La Enfermera Y El Reo

Después de la visita de Director todo volvió a la normalidad, todos volvieron a sus obligaciones, Emma fue a la cama de Max, disimulo estar acomodándole sus cosas y tomando nota de los medicamentos, le dijo

-¿estás bien?

-yes, tu estar conmigo a mi lado

-Max ¿has estudiado el diccionario que te di?

- no, es que no he tenido tiempo, además está herida me duele demasiado- la enfermera retiro la sabana, miro el vendaje que estaba húmedo por la sangre que supuraba, busco los guantes y se los coloco, comenzó a revisar la herida, agarro todo el material de cura que estaba en la mesa de Max y curo la herida, colocándole un nuevo apósito, cuando termino le dijo acomodándole las almohadas ya que él se lo había pedido

-trata de no moverte con brusquedad para que no te lastimes- le acomodo el cabello y vio que tenía la barba muy larga

-y mañana trata de afeitarte, si no puedes yo lo hare por ti, pero no puedes estar así- cuando dio la espalda para retirarse escucho la voz de Max

-Emma- ella se giró, entonces vio esa sonrisa en su rostro que la enamoraba aún más y por primera vez escucho de su boca

-gracias- lo vio extender la mano y ella hizo lo mismo, y el continuo diciendo

-eres muy buena, gracias por estar pendiente de mi- Emma quedo maravillada de escucharlo hablar español sin equivocarse, le devolvió la sonrisa y alejo su mano para llevarse la bandeja llena con algunas cosas.

 En la tarde al terminar su turno antes de irse fue a la cama del reo a despedirse

-Max nos vemos mañana, trata de estar bañado y listo para sacarte a agarrar el sol- él le contesto

-está bien, bonita, mañana estaré esperándote

-por favor no te metas en problemas ya escuchaste al director

-tranquila baby, good night- ella se extrañó que él no le diera la carta de todos los días, sintió tristeza porque esta noche no lo sentiría tan cerca como todas las noches por medio de sus cartas, hizo como si no le importara y en cambio lo regaño

-trata de estudiar el diccionario de español a ver si por fin hablas bien- se alejó molesta, Max entendió lo que le pasaba le hizo una seña al guardia y luego el guardia hizo una llamada desde su celular

Cuando ya se encontraba a las afuera de la prisión, su padre la esperaba como todos los días, justo cuando iba a colocar la punta de su pie en el suelo para caminar hacia su padre,  un hombre la llamo

-señorita Emma- ella voltio y se extrañó al ver al desconocido era primera vez que lo veía en su vida, entonces se detuvo, cuando este se acercó le pregunto

¿Usted es Emma Sánchez?

-sí, ¿pasa algo?-

-espere un momento- el hombre camino a un auto que estaba estacionado saco un enorme ramo con un peluche, la enfermera lo miro desde la distancia, sabía que eso no podía ser para ella, así que espero que el hombre se acercara

- esto se lo envían- estaba confundida ¿Quién podría mandarle un ramo tan grande?

-disculpe, creo que se ha equivocado señor

-¿usted es Emma Sánchez?-

- sí, pero…- el hombre igual le entrego el ramo y le hizo firmar un papel, luego le dio las gracias y se marchó dejándola muda con el ramo entre las manos, el padre la saco del asombro con un grito desde la otra acera

-¡Emma! ¿Qué pasa? Apúrate- ella camino hacia el carro con el ramo entre las manos, no podía entender lo que estaba pasando, el padre al ver el enorme ramo le dijo molesto

-¿y eso? Mira Emma yo no quiero que te estés dejando engatusar con cualquier jovencito, recuerda lo que siempre te hemos dicho los hombres solo quieren una sola cosa y tu sabes que debes guardarte para el matrimonio, ahora te mandan un ramo para endulzarte y después te piden la dichosa “prueba de amor”- ambos se montaron el e carro, Emma seguía muda, ni ella tenía idea quien había mandado esas flores, se lo coloco encima de las piernas mientras su mente volaba pensando en tantas cosas, mientras Pablo, su padre continuaba hablando por todo el camino

Al llegar a la casa, su madre vio el hermoso ramo y se alegro

-¡hija! ¡Qué bonito! ¿Te lo regalaron? Seguro fue uno de esos médicos – Emma le contesto mientras colocaba el ramo en la única mesa que había en la sala

-si, al parecer, de verdad no sé quién me lo regalo

-pero ¿ya viste si alguna tarjeta?- la hija puso cara de desconcierto

-no, en verdad no sabía que traían una tarjeta, es la primera vez que alguien me regala algo así- la madre más emocionada que la hija comenzó a ver si conseguía algo adentro de las flores, por fin encontró un sobre

-¡mira! Aquí esta, hay una carta y una tarjeta- Emma espero que la madre leyera la nota pequeña

-con amor M.R- después que Emma escucho decir a su madre esas iniciales supo quién era así que los nervios se apoderaron de ella, temía ser descubierta por su madre, pero la salvo el grito de su padre desde la cocina

-¡Asunción! ¿Qué esperas para servir la comida?- la madre le entrego la nota a la muchacha y se fue a la cocina