La Enfermera Y El Reo

Emma se levantó apresurada cuando entre los guardias y el médico se llevaban a Max a su camilla, las compañeras de trabajo se unieron a ella para socorrerla, cuando pudo caminó hacia donde estaba Max, estaba tan angustiada, sabía que una de las heridas se había vuelto abrir

Entre el doctor y ella comenzaron a atenderlo, Emma le colocaba una via rápidamente y el doctor evaluaba las heridas.

El cuerpo de Él Morgan, se lo llevaron casi al terminar la tarde, las tres enfermeras se retiraron para sus hogares.

La madre de Emma, estaba algo preocupada, porque estos últimos días su hija estaba más pensativa y casi no se alimentaba, entró a su cuarto mientras Emma revisaba algunas cosas en la computadora, se sentó en la cama y comenzó hablar, mientras la hija permanecía con la vista puesta en el teclado

-Emita ¿Cómo te has sentido en tus prácticas?

-bien mama, nada fuera de lo normal

-¿te gusta lo que haces?

-si, de verdad no es nada como lo pensaba, pero puedo decir que me siento bien- la madre tocó un tema que hizo estremecer a la muchacha

-hija, por casualidad ¿has conocido algún chico que te guste? No sé un médico un enfermero- Emma recordó aquellos ojos azules, aquel beso, como la salvaba del atentado de la tarde, sintió como su corazón se emocionó al verlo exponer su vida por ella, entonces pensó- ¡claro que está enamorado de mí!  -Asunción al ver tanto silencio en su hija y como le brillaron los ojos de repente supo que eso era el motivo del cambio de ella, entonces le dijo sacándola de sus pensamientos

-¡hija! ¿Estás bien?- Emma trato de disimular

-sí, mama, todo bien- ya era demasiado tarde, su madre se había dado cuenta del nerviosismo que le produjo hablar de eso, se levantó de la cama y se despidió dándole las buenas noches a su hija.

Emma suspiro aliviada, quería estar sola, pensar, pero el recuerdo de Max no se lo permitía, recordó aquella felicidad que lo embargaba en la  mañana y como reaccionó el cuerpo de ella al tenerlo encima, ese calor sofocante que invadió todo su ser y aquellos ojos azules que ahora se habían convertido en su mayor desvelo, se colocó la mano en la boca y dijo impresionada - ¡estoy enamorada!

 Recordó el envoltorio que él le había dado horas antes de aquel atentado, se levantó de la silla precipitadamente y corrió a buscarlo en su uniforme, con tantas cosas ya se había olvidado

Al conseguirlo se sentó sobre su cama, desenrollo aquel envoltorio, que era una carta de Max envolviendo torpemente un bombón de chocolate en forma de corazón y una margarita marchita por aquel papel, la reconoció de inmediato, era de las que están en ese patio a donde estuvieron esa mañana, la agarró con tanta delicadeza para que no perdiera los pétalos, planchó el papel con sus manos blancas y comenzó a leerlo

Carta

Hola preciosa, que bella tu carta, me ha alegrado que me respondas y que tengas muchos sentimientos por mi como los tengo por ti, me siento feliz que una sweet girl, me cuide tanto como lo haces usted.

Prometo que mejorare mi español, ese librito que me diste lo cuidaré como algo muy preciado, es el regalo más bello que me han dado, thaks, yo no querer lastimarte nunca, tu ser muy importante para mí.

Estoy muy feliz de haber compartido esos rayos de sol en la mañana junto a ti y ese beso fue lo mejor.

Cuando te veo siento esos mismos rayos de sol a través de tu mirada que me tiene muy enamorado

Aunque en tu carta no me diste ninguna respuesta, yo entender tus labios cuando los bese. Ellos me dijeron que si

Te amo baby, no lo dudes, eres lo más bello que hace mis días felices en este horrible lugar, gracias por estar conmigo siempre my love

Atte  Max

Emma beso esa carta tantas veces que se quedó dormida, mientras la abrazaba contra su pecho.

 Esa mañana Emma se veía más rozagante y más feliz, sus compañeras estaban que seguras que Emma después de lo ocurrido ayer pediría el cambio pero por el contrario este día llegó sonriente y hasta con un maquillaje muy sutil, Claudia le dijo al doctor mientras se reía al escuchar a Emma cantar mientras acomodaba algunos medicamentos

-¡esa mujer está loca! –el médico le contesto

-es que para estar aquí, tenemos que estar locos ¿si no como crees que hay poco personal de salud?  No es por nada pero esa enfermera es muy buena y se ve que tiene vocación, si no mira como trata a estos malandrines y como ha logrado muchas cosas positivas al mismo Gringo, es que hasta yo al principio le tenía miedo a ese hombre y me hice el valiente cuando la vi a ella tratarlo con tanto carácter