Mi Esposa

El carro que estaba encargado de la novia llegó a la mansión Smith, Gustavo fue a buscar a Maya cuando se encontró con Olga.

- El carro llegó ¿Dónde está Maya?

- Cariño, Maya la están terminando de arreglar. ¿Por qué no te vas primero?

- Iré a hablar con ella, estos días la he visto muy aplacada para lo alborotada que es

- No te preocupes mi amor, hablé con ella y entro en razón. Ya tiene el vestido de novia y está arreglada así que la boda va

- ¿Hablaron? ¿Ustedes dos? Eso sería un milagro

- Amor te lo he comentado tantas veces, solo era cuestión de tiempo y me llevaría bien con tu hija. Este es el mejor momento de hacer las paces, el día de la boda es uno de los más importantes en la vida de una mujer

- Eso me alegra, iré a hablar con ella - Gustavo avanzo, pero fue detenido por su esposa - Olga déjame pasar, ¿Qué te pasa? Estás actuando raro, incluso días antes

- Tonterías - Olga estaba nerviosa, aun así se esforzó por controlarse - Son ideas tuyas, estamos algo atrasados, ya podrás hablar con ella. Además, piensa un poco más, Maya está disgustada contigo todavía no te perdona que ella tenga que casarse así ¿Quieres arruinarlo todo?

- Solo voy a hablar con ella

- Pero quizás si hablas con ella, haga un berrinche cariño

Gustavo pensó en las palabras de su esposa y le vio sentido

- Si creo que tienes razón Olga

- Por supuesto que tengo razón mi amor, siempre la tengo - Olga se acercó y le dio un beso en los labios. - Nos vemos en la mansión de los Moore

- ok cariño, estás muy hermosa -

- Siempre estaré hermosa -

- ¿Ava dónde está? - Pregunto al recordar que no la había visto

- Ella está algo indispuesta, me dijo que si sigue así quizás no asista

- Entonces iré a verla

- No, no cariño. Tal vez ya está dormida o se está arreglando, démosle espacio. Mejor anda y nos vemos en la boda

- De acuerdo - Gustavo no insistió más en el tema y se fue. Por su parte Olga suspiro aliviada y regreso dónde Ava.

- Te vas a encargar de tu padre - Dijo Olga molesta - No quiero estar metida en ese problema

- Tranquila mamá, Maya será quien corra con las consecuencias, ella me obligó - Dijo Ava sonriendo - Yo no tengo la culpa madre

Olga sonrió maliciosa

- ¡Qué hija tan inteligente!

- Obvio madre, hay que ser inteligente para ganar

Maya que estaba en su habitación, salió al balcón y vio cuando Ava entraba en la lujosa limusina blanca.

- La víbora vestida de ángel - dijo Brisa en tono sarcástico - Veamos cuánto tiempo se tarda en mostrar su verdadero rostro

- Ella siempre la, ha mostrado Brisa

- Contigo Maya, solamente contigo - Brisa miro a su amiga - Porque el mundo la conoce como la dulce e inocente Ava que no mata ni a una mosca

- Como sea, solo me estoy librando de un problema

- Problema que te traerá millones de problemas más

- ¡Qué negativa! ¡Gracias, amiga!

- Es la verdad, no te molestes

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Ava al llegar a la mansión Moore, fue llevada a una habitación

- ¿A dónde vamos? - pregunto impaciente

- Señorita Smith, todavía no es la hora - Respondió amable la mujer - Faltan una hora para la ceremonia

- ¿Una hora? - Pregunto confundida - Pero se dijo que la boda sería a las 3 de la tarde

- Me parece que entendió mal, a las 3 la buscarían, pero el inicio de la boda está pautado para las cuatro y media de la tarde.

- Ok - Ava asintió

Al entrar en la habitación quedó sorprendida ante tanto lujo

- Wow - sus ojos brillaron acción que no pasó desapercibida por la mujer mayor - ¡Qué elegancia!

- Si necesita algo, pueden llamarme -

- Gracias - dijo Olga, después que la mujer se fue reprendió a Ava - ¿Qué te pasa? ¿Nunca has visto una habitación así?

- Mamá ¿No lo ves? Mira todo este diseño, incluso los muebles eso es lujo, ni siquiera papá tiene una habitación así

- Si lo sé, pero disimula

- Ajá - Ava no le prestó más atención y se fue a sentar a la vez que tomo una bandeja de uvas

- Ava ten cuidado, puedes manchar tu vestido

- no lo haré madre

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¡Toc! ¡Toc!

- Adelante - dijo Jonás

- Ya llegaron, la señora Smith y la señorita Smith - informo el ama de llaves

- Gracias Nana - Respondió Matías

- están en el salón que usted escogió

- Muy bien, en un momento iré, pero no quiero que sean avisadas

- Será como lo ordene -

- Gracias Nana, te puedes retirar

Jonás y Matías miraron a su hermano

- ¿Qué piensas hacer?

- ¿No es obvio? Traeré a mi esposa

- Ya quiero ver cómo domas a esa fiera - Dijo Jonás

- Ten cuidado, no vayas a ser que el domado seas tú, hermano - Dijo Matías en tono burlón

- Búrlate bastante, ya te veré atrás de una mujer, rogando - Hugo se levantó - Los veré más tarde

- Suerte - dijo Jonás

- No creo en la suerte y lo sabes -

- Lo sé - Jonás se rio

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Olga había salido para encontrarse con su esposo, dejando a Ava sola en la habitación. Hugo entró sin tocar, la sangre le hervía al saber que la mujer que se encontraba en la habitación no era Maya, sino una sustituta

Ava pego un grito al ver al hombre que entró imponente con su traje gris, que lo hacía ver más dominante.

- ¿Q…? ¿Qué hace aquí? ¿Quién es usted? - Pregunto nerviosa, a pesar de ver que el hombre era guapo, le daba esa sensación de miedo, por lo que quería estar lejos de él

- ¿Dónde está Maya? - Pregunto Hugo con la mirada oscurecida

Ava palideció

- Y... Yo... Yo... Soy Maya - dijo con los nervios de punta - ¿Qué desea? ¿Qué hace aquí?

- ¿Dónde está Maya? - Pregunto de nuevo Hugo - No tendré piedad, si vuelves a mentir

- ¿Quién es usted? - Ava se armó de valor, no iba a permitir que alguien arruinará su plan - ¿Cómo se atreve a entrar sin tocar? ¿No sabe que soy la novia? No lo conozco, así que salga o empezaré a gritar

- Si eres Maya, ¿Por qué dices que no me conoces? ¿Estás negando a tu futuro esposo?

El rostro de Ava perdió color y tragó saliva. Sus manos sudaban sin control, y su cuerpo empezó a temblar. No esperaba que el novio se presentará ahí y muchos menos estuviera enterado que ella no era Maya.

- ¿No vas a hablar? Perfecto, llamaré a la policía y rendirás cuenta al falsificar una identidad que no te pertenece - Dijo Hugo dándose la vuelta para salir

- Espere - Ava hablo temblando - Ella... ella... está en la casa, por favor no le diga a nadie

Hugo no respondió y salió.

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- ¡MAYA! ¡MAYA! - Hugo entro en la mansión llamando a Maya -

- Señor espere, no puede entrar así - el vigilante no pudo detener a Hugo.

- Por supuesto que puedo hacerlo - Hugo le dió un empujón para quitarlo del camino

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- ¿Escuchaste eso? -

- Si, escuché que me llamaron ¿Pero quién? Se supone que me estoy casando

Los gritos llegaron a la habitación de Maya de nuevo

- Vamos a ver qué pasa

- Esto tiene que ser una broma - Maya se levantó sin ganas de la cama

Salió de la habitación y las voces se hacían más claras

- ¿Reconoces la voz? - Pregunto Brisa

- Para nada, no entiendo quien me está buscando