"CAMINOS INESPERADOS" LOS DECENDIENTES YANKELEVICH Quinta Parte

Willmar al ver a su familia se puso tenso, rápido volteo y miro a Vanessa al mismo tiempo le dijo. – Ve a nuestra habitación, en un rato voy.

Irma al ver que Vanessa se iba a alejar rápido dice. – Espera Vanessa, no te vayas, estamos aquí para conocerte.

Me imagino que llegaron cansados fue un viaje largo y lleno de emociones, pero tenemos esperándolos dos meses solo para conocerte.

Willmar se puso algo tenso, no entendía nada de lo que pasaba, su madre estaba siendo tan linda y amorosa como siempre, pero sus padres tenían esa cara seria de que no estaba tan contento.

Lían como siempre siendo tan cariñoso y dulce con su familia, se acercó rápido a Vanessa, la abrazo y le dijo. – Querida sobrina, bienvenida a la familia.

Espero que Willmar te esté tratando bien y si no lo está haciendo puedes decirme, yo lo pondré en su lugar; soy tu tío Lían y ella es tu tía la pequeña Zuria, que tambien es mi esposa.

Teníamos tantas ganas de conocerte y tambien queríamos que nos conocieras, queremos mucho a nuestro Willmar, pero nuestro sobrino es algo especial, todos pensábamos que no se iba a casar; estamos tan felices de que por fin nuestro corazón de hielo este totalmente derretido por ti y no es para menos eres hermosa.

La pequeña Zuria se acercó y le dijo. – Lían, mi amor, cálmate un poco, vas a asustar a nuestra sobrina y no queremos que salga huyendo.

Hola hermosa, estamos felices de que estes en nuestra familia, todos en la isla queremos conocerte, esperamos que una vez que terminen con el trabajo aquí vengas con nosotros para que conozcas a toda la familia.

Nosotros no hemos cenado y estoy segura de que tú tampoco, ¿nos acompañas a merendar algo?

Vanessa no sabía ni que contestar, quería ver a Willmar, esperando que le indicara que hacer, pero Lían que estaba parado a su lado no la dejaba verlo y la pequeña Zuria estaba enfrente de ella sosteniendo sus manos, esperando su respuesta.

Insegura le dijo que, si y apenas contesto, los dos la sacaron de ahí, fueron al restaurante del hotel; le hacían platica, le hablaban de la familia y de los lugares que pensaban llevarla para que conociera.

Lían rápido la hizo sentir en familia, en confianza y la hizo reír, hasta se animó hacer unas preguntas; estaba siendo algo bueno para ella y Willmar al saber que estaba con sus tíos se sintió tranquilo.

Irma abrazo su hijo, estaba feliz de verlo, de que estuviera bien y en el momento que tomo su rostro con sus dos manos le dijo. – Quiero que me cuentes todo sobre Vanessa y que me la presentes.

Willmar le sonríe a su mamá, que aun sostenía su rostro haciendo que la mirara a los ojos; saber que ella está feliz le dio algo de confianza y sin dudar le dice. – Vanessa es increíble, es valiente y cariñosa conmigo, para mi es la mejor mujer del mundo, la persona que quiero ver antes de dormir y la que quiero ver al despertar.

Irma no necesito preguntar nada, podía ver que su hijo era sincero y se miraba ilusionado, enamorado; verlo así de feliz la hizo sentir tranquila, porque su pequeño el que pensaba que iba ser muy difícil de que se casara lo había hecho, aunque no era la forma en que lo hubiera querido.

Ella hubiera querido una hermosa boda, algo que parecía que su hijo no tenía en mente; fue algo que, si le causó algo de desilusión, solo esperaba que en el futuro le diera la gran noticia, por el momento no pensaba decirle nada, aunque el pequeño Max no pensaba igual y en ese momento lo escucho decir. – Willmar, ya que decidiste hacer una familia con ella, espero y tambien tengas la fecha de la boda.

Irma suelta el rostro de su hijo, voltea a ver a su esposo y lo fulmina con la mirada; los dos ya lo habían hablado y quedaron en que iban a respetar sus decisiones, pero ahí estaba haciendo todo lo contrario de lo que hablaron.

Willmar al escuchar a su padre suspira profundamente y le dijo. – Por el momento viviremos en unión libre y padre no quiero que se moleste, pero yo no quiero pasar por eso del matrimonio, lo creo innecesario.

Padre no quiero molestarlo, mucho menos desilusionarlo, pero es la forma en la que quiero vivir mi vida, así como la tía Paola; para mí ya Vanessa es parte de mi familia, es mi mujer y la pienso respetarla, seré un hombre fiel.

El pequeño Max niega con la cabeza y dice. – Eso es lo que tú quieres, pero ¿ya le preguntaste a ella si es lo que desea? ¿estás seguro de que la joven estará feliz con una relación a medias?

Willmar no sabía que contestarle, no había pensado en eso y mucho menos le pregunto a Vanesa sobre una boda; se quedó callado mirando a su padre, pensando en lo que tenía que contestarle, en ese momento escucho que su mamá dijo. – Es suficiente, mi amor sé que no es lo que hubieras querido para nuestro hijo, pero tenemos que respetar su decisión.

Creo que tenemos que dejar que nuestro hijo lleve su relación a su manera y estoy segura de que en cierto momento hablara con Vanessa, los dos tomaran la decisión que los haga feliz; es malo que un tercero se meta en la relación, lo único que vas a lograr con esta actitud es que nuestro hijo tome una decisión equivocada, para que después nos este echado la culpa de sus errores.

El pequeño Max se quedó serio no estaba de acuerdo, pero al final termino dándole la razón a su esposa y resignado dijo. – Solo se honesto con ella y no la vayas a lastimar.

Vamos con ella, para que nos presentes, ya es parte de la familia y sería bueno que nos conozca, que cuando vayamos a la isla, tenga con quien refugiarse cuando todos empiecen acosarla.

Sabes que nuestra familia llega ser abrumadora y más que intensa cuando hay un nuevo miembro; ya todos la están esperando, preparando una buena bienvenida para ella, para poder conocerla.

Willmar sonríe y sin decir nada más los tres caminan hasta llegar al restaurante, los encontraron riendo por algo que Vanessa les conto; los tres se acercaron y se sentaron, él al lado derecho de Vanessa, Irma al izquierdo, se unieron a la plática y el pequeño Max queriendo hacer que ella se sintiera en confianza con ellos, le pidió que les contara lo que hizo reír a su amargada prima la pequeña Zuria.

Fue una noche agradable, pero más que nada para Vanessa ser aceptada por la familia de Willmar fue algo lindo, todos la estaban tratando bien y le hacían platica, ni siquiera la acosaban con preguntas sobre su vida o familia.

Estuvieron platicando hasta las 11 pm, cuando estuvieron en su habitación solo se metieron a bañar y de ahí a dormir; él solo la abrazo y acaricio su espalda para que se durmiera, pero esa noche apenas pudo dormir un par de horas, estuvo pensando en lo que su padre le dijo en los deseos de Vanessa sobre el matrimonio.

Eran las 5 am cuando se despertó, se levantó con mucho cuidado para no despertarla, se puso algo de ropa cómoda y salió del hotel, fue al parque que estaba cerca para correr un poco.

Mientras corría se encontró a su padre, a Lían y a la pequeña Zuria, que tambien estaban corriendo; era un habito que toda la familia tenía y donde estuvieran siempre lo hacían, se acercó a ellos, para hacer el recorrido con ellos.

Regresaron al hotel a las 7 am, Lían le dijo que después de desayunar tenía que acompañarlo hablar con el presidente; ya todo estaba resuelto en Rusia y ya solo era mantener el país vigilado para que la gente del descendiente de Nathan no lograran volver a entrar.

Una vez que la pequeña Zuria y Lían se fueron a su cuarto, Willmar se quedó en la recepción con su padre, algo que aprovecho en ese momento le dijo. – Padre, ¿podemos hablar?

El pequeño Max lo llevo afuera del hotel, a la parte trasera donde estaba la alberca, se sentaron en una de las mesas; los dos ordenaron un café y Willmar empezó a decirle. – Padre, sé que no estas feliz con mi decisión y que no es la forma en la que usted lo harías, pero todo sucedió tan rápido y empecé a sentir cosas que me hacen querer tenerla cerca, quiero protegerla, me hace feliz.

No sé si ella quiera casarse y se lo voy a preguntar en algún momento, si es lo que ella quiere pienso cumplir su deseo; buscare el momento para hablar con ella de estas cosas, pero padre si al final no queremos casarnos, me gustaría contar con tu apoyo, que no pienses mal, solo que aceptes nuestra forma de vivir.

Aunque sé que estaría yendo en contra de tus principios, de tu forma de proceder, pero padre lo importante de todo esto es que tanto ella como yo seriamos felices.

El pequeño Max tomo de su café, fue un trago largo y suspiro profundamente. – Tienes razón no es la manera que yo lo hubiera hecho, pero tambien es cierto que tengo que respetar tus decisiones y lo importante es que sea feliz.

Te voy apoyar, aunque no esté de acuerdo, al final lo único que yo quiero es que seas feliz y si ella es tu felicidad, eso es todo lo que importa; solo te pido que seas siempre seas sincero con ella, pero más que nada que seas sincero contigo mismo.

Willmar le dio las gracias a su papá, después de esa platica fueron a sus habitaciones; Vanessa no estaba fue algo extraño, se metió a bañar rápido, se cambió con un pantalón negro estilo militar, su playera de manga larga de color gris y una vez que estuvo listo fue a buscarla.

La encontró en restaurante con su madre, con Lían, su padre y la pequeña Zuria; se sentó a su lado y desayunaron tranquilos, cuando terminaron Lían le recordó a Willmar que tenían que ir con el presidente.

Irma aprovecho para pasar el día con Vanessa, junto con la pequeña Zuria fueron de compras; la llevaron a todas las tiendas donde le compraron hermosos vestidos, pantalones y ropa linda que le serviría para cuando fuera la isla, aunque la pequeña Zuria le recordaba a Irma que no era necesario comprar tanta ropa, ya que Nashira y Adriel siempre se hacían cargo de vestirlos a todos.

Ella le dijo que era seguro que llegando a la isla seguro le tomarían medidas y la llenarían de más ropa para toda clase de evento, para Vanessa todo era lindo, pero tambien le hizo recordar a su madre, que siempre era así con ella; siempre preocupada por que se viera bien, ahorrando para comprarle la mejor ropa para que siempre estuviera presentable y nadie la hiciera menos.

Se puso algo triste, amaba a sus padres, pero no sabía cómo ir a verlos, sin hablarles de lo que le paso; siguió con las compras, aunque ya no pudo dejar su tristeza, algo de lo que se dio cuenta Irma.

Después de comer en un lindo restaurante regresaron al hotel y la pequeña Zuria las dejo solas se fue a su habitación hablar con sus hijos.

Irma aprovecho ese momento para hablar con Vanessa, caminaron un poco por el jardín del hotel y después de un largo rato le dijo. – Vanessa ¿Qué te pasa? Puedo darme cuenta de que algo te puso triste, dime ¿es algo que hicimos o dijimos? ¿algo te hizo sentir mal?

Puedes hablarme con confianza, yo no te voy a juzgar y pienso apoyarte en lo que sea que te esté pasando.

Vanessa clavo su mirada en una flor ya casi seca, pensando en lo que tenía que contestarle; no quería mentirle, ella estaba apoyándola y la estaba tratando bien, empezar su relación con mentiras no era algo que quería, sin verla a la cara le dijo. – Pensé en mi mamá y en mi papá, deseo saber cómo están, verlos abrazarlos, pero tengo miedo de ir a buscarlos.

Si ellos se enteran de lo que me paso y de donde me sacaron, creo que se van a desilusionar de mí; me da miedo que después de que enteren sobre mis gustos me rechacen o piensen que soy la peor hija del mundo.

Irma la abrazo y después la hizo sentarse en el suelo, en ese sácate verde que estaba alrededor de las plantas, en ese momento le dijo. – Yo entiendo muy bien lo que sientes, porque, aunque no lo creas pase por lo mismo que tú.

El pequeño Max, me rescato de unos tratantes de personas, yo era usada para realizar abortos a las víctimas de esos hombres, tambien fui violada y pase días de infierno, tanto que pensé que no podría seguir viviendo, pero entonces él me rescato.

Mi vida cambio cuando él llego a mi vida, me hizo más fuerte y tambien tuve miedo de buscar a mis padres, no quería que se enteraran de lo que había hecho; que seamos sinceras, tu mi hermosa jovencita, solo disfrutabas de algo que te gustaba, que no muchos entendemos, pero no lastimas a nadie, en cambio yo mate a bebés antes de que nacieran.

Sabes hay días que aún recuerdo las suplicas de esas jovencitas pidiéndome que no matara a sus hijos; algo muy raro ya que todas ellas eran víctimas de violación, pero aun así eran sus hijos, llevaban su sangre y yo tenía que ignorarlas, hacerles el aborto sin ninguna contemplación.

Hay algo que nunca le he dicho ni a mi esposo, pero es un recuerdo que en días me quita el sueño; es sobre una joven que no quería abortar, me suplico, me rogo, pero a pesar del infierno en el que vivía tampoco quería morir y si no lo hacia ellos me hubieran matado.

Después de que le hice el aborto, estaba recogiendo todo limpiando, porque hasta eso tenía que hacer; la joven estaba en la camilla, ya la habían soltado, porque a las que no querían las amarraban.

Yo le había dado un calmante y pedí que la dejaran descansar un poco, pensé que estaba dormida, pero no fue así, cuando estuvimos solas, ella a como pudo se levantó tomo unas tijeras, y me empezó a decir. – Tu mataste a mi bebé, lo llevaras en tu conciencia toda la vida y ojalá pagues por lo que le hiciste, que mi recuerdo te atormente cada noche.

Una vez que dijo eso antes de que yo pudiera hacer algo se encajó las tijeras en el cuello; se quitó la vida delante de mí y como ella lo dijo, es algo que, si me atormenta, aunque me repito que no fue mi culpa.

Todo esto era lo que me detenía para ir a buscar a mis padres, tenía miedo de que se enteraran de lo que había hecho, de donde había estado y de cómo perdí mi inocencia.

Tenía mucho miedo de que mis padres dejaran de verme con amor y de que me consideraran un demonio, alguien indigno, hasta me imaginaba que me echaban de su casa, que me pedían de que no volviera, pero con ayuda de la madre del pequeño Max, se llamaba Agramon y con su familia que todos son lindos.

Gracias a todo ese apoyo que me dieron me atreví a ir a buscar a mis padres, no tuve que hablarles de lo que me paso, pero la verdad eso no importaba para ellos, lo único que importo en ese momento fue que me tenían de regreso, de que estaba viva y podían abrazarme.

Yo solo les dije que estuve con la familia, que tuvimos un accidente y que estuvimos mucho tiempo perdidos en la selva; aunque tengo que hacerte sincera las mentiras siempre salen a la luz y terminaron dándose cuenta de lo que me paso, de todo lo que tuve que hacer.

Fue un alivio para mí que ellos supieran la verdad y al final como padre creo que lo único que importa es que nuestros hijos estén a salvo; tu estuviste desaparecida más de un año, eres una víctima de los tratantes de personas y así como tu estuviste en ese infierno, te puedo asegurar que tus padres tambien, aunque la diferencia es que tú ya saliste de ahí, pero tus padres siguen dentro de ese infierno sin saber dónde está su hija, si está viva o muerta.

Si yo regresara al pasado lo único que cambiaría es esta parte, iría a buscar a mis padres en el momento que me liberaron y seria honesta con ellos, pero si tú quieres te puedo acompañar a verlos, no necesitamos decirles que te secuestraron de un club del BDSM, esa parte se la podemos ocultar, si es lo que te causa miedo, pero no dejes que tus padres sigan en esa incertidumbre, en ese dolor sin saber dónde estás.

Vanessa se le quedo mirando, primo estaba sorprendida con su historia, que pasara por algo así de fuerte y siguiera adelante era algo admirable, pero tambien la puso a pensar sobre sus padres, de lo que debían estar sufriendo, creyéndola muerta.