En Esta Segunda Vida Seré Villana

Los nobles estaban complacidos con los acontecimientos, ya que gracias a su investigación, los pobres van a obtener lo que necesitan.

En cambio Marta, estaba hecha una furia, la mujer estaba en su habitación enojada hasta más no poder y lo expresaba rompiendo cosas.

Fuera de su habitación, los empleados únicamente escuchaban a la mujer rompiendo todo, y sus aliados sabían que cuando ella se enoja, se la agarra con ellos.

Por su bien, ellos tratarán de no acercarse mucho y menos la harán enojar.

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El estruendo dejó de escucharse, y Marta mandó a llamar a tres de sus sirvientes y le pidió vender tres baúles de sus joyas, y mandó a vender, veinte de sus vestidos más caros.

Claro, ella tenía en su posesión aún más, pero no puede dar todo sus tesoros así por así, además, lo que mandó a vender, es más que suficiente para cubrir el dinero sustraído del sustento de los pobres.

Esos empleados por su bien hicieron lo que ella le pidió y con ayuda de algunos guardias fueron a hacer el encargo de su ama. Puesto que, de ir solos, corren con la suerte de sufrir un asalto.

Cómo era ya tarde, aquellas personas no regresarían ese día, después de todo, se tomarán mucho tiempo en ir y venir y aún más en vender lo que Marta le ordenó vender.

Uno de los aliados de Dayana le dijo sobre lo que estaba pasando con aquella mujer, y a la niña se le acaba de ocurrir una idea más grande que su tamaño enano.

Idea que pondrá en práctica.

Para tales fines, ella mandó a unas de sus sombras para ir haciendo la primera parte del plan.

Desde entonces, ella se mantuvo en su habitación descansando.

Sebastián, quien estaba a su lado, la ve tranquila y él sabe que para que eso esté sucediendo, solo significa que aquella niña, estaba planeando algo realmente malo.

—Tú aquí en tu habitación tranquila, es claro que estás planeando algo, eres demasiado bruja como para estar sin hacer una de tus maldades— dice el niño con burla y ella se ríe.

—Eres igual que yo, no creas que ya olvidé lo que hiciste hace unos días— dice ella y el niño se pone como una tabla de rígido.

¿Pero qué fue lo qué hizo ese angelito?

El angelito hace unos días, sin querer escucho como dos sirvientes aliados de Marta tenían planes de dañar a la pequeña bruja que tiene por amiga.

Él de buen corazón, cuando esas dos personas tenían todo preparado, usó su magia de oscuridad, y los trasladó al bosque y allí los mató como simples bestias, y sus cadáveres fueron calcinados hasta hacerse solo un montón de cenizas.

Ya para ese tiempo, él dominaba casi toda su magia, claro, si sus dos maestros casi lo matan a golpes en el entrenamiento.

Por aquel hecho, su ropa se llenó de sangre, y él tuvo que llegar mediante un portal a la habitación, y para su mala suerte, Dayana entró en el momento justo para verlo cubierto de sangre.

Ella al ver eso se preocupó por Sebastián, y pensando que estaba herido, fue a revisar su cuerpo.

Fue ahí donde Sebastián un poco apenado le confiesa lo ocurrido, de cómo él había eliminado a aquellos sirvientes malos.

La niña sintió alivio de que nada malo le había pasado a su gran amigo. Ella lo ayudó a justificar la desaparición de esos sirvientes.

Actualmente.

Dayana al ver el semblante de Sebastián, se ríe.

—No te pongas tan serio, te ves más feo así, y sí, tengo algo preparado para mi madrastra, debes de ayudarme, eres mi amigo después de todo— dice la niña y el niño se ríe.

—Bruja, no me involucres en tus andadas— dice él mientras chasquea la lengua con desagrado.

—Si me ayudas, te daré una recompensa— promete ella con una sonrisa.

—Bueno, quisiera más adelante destruir al templo, ellos tienen que pagar por lo que me hicieron, gracias a eso, no sé quién soy en realidad, si te presto mi ayuda, tienes que darme la tuya para destruir a esos infelices, eso es lo que deseo— dice él con malicia.

Tras pensar un poco en lo que dice Sebastián, Dayana decide ayudarlo.

—Bueno, por el momento te falta mucho para ser fuerte, tú apenas eres un mocoso— dice ella con burla y el niño se ríe aún más.

—Eres mucho más enana que yo, lo que significa que yo soy mayor que tú, no sé cómo eres tan poderosa, Pero no eres mayor que yo, eso lo puedo asegurar, tu tamaño enano lo deja dicho— dice el mientras se ríe, la niña se sonroja.

—Tú... ¿Cómo dices esas cosas? Yo no soy una enana, ya verás que en un futuro seré hermosa y tendré un marido guapo y poderoso —asegura ella y el niño puso mala cara.

—No sé quién te haría caso con ese malhumor que tienes, y como sé que estarás soltera para toda tu vida, yo, tu amigo y casi hermano, prometo cuidarte en todo momento, siempre estaré para ti— promete el niño con una cara demasiado seria.

Dayana sonríe.

—Nada de eso, eres feo, pero de seguro en un futuro vas a conseguir una esposa, y lo normal es que tengas una familia, y yo me quedaré a cuidar gatos, después de todo, es como dices, mi mal humor no lo aguanta nadie— dice ella mientras deja salir una risita.

El niño hace lo mismo.

—Ya que no te vas a casar por ser tan bruja, yo no lo haré tampoco, y así te ayudo a cuidar los gatos, los amigos se tienen que apoyar— dice el niño mientras pasa una de sus manos a Dayana.

Ella la acepta y ambos prometen ser los mejores amigos para toda la vida.

Aquella promesa no solo estaba siendo prometida en palabras, sino que el destino lo había unido, puesto que, en la otra línea de tiempo, ambos aunque estaban destinados a ser más que enemigos, no lo pudieron hacer por culpa de personas malas.

Pero ahora, todo es diferente, y todo lo que ha de pasar, pasará

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