bienvenidos a la quinta parte de los decendientes YANKELEVICH.
Vamos a conocer la historia de Los hijos del pequeño Max: David, Hanna, willmar Alexander y Chantal.
también conoceremos a los hijas de Claudia y Kilian: Dolores, Lupita y Aurora.
tendremos también las historias de los hijos de Aisha y Bruno: Leo y Leonardo.
cada uno tendrá que enfrentar nuevos enemigos y también conocerán el amor, nuevas aventuras tendremos en esta quinta parte y tendrán que hacer uso de sus enseñanzas para poder mantenerse con vida.
espero les guste está quinta parte.
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CAPÍTULO 16
Vanessa se quedó pensativa, no sabía que responderle, ni siquiera sabía si tendría la fuerza para ir a buscar a sus padres.
Irma se dio cuenta, puso su mano en la de ella y le dijo. – No tienes que decidirlo en este momento, solo piénsalo y si decides ir con tus padres, recuerda que no estás sola, puedo acompañarte, ser tu apoyo para hablar con ellos.
Vanessa le dio las gracias y después de eso siguieron platicando esta vez fue sobre cómo le fue en las misiones, si estaba segura de querer seguir por ese camino; para ella fue fácil contestarle, eso le emocionaba y eso lo dejo muy claro al momento de hablarle de lo que hicieron.
Irma le dijo que la iba apoyar y hablaría con el pequeño Max para que le entrenara, junto con Zuria, que eran los mejores cuando se trataba de un estilo militar; ella se emocionó y acepto, realmente deseaba mejorar, poder participar en las misiones, terminar con esos hombres malos.
Tuvieron una plática larga, pero para Vanessa fue bueno pasar el día con ella, hasta en la noche que Willmar regreso; cenaron juntos, se disfrutaban como familia y hacían que ella se sintiera ya parte de ellos.
Al terminar su cena cada pareja se fue a su habitación, Willmar estaba deseando ese momento, deseaba tanto poder tener una sección con su mujer, una algo más intensa y lujuriosa, pero apenas cerraron la puerta Vanessa le dijo. – Tu mamá me conto su historia ¿Es verdad lo que le paso? ¿fue víctima de los tratantes de personas?
Willmar se sorprendió un poco, pero no por lo del pasado de su madre, él conocía muy bien la historia, lo que lo dejo sin palabras fue que ella le contara esa parte de su vida que sabia era dolorosa; se puso serio y le dijo. - ¡oh! Lo que mi madre te conto es cierto, ese es su pasado y es igual al tuyo.
Cuando ella nos habló de lo que paso, yo y mis hermanos no podíamos creerle, pero mi abuelita Agramon lo confirmo, tambien nos ayudó a comprenderla, pero quien la puede juzgar, las victimas de esos mounstros hacen todo lo posible por aferrarse a la vida, aunque eso significa matar para poder respirar un día más.
Vanessa muerde su labio inferior y con inseguridad le dice. – ¿Me aceptaste solo por el pasado de tu madre?
Willmar le sonríe la toma de la mano se deja caer en el sofá individual y a ella la sienta en sus piernas, en ese momento le dice. – Quítate esa idea de la cabeza y si te admiro, me gusta mucho tu personalidad, tu forma de ser, tenemos tantas cosas en común, pero déjame te aclaro yo no tengo el complejo de Edipo (complejo de Edipo: cuando el niño se enamora de la madre: puede estar pasando por una etapa de su desarrollo psicosexual denominada complejo de Edipo) por eso te digo que en ningún momento he mirado en ti a mi madre, que horror.
Lo que te paso es algo que te lastimo mucho y sé que sufriste mucho, si algún día quieres hablarlo, puedo escucharte o si quieres hablarlo con alguien más puedes hacerlo, pero que quede claro que no eres mi pareja porque fuiste una víctima de los tratantes de persona.
Esa idea es algo morbosa y yo no estoy tan dañado psicológicamente, eso déjaselo a mi tío Adal o a mi tía Dasha, esos dos si están bien perturbados, pero ni ellos se fijarían en una víctima.
Te quiero por quién eres, por la mujer que he conocido y me gusta mucho tu personalidad.
Vanessa le sonríe con timidez y deja un beso en sus labios, se recuesta en su hombro, en ese momento le dice. – Quiero ir a ver a mis padres, creo que no soy la única que sufrió con todo lo que me paso y si ellos aun me están buscando, si me lloran porque no saben dónde estoy, la verdad no quiero eso para ellos.
Mis padres fueron buenos conmigo, amorosos, me dieron una hermosa vida y creo que deben estar sufriendo, no quiero eso para ellos.
Willmar acaricia su rostro, deja un beso en su frente y le dice. – Mañana le diré a mi tío Lían que se encargue de lo que tenemos que hacer, para ir contigo, me emociona conocer a mis suegros.
Vanessa se levanta y con algo de inseguridad le dice. – Willmar, yo…
Perdóname y no te enojes, pero no quiero que me acompañes, tu mamá me dijo que podía ir conmigo; a mí me gustaría que ella fuera conmigo, creo que es mejor hablarle primero sobre lo que me paso y ya que estén tranquilos te puedo presentar como mi…
Willmar al ver que se quedaba callada, se levanta toma sus manos y le dice. – me vas a presentar como tu pareja, como tu esposo, porque eso eres para mi o acaso tu no me consideras de la misma manera.
Dime algo Vanessa, ¿tu sueñas con casarte? Por favor contéstame con la verdad, sin tener miedo, tu respuesta no va a cambiar nada de lo que siento por ti y para mi seguirás siendo mi esposa, mi mujer, pero me gustaría saber cuales son tus deseos, tus sueños, que quiero hacerlos realidad para ti.
Vanessa se puso nerviosa, realmente no había pensado en eso, aunque realmente nunca pensó en el matrimonio, no era un sueño que tuviera y sin pensarlo mucho le contesto. – No creo en esas cosas y ya te considero mi hombre, mi esposo o cualquier otro sinónimo que quiera darle.
Creo que a mis padres les vas a encantar, solo dame un poco de tiempo antes de presentarte, antes me gustaría poder hablar con ellos, no quiero que todo esto les caiga de golpe.
Willmar la abraza y le dice. – Si llegas a cambiar de idea solo dímelo y te hare la boda más hermosa, la más grande que jamás se haya visto.
Me parece bien que mi madre te acompañe a ver a tus padres y soy un chico paciente, cuando lo creas conveniente me dices para ir a conocerlos.
Después de su larga platica solo se fueron a dormir, pero esta noche los dos durmieron profundamente y al día siguiente cuando él regreso de correr la encontró algo alterada, estaba solo en ropa interior, sacando todos los vestidos que tenía, buscando el mejor para ir a ver a su mamá.
Willmar se quedó parado viéndola, su mujer era hermosa y verla en solo ropa interior, fue algo que lo hizo sentir deseo; no pudo soportarlo, termino haciéndola de él, se la llevo al baño, con el pretexto de que era para que se relajara.
Ella no había pensado en eso, pero sus besos y caricias en sus piernas, la hicieron ceder a sus deseos; si la relajo un poco y cuando salieron del baño, Willmar le ayudo a escoger un vestido.
La hizo probarse más de un vestido hasta que encontró el vestido perfecto, era color rosa palo, de manga corta y un cuello cuadrado, escote discreto, la parte de arriba pegada a su cuerpo, con una cinta color blanco en su cintura, que hacia un pequeño moño enfrente y la parte de abajo era una falda ancha, llegaba a las rodillas.
Unos zapatos de suelo, su cabello agarrado en una cola alta, aunque fue una idea de Willmar, ella estaba encantada, sentía que se miraba perfecta, era justo el gusto de su mamá.
Bajaron a comer con la familia y Vanessa aprovecho el momento para pedirle a Irma que la acompañara a ver a sus padres; rápido le contesto que después de desayunar irían a verlos, pero no fue el única que se apuntó para acompañarla.
El pequeño Max le dijo que él iría con ellas, para Vanessa fue una sorpresa y no sabía si eso era bueno, pero Irma rápido la calmo, le dijo que eso era mejor, que no debía tener miedo.
Cuando terminaron de desayunar, Willmar se despidió de Vanessa y le dio ánimos para que fuera a ver a sus padres, tambien le dijo a su padre que la cuidara y que no dejara que saliera lastimada.
El pequeño Max le dijo que no se preocupara, después de eso subieron a una de las camionetas y se fueron a la casa de los padres de Vanessa, mientras que Lían, la pequeña Zuria y Willmar fueron nuevamente con el presidente estaban ayudándole con una propuesta para mantener todo seguro.
Vanessa llego a la casa de sus padres, pero al estar en la puerta no se atrevió a tocar, estaba demasiado nerviosa, solo quería dar media vuelta, pero en ese momento el pequeño Max puso su mano en su brazo izquierdo e Irma tomo su mano derecha.
El pequeño Max podía ver el miedo que etnia, sabía que no era fácil lo había vivido con Irma y en ese momento le dijo. – No tengas miedo, aquí estamos para apoyarte, recuerda no estás sola y nada de lo que paso es tu culpa.
Vanessa al escuchar al pequeño Max sintió valor y levanto su mano izquierda para tocar la puerta.
Esperaron casi dos minutos hasta que la puerta se abrió, era su padre y ella se sorprendió al verlo, estaba demacrado, con los ojos llorosos, la barba grande de que no se había rasurado en días, hasta la ropa se miraba arrugada, desgastada.
Vanessa al verlo así empezó a llorar, su padre se miraba tan mal y no entendía por qué; soltó la mano de Irma y abrazo a su padre, al mismo tiempo le dijo. – Papá los extrañe mucho.
El papá de Vanessa estaba sin creer que su hija había vuelto, la abrazo con fuerza y empezó a llorar, diciendo. – Mi niña, mi princesita, está viva.
Estaban abrazados, cuando su madre se paró atrás de ellos preguntando quien era, pero no hizo falta ni que le contestaran al ver a su hija corrió abrazarla y empezó a llorar, su hermosa hija estaba viva, eso era lo único que importaba para ellos.
Fue un muy largo abrazo, nadie decía nada solo lloraban y cuando los tres se calmaron, Vanessa se separa un poco de ellos y les dice. – Papá, Mamá quiero presentarles a la maestra Irma y al maestro el pequeño Max.
Su padre al ver al pequeño Max supo quién era, apretó sus manos con fuerza, porque si ellos estaban ahí eso solo se podía significar una cosa, que su hija había sido víctima de los tratantes de personas; miro a su hija con tristeza y sus ojos volvieron a derramar sus lágrimas pera esta vez fueron de dolor, pensaba en ella, en todo lo que debió sufrir.
La madre de Vanessa los saludo educadamente, ella no miraba muchas noticias, mucho menos videos en internet, había escuchado de ellos, pero realmente no los conocía; cuando su hija se los presento como maestros pensó que eran profesores de algo.
Los invito a pasar y el padre de Vanessa solo se hizo a un lado para que pasaran, se quedó parado mientras que todos se sentaban en la sala, no dejaba de mirar a su hija, pensando en todo lo que debió pasarle y se preparaba mentalmente para cuando empezaran hablar de donde estaba su hija.
El pequeño Max se dio cuenta de la tristeza del padre de Vanessa y no tuvo que preguntar para saber en qué pensaba; se levanta y lo invita a salir al pequeño corral que estaba atrás de la casa.
El padre de Vanessa camino delante de él y en el momento que estuvieron a fuera dijo. – ¿Puede decirme lo que le paso con mi hija? Por favor solo dígame lo de una vez, no me oculte la verdad.
El pequeño Max camino un poco por el pequeño corral, había algunos rosales en masetas, se paró enfrente de una que era un botón rojo, en ese momento le dijo. – Tiene que saber que su hija es una de las jóvenes más valientes que conozco, a pesar de todo lo que vivió y por lo que paso con esa gente, no renuncio a su vida, sigue adelante con la cabeza en alto.
Creo que no hace falta entrar en detalles, solo decirle que fue rescatada de los tratantes de personas y que tuvo días difíciles, pero está logrando seguir con su vida, superando eso que paso.
El padre de Vanessa cerraba sus ojos, quería gritar, maldecir, pero sabía que eso sería malo para su hija, para su esposa, solo cerraba sus ojos y apretaba sus manos, para tratar de calmarse.
El pequeño Max pone su mano en su hombro y le dice. – No hace falta que se torture con esto, ya paso y su hija está bien, está a salvo de regreso con ustedes.
El padre de Vanessa lo miro a los ojos y le dijo. – Gracias por regresarla con vida.
No quiero que mi esposa se entere de lo que le paso, ella ha estado mal del corazón, una noticia como esa no va a ser bueno para ella, prefiero que crea que sea fue un arrebato de juventud.
El pequeño Max pensó un poco y después empezó a decir. – Lo mejor va a ser que ustedes vengan con nosotros a la isla, ahí mi tío Lionidas el mejor cirujano cardiólogo, la puede tratar.
Sobre ocultárselo a su esposa no es bueno, al final terminará enterándose de una manera u otra, pero estando en la isla se le puede decir, ahí podrá tener la atención a tiempo.
Lo que si podemos decirle por el momento es sobre la relación que tiene con mi hijo Willmar, podemos echarle la culpa a él.
Decirle a su esposa que Willmar se la robo, que los dos estaban enamorados y que tomaron la decisión más fácil, de esta manera su esposa desquitara su coraje con mi hijo.
Solo para aclarar, su hija y mi hijo si están en una relación, ya viven juntos, somos familia; la atención medica como vera no es ni gratis, ni cobrada, es parte de ser parte de esta familia, ustedes tambien tienen que conocer a todos, estar cerca para que su hija pueda ser más feliz.
Hay más cosas que tiene que saber, pero eso se lo dejare a Vanessa, es mejor que ustedes dos se sienten hablar.
El padre de Vanessa no sabía si estaba enojado, si estaba feliz o triste; solo se le quedo mirando, sin saber que contestarle, hasta hubo un momento que pensó que eso era una mentira, que no podía ser cierto.