Renace en un mundo mágico y su único objetivo es ser feliz.
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Maestro
Minutos después de que de Lilith salió de la habitación, tocaron la puerta de la oficina del emperador…
[Ya regresaste mujer…]
Emperador: Pase…
Asistente: Majestad, ¿continuaremos con el presupuesto?
Emperador: Eres tú…
Asistente: Si majestad…
Emperador: Tienes la cara sucia…
Asistente: Perdone majestad, debe ser por el jugo de Lady Lilith.
Emperador: ¿Qué? ¿Qué jugo?
Asistente: Al parecer, ella se quedó toda la tarde en la biblioteca y no alcanzo a cenar, entonces su doncella le llevo un jugo, pero, yo llegue a buscarla recién, y ella amablemente me dio su jugo.
Emperador: Amablemente…
Asistente: Si, ahora van de salida…
Emperador: ¿Qué? ¿A dónde?
Asistente: No lo sé majestad…
[Esa mujer, a penas se enteró, que no dormiría con ella, se fue del palacio…]
Emperador: ¡Guardia!
Guardia: Si majestad…
Emperador: ¿hacia dónde salió la invitada?
Guardia: Majestad, lady Lilith está en su habitación, solo salió la doncella hacia la tienda.
El Emperador sonrió y el guardia y asistente se sorprendieron por eso.
Emperador: Bien. Retírense. Mañana saldremos al amanecer para recibir a los invitados y nos quedaremos en la celebración hasta el atardecer…
Guardia - Asistente: Si majestad.
El emperador camino de igual forma hacia la habitación de Lilith y abrió la puerta…
Ella dormía profundamente, escasa de ropa, con su pelo desordenado y varias almohadas en el suelo.
Él salió de la habitación mas tranquilo… pero, esa noche le costó dormir… se reprendió varias veces, por querer ir a la habitación de ella… e imaginarse todas las formas, en la que podía despertarla…
Al día siguiente, un malhumorado Emperador, salía al amanecer del palacio.
Tenía su agenda llena de entrevistas y reuniones. La celebración del jubileo acercaba al emperador a su pueblo, por lo que tenía mas trabajo que de costumbre.
Lilith en cambio, elegía entre dos vestidos azules que le había traído su doncella el día anterior… el primero era azul suave, discreto, ancho, cómodo… en cambio el segundo era azul, ajustado, con un escote delantero y una fina tela bordada…
Lilith: Aun no sé cuál usar…
Vicenta: Mi lady, la celebración en la plaza es durante todo el día, pero usted me dijo que le respondiera al maestro de la academia que iría solo por la tarde… no es mucho el tiempo que estará afuera… creo que el azul mas intenso es el indicado…
Lilith: Si yo también lo creo… el otro vestido, lo puedo usar otro día.
Vicenta: Mi lady, con todo respeto… ¿no tendrá problemas con el emperador? Usted y él… bueno… se han vuelto cercanos…
Lilith: jajaja no, solo voy a la fiesta, que es en una plaza, nada más… además, si a él le hubiese importado, podría haberme invitado, pero el emperador sabe que… bueno, digamos que a él no le importa…
[Además, el contrato dice que no puedo estar íntimamente con otro hombre… nada más…]
Una hora después el maestro de la academia, llego con flores al palacio…
Vicenta: Joven maestro, mi lady viene enseguida.
Maestro: Muchas gracias… ¡wow, mi lady usted se ve maravillosa! ¡Seré la envidia de todo el imperio!
Lilith: Muchas gracias… ¿nos vamos?
Maestro: Si por supuesto…
Lilith recibió las flores, pero las dejo en el mueble de la entrada.
El maestro de la academia, era un hombre inteligente, joven y un conde… que había quedado fascinado con la alegría y espontaneidad de Lilith, desde que la conoció.
