Luna después de tener lujos y unos padres amorosos, conoce a Joseph; un hombre carismático y guapo.
fue amor a primera vista, dándole lugar al amor en su corazón.
Joseph tiene un hijo de 3 años, llamado Esteban, el cual llegara a ser la mayor debilidad de Luna y por quien estará dispuesta a dar su vida.
Pero Joseph no es nada de lo que aparenta, y detrás de esa fachada, oculta un lado psicópata, en dónde lo único importante para él, es él mismo.
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No te veo como un juego
Tantas preguntas venían a la cabeza de Mariano. ¿Ella era virgen? Ese hombre nunca la toco? Pero si había vivido tanto tiempo con él?
Miles de preguntas, hasta que recordó el beso y de cómo no supo responder al principio, pero luego le agarro el ritmo.
La vio salir de la discoteca y subirse a su auto, la llamo, pero ella no escucho, encendió su auto y se fue.
Él corrió a su auto y la siguió. No podía dejarla ir de esa manera, por lo menos tenía que disculparse con ella.
Luna iba en su carro, hecha un mal de lágrimas. ¿cómo se había dejado llevar? Pero es que Mariano la hizo sentir tantas cosas en un momento, que lo que menos quería era detenerse.
Llegaron a la mansión y antes de que Luna entrará, Mariano la tomo de la mano.
Mariano: perdóname Luna, no quise aprovecharme de ti.
Luna: también es mi culpa! Me dejé llevar y lo que paso, fue consensuado.
Mariano: Luna, no quiero que pienses que solo te vi como un revolcón.
Luna: como ya te dije Mariano, está bien! Olvida lo que pasó y no hablemos más del tema.
Mariano: que lo olvide? Luna, no puedo. Nunca sentí unos labios tan dulces como los tuyos, sentir como tu cuerpo me respondía y como el mío, reclamaba el tuyo.
No puedo olvidarlo.
Luna: paso! Pero es necesario dejarlo así.
Mariano iba a tomar su mano, y ella se adelantó, acercándose a él. Lo tomo de la cara y le dio un beso.
Mariano la agarro de la cintura y profundizó el beso. Hasta que sintió como ella se separaba de él.
Luna: esto es todo lo que va a pasar entre nosotros. ¡Este es nuestro último beso!
No quiero salir herida nuevamente, porque yo deseo mucho más, que solo ser la compañera de cama de alguien!
Mariano: no Luna! Por favor.
Luna: yo deseo que alguien me ame, ser la adoración de alguien. Deseo ser una novia, esposa y el anhelo de alguien.
¡Quiero ser amada! Quiero lo que tienen los abuelos y lo que tenían mis padres.
Se que tú no me puedes dar eso, entonces no compliquemos las cosas y dejemos esto así.
Mariano: no decidas por mi!
Luna le dió una sonrisa triste, soltó su mano y entro a la casa.
Mariano se quedó afuera, pensando en lo que ella le había dicho. ¡El nunca le había prometido amor a nadie, y ella ha pasado por tanto, que es verdad! Es mejor no lastimarla.
Entro a la casa y ya todos estaban acostados. Fue a la que normalmente es su habitación, entro y se tiró en la cama.
Aún podía sentir el sabor de los labios de Luna en los suyos. Podía sentir el calor de sus piernas en sus manos.
Lo bien que sintió cuando le apretó el trasero. Lo suave de su piel, a medida que iba bajando a sus senos.
Luna dejó salir algunas lágrimas, ese hombre le despertó cosas, que no había querido sentir nunca más.
Se dio una larga ducha, se colocó una de sus pequeñas pijamas y se fue a la cama.
Mariano se dio un baño, se colocó un short, y se acostó a intentar descansar.
Ya habían pasado algunas horas y Luna no podía dormir. bajo a tomar un vaso de leche, mientras lo servía, sintió como unas manos rodeaban su cintura.
Mariano: tampoco puedes dormir?
Luna: Mariano! por favor, suéltame.
Mariano: Luna! No puedo, no sales de mi cabeza.
Luna: en el pasado nunca te fijaste en mi.
Mariano: es verdad! Es mi culpa por ser tan ciego y estúpido.
Pero no me alejes.
Luna lo iba a rechazar, Pero Mariano la volvió a besar.
Ella sin poder evitarlo, respondió el beso. Su cuerpo al parecer no le obedecía a ella, sino a los toques de ese hombre.
Mariano la alzó y la sentó en la encimera de la cocina.
Esa pequeña pijama de seda, le facilitaba las cosas. Sin mencionar que Luna mantenía los ojos cerrados y se dejaba llevar.
Ella se aferró a él, cuando sintió que la cargaba.
Mariano subió las escaleras y fue a la habitación de ella. Una vez adentro, la dejo en la cama y le pasó seguro a la puerta.
Nunca había estado con una mujer virgen, ya que anteriormente no le gustaba. Esas mujeres solo querían que él se hiciera responsable y por tal motivo, buscaba mujeres experimentadas.
Muchas mujeres que se acercaban a él, estaban buscando una posición. Sabían que era el líder de una de las mafias más poderosas de Rusia.
Pero no puede parar con ella. Siente que necesita hacerla su mujer, que sea solo de él.
Mariano comenzó a repartir besos por todo su cuerpo. Quería hacerla sentir especial, así que se daría su tiempo.
Mariano: Luna! Si me das permiso, te prometo que no serás un juego para mí.
Luna lo miro a los ojos, con sus emociones a mil y asintió.
eso era lo que él necesitaba.