El matrimonio de Scarlet con Adolfo, hijo de un importante empresario que está en un hospital en estado vegetativo los salvaría de la ruina. Claro que ella no lo sabía, su madre estaba haciendo los arreglos para llevar a cabo dicha boda... Scarlet veía a su madre ir de aquí para allá, sin imaginar que era su propia boda lo que estaba planeando. Ella aún no cumplía la mayoría de edad, su más grande anhelo era llegar a ser una gran arquitecta y construir toda clase de edificios, ¿lo logrará algún día?
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El perfume
Lo que tengo que decirles es muy delicado, la policía ya viene en camino... Además de ustedes dos, ¿quién más viene a visitar a Adolfo?
Mario fue el que contestó, no entendía bien la pregunta, pero trató de ser lo más convincente posible. Bueno, a veces viene mi esposa, pero como ella padece de migraña, no puede venir seguido, mi otro hijo no ha venido en meses. ¿Qué pasa doctor?
En ese momento llegó la policía... El doctor se apresuró a explicar a todos los que estaban ahí...
Este hombre además de estar en estado de coma, ha sido víctima de envenenamiento, afortunadamente logramos sacarlo del peligro.
Mario le lanzó una mirada acusadora a Scarlett, ¿has estado envenenando a mi hijo?
Scarlett, a su vez le devolvió la acusación, lo mismo podría decir de usted...
No seas estúpida, ¿por qué querría matar a mi hijo?
Y yo, ¿por qué querría matar a mi esposo?
Por dinero, ¿por qué más iba a ser?
No tengo ninguna necesidad, ¿se le olvida que tengo un testamento a mi favor donde soy la única heredera de mi esposo?
La policía los observaba a los dos, hasta que tomó acción, los dos están detenidos, se hará una investigación...
Sandra le habló a su abogado, él los iba a defender a los dos...
Fueron entrevistados por separados, no encontraron nada que pudieran culparlos, pero lo que les dijo Scarlett hizo que continuaran con la investigación.
"Estoy segura que alguien lo visitaba por las noches, dejaba su perfume expandido por todo el uarto".
Fue la explicación que dio Scarlett.
Cualquier persona usa perfume, eso no quiere decir que sea un asesino. La policía no sabía que pensar. Pero era obvio que había un cuarto personaje... Ese podría ser el autor del envenenamiento.
Yo no dije que fuera un asesino, es más, ya no tengo nada que decir...
Era raro, ¿quién pudo envenenar a un hombre en estado de coma, y por qué?...
Tanto Scarlett como Mario fueron puestos en libertad, le habían puesto vigilancia a Adolfo, nadie que no fuera Scarlett podía verlo, no siquiera Mario... Todas las visitas estaban restringidas.
Pero, ¿cómo que no puedo ver a mi hijo?, por Dios.
Lo siento, señor, son órdenes, hasta nuevo aviso nadie puede pasar.
Solamente Scarlett podía entrar y salir del cuarto de Afolfo...
Ya sin el yugo del otro hospital, Adolfo estaba mejorando, tal vez despierte muy pronto.
Scarlett no sabía qué le pasaba, sentía algo extraño corriendo por sus venas, el deseo de cuidar a Adolfo crecía cada vez más, se sentía feliz de estar ahí con él...
Hablando de Joaquín al parecer se lo había tragado la tierra, no había ido a visitar a su hermano...
Varios meses después, Scarlett se graduaba de la prepa, estaba feliz, por fin iba a entrar a la Universidad, sería una gran arquitecta, pésele a quien le pese.
Scarlett y sus amigas fueron a celebrar a un restaurante, por alguna causa se había librado del señor Mario, él ya no la molestaba, la había dejado libre para que decidiera lo que era mejor para ella y su hijo...
Lo único que si se tenía que hacer era lo del heredero, ese si le urgía a don Mario.
Él se lo había dicho: "desde hoy quedas libre de decidir lo que más les convenga a ti y a mi hijo, lo único que sí es obligatorio es darme un heredero"...
Y, ¿cómo le voy a dar un heredero si Adolfo sigue postrado en esa cama?... Pensaba Scarlett...
Las amigas la sacaron de sus pensamientos...
No te preocupes amiga, todo lo que tenga que pasar, pasará tarde o temprano, vamos a divertirnos, que a eso hemos venido...
Bien dicho, Graciela se levantó, y tomando a ambas chicas de las manos las llevó hasta la pista de baile, las tres chicas se movieron al ritmo de la música.
Era un movimiento muy sensual, lo malo es que se hacía tarde para irse con su esposo al hospital...
Ya me voy amigas, si no capaz que le da un infarto a Mario, jajaj.
Ya sé, jajaja. Dijeron las dos amigas como si estuvieran sincronizadas.
Scarlett llegó al hospital un poco tarde, los policías estaban ahí, al verla la saludaron... Buenas noches, señorita, no ha venido nadie.
Gracias, hasta mañana.
"Ahora que voy a tener mucho tiempo libre iré a buscar una casa, tal vez mi esposo se recupere más rápido si lo llevo a un lugar más confortable que una cama de hospital, además ya no ocupa el respirador. Le contrataré dos enfermeras de planta, una de día y la otra de noche, solo falta que me dejen sacarlo de ahí".
Al día siguiente muy temprano, fue con sus amigas a buscar una casa, quería una muy bonita y acogedora. Que tuviera los cuartos grandes para que su esposo estuviera cómodo.
Iban muy contentas, vieron varias casas, hasta que por fin se decidieron por una que estaba cerca de un bosque muy florido con una hermosa vista...
Scarlett contrató personal para que acondicionaran un cuarto para que su esposo estuviera a gusto. Ella quería que se despertara, sentía algo muy especial por él... Aún no sabía qué era...
Ella se esforzaba para que él no se sintiera triste en esa cama, ponía todo su esfuerzo.
Una semana después...
Señorita, aquí están las escrituras de la casa, es toda suya, felicidades por su compra, el cuarto ya está listo para que su esposo lo ocupe.
Gracias, que tenga buen día.
Graciela y Josefina estaban con ella... Qué bueno que ya tienes la casa, además está muy bonita...
Gracias, ya tengo también a las dos enfermeras, solo falta el enfermo.
Graciela preguntó a su amiga: ¿cuándo traerás a tu esposo?
Espero que pronto, solo tengo que hablar al hospital.
Ojalá y así sea. Dijo Josefina.
Y como nunca falta un prietito en el arroz, al salir de las oficinas de bienes raíces un perfume muy conocido por ella llegó hasta su nariz...
Instintivamente, volteó, a unos metros de ella, Joaquín platicaba con un hombre más o menos de su edad. Ella se fue con sus amigas por otro lado, no quería toparse con él...
Al parecer él no la vio... Scarlett no dejaba de pensar en el perfume que usaba Joaquín, era el mismo que se quedaba impregnado en el cuarto del hospital.
"¿Acaso será Joaquín el que trató de matar a Adolfo?". "No, eso es imposible", ¿por qué querría matar a Adolfo?, pero, entonces, ¿ese perfume?