a nadie del paradero de Max.
Todos asintieron. Si querían evitar sospechas o incluso que los enemigos supiera de Max, tenían que ser lo más discreto posible, no podían hacer fanfarria de ello.
Zafiro se sintió un poco más aliviada que su hermano ya estuviera en el territorio. Miró a su madre que estaba más demacrada que la última vez, siendo abrazada por su padre. Esperaba que se supiera todo y dónde había estado su hermano.
Salió del estudio un poco más aliviada, esperando que su hermano llegara al palacio y calmar el estado de su madre, entonces en el pasillo se encontró con el emperador de Yaguar y no pudo evitar que su corazón galopara, recriminándose por ello. Y menos aun cuando el mismo hombre la miraba como una presa. No sabía si él era consciente o así era su forma de ser, en todo caso, su presencia dominante casi la abrumaba. Quería irse en otra dirección, pero él ya la había notado y no podía evitarlo. Terminó esperando que él pasara a su lado y ella solo hiso un leve saludo, pero no creyó que la otra parte se detuviera frente a ella, dejándola indefensa.
-Majestad – hiso una leve reverencia.
-Princesa Zafiro – el nombre en la boca de él, solo hiso que Zafiro se sintiera sofocada – No veo a sus doncellas con usted.
-No es necesario tanta comitiva, es mejor estar sola.
-Es de la familia imperial, su seguridad es lo más importante.
Zafiro no podía decir que estaba en una situación demasiado secreta por lo que había despedido a su doncella con un encargo, y tampoco podía refutar las palabras del emperador Bassel.
-Este es el palacio imperial y hay caballeros dispuestos en varios lugares, no temo por mi seguridad.
-Es bueno ser valiente, pero no rayando a la ingenuidad.
Zafiro sintió enojarse un poco, pero rápidamente alejó esa emoción. No podía quedarse explicando las cosas de su familia a un extraño.
-Tengo un guardia que podría acompañarla hasta sus aposentos…
-Agradezco su preocupación pero no es necesario. También sé cuidarme sola.
Con una reverencia, ella se escabulló, mientras Bassel se sentía extraño cada vez que estaba cerca de la mujer. Su solo aroma lo ansiaba, incluso su jaguar merodeaba en la superficie queriendo saborear la piel tan blanca de la mujer.
Sacudió su cabeza con un humor complicado. Si bien casi no había tenido una vida sexual tan activa, no significaba que anduviera en celo todo el tiempo como algunos machos incontrolables, incluso cuando entraba en ese estado, era muy estable, tal vez un poco más irritable, pero no al grado de perder la cordura ni estar loco por una hembra, incluso podía controlar su celo hasta el grado de no requerir las relaciones sexuales para calmarse. Era muy comedido y estricto consigo mismo porque no quería ser como fue su padre, alguien que no puede vivir sin dejar hijos regados por el mundo. Tenía tantos hijos ilegítimos, pero todos habían sido asesinados por la anterior reina; tuvo suerte de vivir tan lejos que las manos de la reina no llegaron nunca a él, pero no significaba que no sufrió.
De todas maneras, le desconcertaba sus emociones hacia la princesa y recordando que aún no estaba ni cerca de su periodo de celo, estaba un poco confundido, pero todo eso lo dejó en el fondo de su mente, por el momento, quería discutir algunos negocios con el emperador Malcolm.