Mi Mujer, Mi Esposa

Robert

Perdón, tienes razón solo que no soporto que alguien más te mire como te vieron esos hombres, pero no te haré la vida pesada solo quiero hacerte feliz aunque sea por este corto tiempo y que me recuerdes siempre, me tomó entre sus brazos y me dio un casto beso en la mejilla.

Aunque me gustaría que cambiaras de opinión y te quedaras conmigo para siempre.

Sabes que tengo ya mi vida hecha en mi ciudad en donde esta toda mi familia, además quedamos en que esto sería solo por el tiempo que estuviera aqui – respondió Ale.

Lo sé pero no pierdo las esperanzas – la besé, me encanta besarla.

Vámonos- le dije a Sam

Mientras íbamos en el coche Ale me dijo - Necesito ir por mis cosas al hotel, y cancelar la reservación.

Ya las mande recoger y ya están en mi casa. – respondí

En serio? ¿Y cuando me preguntaste? -Dijo seria – quería hacerlo yo misma, ¿también cancelaste mi reservación?

Si, está todo arreglado –contesté  

Creo que me la pasaré pidiendo perdón - le dije con una pequeña sonrisa.

Espero que no, porque de arrepentidos esta lleno el infierno - ¿crees que me puedes preguntar las cosas antes de hacerlas? nos evitaríamos muchas discusiones y problemas, que es lo que menos quiero en este momento, pero te agradezco lo que hiciste de recoger mis cosas, espero y hayas mandado a una mujer no me gustaría que otro hombre viera mis sostenes y mis pantaletas - reí.

Mande  a mi nana, es muy discreta y nunca pregunta nada fuera de lugar, confío totalmente en ella.

Pues cuídala no hay muchas mujeres así, es muy tierna y parece que te quiere mucho, sus ojos lo reflejan cada vez que te ve.

Si, es como una madre para mi, también la quiero mucho.

Llegamos a mi casa y le pregunté, - ¿te gusta la casa?

Si, -contestó  -¿porque nunca te emocionas o sorprendes cuando ves algo lujoso?

Lo podemos platicar adentro ya más cómodos? – dijo

Claro – respondí

Cuando llegamos la lleve a una habitación donde hay televisión una sala cómoda y espaciosa, chimenea - es un lugar muy acogedor- dijo Ale.

Alejandra

Me gusto mucho esa habitación, así que le dije a Robert que era un lugar muy acogedor, parece que le agradó mi comentario, me gustan los lugares donde uno se sienta relajado, quité mis zapatos en la entrada del cuarto, tenía una alfombra muy suave quería sentirla en mis pies, me senté en la alfombra y el al lado mío, me acercó hacia el y besó mi cabeza.

Ahora, me puedes responder mi pregunta hermosa? – dijo Robert

Ok, mira cuando me casé éramos muy jóvenes así que nunca me intereso el dinero, creí que solo viviríamos del amor, mis suegros son de dinero no millonarios pero son reconocidos en el ámbito restaurantero, no querían que nos casáramos porque pensaban que yo iba por su dinero, así que nunca le exigí a mi esposo para que no pensaran que era conveniencia, me acostumbré a vivir solo con lo que el me quería dar, nunca me preocupé por joyas, casas, carros lujosos, en si tengo un carro pequeño que me regalo mi papá y no lo cambio solo por cosas sentimentales, ahora no me impresiona nada lujoso, lo que tengo ahorrado es de lo que he trabajado y lo que me tocó de la separación y como no creo que me dure para siempre seguiré trabajando en lo que me gusta.

Y cual es tu trabajo?– preguntó

Soy masajista.

Le brillaron los ojos y preguntó - me darías un masaje con final feliz? – se le salió una carcajada, Dios hasta eso le sale hermoso

Solté la carcajada también y le respondí,- claro que si, serás al primero y al único al que se lo haga.

Eso espero y si otro hombre te lo pide espero y le digas que no.

Y si esta tan bueno como tú?- puso su cara seria.

Ni se te ocurra – me acostó en la alfombra y empezó a hacerme cosquillas, - di que no se lo darás a nadie mas

Es mi trabajo- reía con todo.

Pero a nadie le darás con final feliz, júralo- seguía haciéndome cosquillas

Me haré pipí- le dije

Si no lo juras te haré cosquillas hasta que te hagas pipi- el también reía

Esta bien, esta bien, te lo juro, pero para – paro y me dio un gran beso en mis labios

Soy muy cosquilluda – literal me iba hacer pipi, ¿hay un baño cerca? - pregunté

Si aquí al lado – me levanté corriendo y fui a hacer pipi.

Regrese y el seguía riendo, le di un golpe en el brazo

Ya lo juraste, no le puedes hacer masaje con final feliz a nadie mas.

Si, si ya te lo juré- le contesté

Me tomó de la mano y me llevo a su habitación.