PRISIONERA DEL DOLOR.

A la mañana siguiente Luisa quiso levantarse pero se topó con dos brazos que la sujetaban como si no quisiera que se escapara, alzó la vista y se encontró con el rostro de Thomas sin duda alguna su esposo era hermoso.

Cuando estaba por delinear su nariz con el dedo Thomas abre los ojos y le sonrió y para ella fue la sonrisa más hermosa que haya visto, ambos se contemplaron por varios minutos cuando se iban a besar alguien los interrumpió .

- Cof cof.-. Los dos miraron a ver.-. Si ya terminaron con sus muestras de cariño me puedo llevar a mi hijo al despacho.-. Hablo Raúl sonriendo picarón.

- Oh, disculpe señor Raúl.-. Hablo Luisa avergonzada.

- Dime Raúl recuerda que eres mi nuera.-. Le dijo amablemente.

- Como UD diga señ.. perdón Raúl.-. Le dijo sonriendo.

A Raúl le pareció tierna no entendía como Santiago le hizo tanto daño a una niña como ella si con tan solo mirarla transmitía dulzura e inocencia.

- Vamos a mi despacho padre.-. Dijo Thomas levantándose del sofá.

- Bueno, Luisa nos vemos pronto cuídate.

- Igualmente Raúl.-. Él se fue al despacho con Thomas y ella subió a su habitación.

En el despacho Thomas y Raúl ultimaban los detalles de la posesión de Luisa en las empresas de Santiago.

- Ya hablaste con ella.-. Thomas negó.-. Vamos hijo no demores no vaya a hacer que alguien más le diga y sea lo malentienda.

- Lo sé padre pero no sé como explicarle que em pocos días dejará a su padre en la ruina.-. Thomas se sentó en la silla y restregó su rostro con sus manos.

- En eso tienes razón hijo ella no tiene maldad en su corazón y de seguro no va a permitir que su padre quede en la calle.

- Lo siento por ella pero ese hombre merece pagar todo lo que ha hecho en esta vida y no voy a detener mi venganza por ella.

- Recuerda hijo una vez Santiago este destruido finalizaras tu venganza y dejaras libre a Luisa.-. Sentenció Raúl.

Hace una semana el papá lo había llamado para decirle que su divorcio en tres años si se podía dar si Santiago iba a la cárcel pues para recibir todo lo de Luisa tiene que estar limpio de tratos ilegales y eso es lo que más sucio tenía a Santiago.

- No estoy seguro de querer dejarla ir.-. Hablo bajito pero Raúl lo escucho.

- Si esa es tu decisión no voy a interferir pero te pido que la cuides mucho de tus enemigos esa muchacha ya ha sufrido demasiado.

- Despreocúpate padre cuidaré a Luisa con mi vida si es necesario.

Continuaron hablando de otros temas relacionados con el embarque que fue enviado anoche, Thomas le comento que todo estaba sin novedad y que marchaba bien.

- Me tengo que ir hijo nos vemos el sábado.

- Te espero padre y trata que la tía Lorena se comporte con Luisa no quiero echarla si se propasa con sus insultos.

- No te preocupes que de ella me encargo yo.-. Se despidió y se fue.

ESTADOS UNIDOS.

"El empresario Thomas Moretti y su joven esposa Luisa Brown fueron vistos estos últimos días muy enamorados al parecer todas las dudas que se presentaron tras anunciar su matrimonio de que era por negocio fueron descartadas pues ellos irradian amor se les desea lo mejor y que pronto nos den la noticia de que tendremos un heredero Moretti y porque no Brown".

Con estas noticias despertaba Agustín en su Penthouse, la noche había sido desastrosa se puso a beber hasta que su cuerpo no respondió, la ausencia de Luisa no lo dejaba vivir y verla sonriéndole a otro lo llenaba de ira.

- Tú jamás serás feliz con el porqué primero te mato.-. Tiro el control del televisor sobre este y se partió.

Saco la foto que tenía de Luisa que se encontraba en su billetera.

- A quien engaño yo nunca te lastimaría mi amor te amo tanto que moriría si tú lo haces.-. Decía sobando la foto Luisa.

Lo cierto era que Agustín empezaba a obsesionarse con Luisa.

La misma noticia despertó a los Brown y no estaban para nada felices.

- No puedo creer que a esa arrastrada todo le salga bien.-. Decía molesta Karen.

- Yo no creo nada de lo que dicen esos reporteros ese hombre solo está fingiendo se le nota.-. Opino Priscila.

- Espero que todo sea fingido porque si ese hombre se llega a enamorar de Luisa y ella de él nos destruirán.-. Hablo Santiago preocupado.

- Luisa nunca haría eso ella en un alma noble.-. Se burló Karen.

- No estés tan segura hija tú no sabes lo que una mujer es capaz de hacer por el amor de un hombre cierto cariño.-. Santiago observó a Priscila.

- Así es cariño.-. Dijo Priscila sonriéndole con complicidad.

- De que me perdí.-. Karen estaba confundida.

- Lo que quiere decir tu padre es que si Luisa se enamora de Thomas este puede pedirle lo que sea y ella accederá sin importarle a quien se lleve por delante solo para complacerlo.

- Seria Luisa capaz de hacer eso.-. Karen por lo poco que había conocido a Luisa no la creía capaz.

- Espero y la estemos juzgando mal.-. Dijo Santiago.

Terminaron de desayunar y cada uno se fue a hacer sus cosas como todos los días.

ITALIA.

El sábado llego y con ello el cumpleaños número 18 de Luisa ella estaba emocionada no sabía lo que era celebrar un cumpleaños pues nunca se lo festejaron en su familia.

- Lista mi niña.-. Le decía Lucía colocando el último pendiente a Luisa.

- Estoy un poco nerviosa.-. Dijo mordiendo su labio.

- No debes estarlo mi niño Thomas te hizo esto con mucho amor.

- Amor?, no creo Lucía él lo hace para aparentar frente a las personas pero eso no me importa lo que cuenta es la intensión.-. Dijo Luisa con una enorme sonrisa que le inflaba el pecho de tanta emoción.

Tocaron la puerta y Lucía fue a abrir era Thomas.

- Ya estás lis...-. Carraspeo pues se quedó impresionado de ver a Luisa más hermosa que nunca.

- Decías.-. Le sonrió Lucía con picardía.

- Ah si sii, preguntaba si ya estabas lista.-. Luisa asintió y él le extendió la mano para bajar juntos.

- Te ves realmente hermosa.-. Le susurro Thomas cerca del oído cuando la atrajo para darle un abrazo.

- Gracias.-. Le beso la mejilla.

Un suspiro los hicieron ver hacia atrás.

- Disculpen es que hacen una linda pareja.-. Decía Lucía con entusiasmo.

Los tres se rieron y continuaron caminando Lucía bajo primero seguida de Luisa y Thomas que venían agarrados de las manos.

Los presentes observaron a la pareja unos lo hacían con alegría y otros con desprecio pues nadie es misionero en su propio pueblo.

Al terminar de bajar, los invitados se le acercaron a Luisa para felicitarla.

- Felicidades, primita.-. Le dijo Héctor abrazándola.

- Ya no te pases.-. Lo empujó disimuladamente Thomas cuando Héctor iba a darle un beso en la mejilla.

- Que posesividad primo no pensé que fueras así.-. Héctor empezó a molestar a Thomas.

- No eres el único que quiere felicitar a mi esposa.-. La última palabra la recalco.-. Así que da paso a otras personas.-. Lo empujó con un brazo mientras Héctor reía sin duda alguna su primo se había enamorado y ni él lo sabía.