MATRIMONIO ARREGLADO.

'Narradora'

Han pasado dos semanas desde que la familia Evans despidió a el gran Mario Evans, quien no solo seria recordado por sus familiares, sino que también por aquellos socios y amigos que se hizo a lo largo de sus años.

El abogado de la familia se presento temprano por la mañana en casa de Sam y Diana, siendo acompañado por un escribano y la señora Elena.

- Señor Carl, buenos días, sea usted bienvenido.- Dijo la Joven Diana mientras le daba el pase.- Bienvenida señora Elena.- saludo a su suegra quien en un acto de cariño le brindo un cálido abrazo.

- ¿Como estas cielo? - preguntó la mujer mientras acomodaba un mechón de su cabello detrás de la oreja.

- Han sido días duros pero siempre tratando de salir a delante.- respondió la joven obteniendo el asentamiento de la mujer. - *Pasé por favor, Sam estaba terminando de desayunar.

- Si, vamos*.

Al entrar ambas a la sala se encuentran con el Joven Sam, quien estaba recibiendo a el abogado y escribano.

- Que sorpresa verlo aquí.- comentó el joven mientras dejaba una taza de café frente a ambos hombres.

-Sabe que aún quedan asuntos por resolver y cuanto más antes se haga, más antes todo quedara en su lugar.- Respondió este por lo que Sam asiente. Una ves todos tomaron asiento, el abogado Carl Wisconsin procedió a hablar.- El motivo de mi visita se debe a el testamento que el señor Mario ha dejado antes de morir.- comentó notando la sorpresa en el rostro de su ex esposa y su hijo, por otro lado, la joven Diana solo se puso de pie he intento abandonar el lugar.- Señora Diana, si usted no participa de este anuncio, me temo que tendré que irme y dejar todo como esta.- habló deteniendola por lo que está suspira y se sienta nuevamente en su lugar.

- Calma cariño, no tienes que huir en un momento como este.- comentó Sam mientras palmeaba la mano de su esposa, sabía que su padre había dejado una carta y era todo lo que él estaba esperando.

- Comenzaré con la lectura.- habló el abogado y los tres asintieron.- Querida familia, para llegar a este punto supongo que ya he partido y pido perdón a todos si mi ausencia llega a lastimarlos.- Los tres bajaron sus miradas.- Pero como siempre lo he dicho, nadie tiene la vida comprada y solo estamos de pasada por este mundo, cuando el momento llegue.. nos reencontraremos y seguiremos con lo que dejamos pendiente. - Carraspeo.- Es hora de nombrar las cosas que les dejo y espero no hayan conflictos por mi decisión y sepan que el dinero no lo es todo. - Añadió.- Para mí ex esposa y madre de mi hijo, dejo todos los bienes que fueron consolidados durante nuestro matrimonio, la mención de Nepal y la pequeña empresa de él lugar, nombrandola como única dueña. Así también dejo en sus manos la disposición de su perdón por haberme marchado y haberla abandonado durante un largo tiempo, queriendo decirle también que junto a su herencia, dejó en sus manos mi corazón y mi amor, el cual siempre les pertenecieron.- El llanto de la mujer se pudo escuchar interrumpiendo la lectura del testamento. Su hijo se puso de pie para luego acercarse a ella y ofrecerle un pañuelo.- Continuo.- dijo el abogado y todos asintieron.- A mi querido y amado hijo, no solo le dejo la joya más grande que he tenido durante años, quien es mi pequeña Diana, sino que también le otorgo el control completo de mis tres cuentas, las cuales están ubicadas en España, Japon, Francia y Brasil. Dejo a su disposición la forma de utilizarla así sea para hacer crecer la fortuna o dejarla en nada.- añadió.- También debo de aclarar que la empresa de New York en la cual actualmente se encuentra trabajando, quedará a nombre de él y Diana, como un bien matrimonial o regalo de bodas. - comento y ambos voltearon a verse. - Cabe aclarar que también te debo una disculpa y dejo en manos de mi escribano una carta para ti, para que puedas leerla y comprender muchas de las cosas que no he podido decirte cuando aún vivía.- Agregó y volteo su mirada al escribano para luego asentir viendo como este sacaba un sobre de su maletín y se lo entregaba a Sam.- Ahora, mi pequeña Diana, pesé a que se que no deseas nada de lo que poseo debo de decirte que parte de lo mío te pertenece, no por el hecho de haberte criado y haber cuidado de ti durante todos estos años, sino por el Hecho de que la mitad de todo lo que poseo le corresponde a tu padre, quien a demás de ser mi mejor amigo, fue el único socio con el cual podía compartirlo todo, él caso es que el resto de las cuentas están todas a tu nombre, como siempre lo ha estado h renunciar a ello es renunciar a la herencia que tus padres dejaron para ti. También te dejo la mención en la cual te he criado para que tengas un pedazo de mi todos los días de tu vida y recuerdes lo felices que fuimos desde que te tuve a mi lado. Diana, eres y siempre seras la hija que he soñado tener, esa princesita a la cual quise consentir pero nunca me lo permitió.- Esta ríe ante las palabras recordando lo dicho en el testamento.- Deseo que tu y Sam puedan mudarse a la mansión y disfrutar de una feliz vida juntos. Familia, deseo que sean felices y que en un tiempo muy largo.. podamos volver a encontrarnos. Attm: Mario Evans. - Finalizó para luego levantar su mirada a los tres.- *También deseo que estén conformes con lo que él señor Mario a asignado para cada uno.

- Lo estoy,no tengo quejas alguna de ello*.- contestó la señora Elena.

- De igual manera comparto con mi madre el sentimiento.- respondió Sam y volteó su mirada a Diana.

- Yo por mi parte deseo saber algo.- comentó esta mientras veía a él abogado asentir.- Señor Carl, será posible entregarle la mención de mi padrino a mi esposo.- Todos se sorprenden.- No es que no desee tenerla para recordarlo, ya que los recuerdos más hermosos los atesorare por siempre en mi corazón.- Dijo mientras colocaba una mano en su pecho.- *Y también, me gustaría que Sam sea el responsable de mis cuentas también, quiero compartir mis bienes con mi esposo, sin necesidad de que él comparta los suyos conmigo.

- Amor, ahora somos un matrimonio y nuestros bienes se unifican, todo lo que sea mío, será tuyo al igual que lo tuyo será mío, no necesitas hacer eso*.- contestó Sam viéndola con ternura.

- Solo quiero asegurarme que lo nuestro se base en amor y no en dinero, porque el dinero puede dártelo todo, pero jamás comprara la felicidad.- Respondió ella y él sonríe para luego besarla tiernamente.

- Compartiremos todo, mi ángel y principalmente el amor que sentimos el uno por el otro.- Ella asiente para luego abrazar a su esposo.

- Hay algo más que deseo saber.- comentó el abogado interrumpiendo el momento amoroso que la pareja tenía.- ¿*Seguirá la familia Evans contratando mis servicios o ya posee un nuevo abogado?

- Señor Carl, jamás abra mejor abogado para nosotros que el de mi padre, seguirá siendo parte de nuestras vidas*.- contestó Sam por lo que Carl muy orgulloso asiente y se pone de pie.

- Entonces, estaré a su disposición cuando lo necesiten.- agregó para luego despedirse y marcharse junto a él escribano.

- Bien, también debo de marcharme, tengo un vuelo que tomar y una empresa que sacar a delante.- Dijo señora Elena mientras se ponía de pie y los abrazaba a ambos.- *Pese a la distancia, saben que pueden contar conmigo y llamarme ante cualquier cosa que necesiten.

- Esta bien, muchas gracias madre*.- Respondió Sam mientras abrazaba a su esposa.

- Que tenga un buen viaje, señora Elena. - respondió la joven.

- Dime madre, Diana, ahora eres como mi hija.- respondió la mujer para luego salir de allí con la promesa de volver para su aniversario de casados.

- Muy bien, solos de nuevo. - comentó Sam mientras se giraba y tomaba a su esposa de la cintura.- ¿*Hay algo que desees hacer, mi amor?

- mm.. creo que si hay algo*.- respondió con una sonrisa para luego tomar la mano de su esposo y guiarlo a la cocina, definitivamente aprovecharía cada momento que tenga junto a su esposo, así sea por solo unos años.

*Aprovechar lo que tenemos día a día nos da la ventaja de saber que antes de partir, no hemos dejado nada pendiente.

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