El Mejor Amigo De Mi Hermano

Estando a mitad de la escalera empecé a escuchar un murmullo en el cuarto. Cuando ya estaba en el piso de abajo, comencé a escuchar claramente lo que decía:

- ¡Es casi una niña! ¡¿En qué carajos estabas pensando!? – gritaba mi hermano.

No escuché la respuesta de Jared, que hablaba en voz baja.

No soy ninguna niña, soy una mujer hecha y derecha solo 2 años menor que él.

- ¡Me importa una mierda! – dijo mi hermano de nuevo.

Estaba escuchando con atención lo que decían, cuando mi hermano se asomó a la escalera y gritó:

- ¡Te he dicho que te vayas a casa! – rugió – Ya hablaremos tú y yo, ya...

Me fui corriendo rápidamente hacia la puerta, asustada de que mi hermano bajase las escaleras.

La abrí y salí de la casa de Jared. Comencé a caminar hacia mi casa, llorando desconsoladamente de nuevo.

El sol se estaba escondiendo en el horizonte, dibujando el cielo de naranja y comenzaba a refrescar. Aquel día había cambiado por completo en tan solo un abrir y cerrar de ojos.

¿Cambiaría también mi vida? ¿Cómo todo se podía haber ido a la mierda tan rápido? Todo por un maldito dinero . Joder, mi hermano no tenía otra cosa que hacer que ir a casa de Jared.

¿Cómo estaría Jared? Solo quería que Chris no le pegase, no era justo.

Aunque Jared era completamente capaz de defenderse, no creo que le hiciera nada a mi hermano. ¿Se rompería su amistad por completo? Sería una pena, ya que son muy buenos amigos.

Solo esperaba volver a ver a Jared para darle un fuerte abrazo y un beso.

Me sentía desolada, temeroso de las últimas palabras de mi hermano: "Ya hablaremos tú y yo, ya..."

¿Se lo contaría a mi madre? Esa era la pregunta que más miedo me daba, ya que dudaba que mi hermano me pusiese una mano encima.

Nunca me había pegado ni nada parecido. Al revés, estábamos muy unidos. Nunca lo había visto ponerse de esa forma, daba auténtico miedo.

¿Qué diría mi madre si se enterase? ¿Lo entendería?

Mi mente no daba abasto entre tantas preguntas, cuando ya estaba en la entrada de mi casa.

Me sequé la cara y esperé un poco a que se me pasase el sofoco. Saqué mis llaves del bolsillo de mis pantalones y abrí la puerta.

- ¿Hola? ¡Ya he llegado, mamá! – dije, después de entrar en casa.

El silencio fue la única respuesta que obtuve. Saqué el móvil de mi otro bolsillo y vi un mensaje de mi madre que decía:

^^^"Cariño, voy a dormir en casa , se que no se encuentra muy bien. Hay pizza en el frigo para que cenes. Besos, te quiero mucho"^^^

Dejé las llaves encima de la mesa de la entradita y subí las escaleras con pies de plomo. Entré en mi cuarto y cerré la puerta tras de mí. No sabía qué hacer, por lo que comencé a dar vueltas por mi cuarto mientras me mordía las uñas.

Opté por ducharme de nuevo, ya que estaba pegajosa de pasar la tarde con Jared. Fui hacia el cuarto de baño y abrí el grifo de la ducha para que el agua empezara a calentarse.

Me desnudé pesadamente mientras oía cómo el agua caía en el suelo de la bañera, llenando de vapor la estancia y empañando el cristal de encima del lavabo. Metí la ropa en el cesto de la ropa sucia y me dirigí a la bañera.

Regulé la temperatura para que el agua estuviese templada y me metí dentro. Puse la alcachofa en el soporte de la pared y me metí debajo de aquella cascada de agua. Me sentía triste, por lo que me demoré bastante, absorto en mis pensamientos.

Para cuando terminé de limpiarme, había pasado un buen rato ya. Salí de la bañera y me sequé con la toalla.

Salí del cuarto de baño y me dirigí de nuevo a mi cuarto, desnuda. Me puse unos pantalones cortos de pijama, una camiseta ancha y me tumbé en mi cama.

Había pasado una hora y mi hermano no había regresado aún de casa de Jared.