Los Villanos En Época Moderna

La noche trascurría y el suave aroma a pizza se deslizaba por toda la habitación.

Ivan y Sofía, estaban sentados en la cama disfrutando de un sabor tan único como la pizza.

De repente, Sofía sacó un comentario haciendo que Iván, distraído mientras mordía un pedazo de pizza, casi se ahogara.

— Entonces... Estas perras quieren sacarme de la mansión.

— ¿Cómo lo sabes? —preguntó, con una mezcla de sorpresa y curiosidad en su mirada.

— Los recuerdos de Sofía. Vi más allá, encontré uno donde descubrió una conversación oculta entre madre e hija, de que estaban planeando sacarme por medio de ti. Pero no era tan valiente como para enfrentarla. —lo señaló con la pizza.— Tú sabías, ¿No es así?

— Sí.—respondió, tomando un respiro profundo— Cuando volví a ver a esa mujer hoy, lo supe. Pero no pensaba en ocultártelo por siempre. Quería concentrarme contigo y el negocio primero. Las brujas pueden esperar. Total, nosotros somos los dueños. Hagámosle la vida imposible como te lo hicieron a ti.

Sofía sintió que el peso de la situación comenzaba a aligerarse, un poco. Iván tenía razón; hacerle la vida imposible aquí al punto de que no quieran vivir más en la mansión.

— ¿Quieres que las torturemos hasta el punto de que se vayan solitas? Bien, bien. Me agrada. — respondió Sofía, mostrando una sonrisa que revelaba su carácter decidido.

— Por ahora, quiero concentrarme en el contrato de mañana. Por eso no te dije nada. ¿Estás molesta conmigo? —preguntó Iván, con sinceridad en sus ojos.

Ella soltó una risa clara y despreocupada.

— No. Si quieres verme molesta, lo único que tiene que hacer es traicionarme para cortarte la cabeza con la misma espada que me regalaste.

— Ya te dije que no hay motivo para traicionarte. Santa. Mejor trabaja, trabaja. Que mañana cerramos un contrato millonario.

La noche fue avanzando con conversaciones y propuestas, mientras los dos continuaban formando estrategias para asegurar la firma de los extranjeros.

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A la mañana siguiente, el ambiente era distinto. Sofía e Iván se preparaban para irse a la reunión que habían planificado con detalle. Mientras se alistaban, Sofía detuvo a Iván antes de salir de la habitación.

— Quiero acceso directo a las cuentas de Giovana y Clarisa. Tú las tienes, ¿No es así? —su voz era firme y decidida.

— Sí. ¿Les bloquearás las cuentas? —respondió Iván, curioso por las intenciones de Sofía.

— Les quitaré el dinero que es mío. Ellas tomaron acceso a mis cuentas por el estúpido Iván que estaba antes. Ahora, las dejaré sin un medio. —la mirada de Sofía reflejaba una venganza calculada.

Ambos bajaron hacia la planta baja, y un silencio inquietante los rodeaba. Era extraño que ni la mamá ni la hermana de Iván estuvieran presentes, ni siquiera para el desayuno. Sin embargo, se encontraron con el padre de Iván, que los saludó con un aire de profesionalismo.

— Iván, Sofía, buenos días, ... —su tono era suave, pero tenía un peso que a l avez autoritaria. A pesar de su edad, el padre de Iván, Hanst, era un hombre con un porte impresionante y una presencia que imponía respeto. — Tengo entendido que cerrarás un negocio hoy. Te deseo éxito. Si necesitas ayuda, puedes hablar conmigo.

Mientras se acomodaba la corbata, la confianza que irradiaba era evidente. Este hombre había legado su empresa a Iván con la esperanza de que él pudiera hacer una gestión más eficiente. Era un reto que había aceptado Iván. Si en un año Iván lograba el mejor negocio, conservaría la empresa, si no, se vería obligado a renunciar a su herencia de por vida.

— Hablaré contigo cuando te muestre el contrato aprobado —dijo Iván, con una voz firme.

— Perfecto. Por fin muestras una actitud decente. No como antes. Así que, si cierras ese negocio, te involucraré en el mío. ¿De acuerdo?—respondió Hanst, antes de marcharse, dejando una sensación de desafío en el ambiente.

A diferencia de Giovana y Clarisa, él no se metía con Sofía; al contrario, la respetaba, reconociendola como señora de la casa.

Momentos más tarde, Iván y Sofía estaban en la oficina, preparando cada detalle para iniciar la reunión que podría cambiar el rumbo de sus vidas. Bonet, se unió a ellos, ya que sería solo el trío contra varios ejecutivos extranjeros.

— El Iván anterior no logrará lo que yo haré. Y tendré más negocios con Hanst —declaró él.

— tu padre es el único que no es una piedra en el zapato —respondió Sofía, mientras revisaba unos documentos. — Ya le bloqueé las cuentas a Clarisa y a su mamita. Ahora, a esperar su reacción y humillarlas. Cómo ratas cualquiera no se va a ir.

— Así será, después de hoy. Vamos, Sofía. De que seremos millonarios, lo seremos.

La preparación final abarcaba una serie de análisis de mercado y revisiones de contratos.

Una vez que llegaron a la sala de reuniones, el ambiente cambió drásticamente. Los ejecutivos extranjeros se mostraban reservado, con un mezcla de desconfianza. Sofía tomaba nota mental, mientras Iván se encargaba de presentar la propuesta inicial.

Durante la reunión, cada uno de los ejecutivos hicieron preguntas fuertes llenas de análisis, pero Iván y Sofía respondían con precisión y confianza. La combinación de sus cualidades hacía que la dupla fuese imparable. Algo que jamás ocurrió en su primera vida; trabajar juntos.

Una experiencia nueva que les resultaba tanto comoda como emocionante. Habían comenzado a desafiar la imagen del antiguo Iván, el que había sido casi derrotado por sus propios miedos, fracasos, y ahora, emergía un nuevo líder. Igualmente Sofía, con su serenidad y encanto era la perfecta dama de las estrategias.

Mientras las negociaciones se desarrollaban, Sofía tomó un momento para observar las reacciones de los otros ejecutivos. Notó cómo sus expresiones variaban entre la sorpresa y la duda, quizás no pensaron que esté contrato era bueno.

Finalmente, después de varias rondas de preguntas y respuestas, la charla comenzó a tomar un rumbo más positivo.

— Si aceptan nuestros acuerdos, el trató se cerrará ahora mismo. Es decisión de ambos.— dijo el líder de los extranjeros.

— Dejar que uno trabaje aquí y que tomen un porcentaje de mi empresa me parece lo más sensato para terminar este trato.— expresó Iván.— Solo, que serán observado por mi socia, Sofía, cualquier inconveniente, ella me lo hará saber.

Los ejecutivos no vieron problemas, al tratarse de una mujer, sería fácil de manipular, así que aceptan y firma el contrato donde el negocio y la empresa se salvaron. Bonet respiro ya que se estaba aguantando la respiración de lo fuerte que estuvo la reunión.

“ lo haré trabajar como esclavos. Los haré papilla."

Ríe Sofía en su mente, ya que estos hombres piensan que es solo una cara bonita con un poco de inteligencia.

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Muchas gracias por leer no olviden dejar su preciado me gusta en el capítulo 🥺

Ah, una cosita. Asi se ve el padre de Iván, osea, es un asemejado a él, no sé si le gusta. Si me lo imaginé pechugón, pero encontré este en Pinterest y me gustó.

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