Reencarné En La ¿Villana?

VICENT LEROUX:

Me concentro en la gran cantidad de papeles que he dejado acumular, pero soy interrumpido cuando la puerta de mi oficina es abierta.

—¿No aprenderás a tocar?

Pregunto con la voz baja mientras levanto la mirada para observarla.

—No hace falta que toque jefe, usted ya sabía que iba a entrar.

Anny Petrov toma asiento en uno de los sofás mientras come de un maní que llevaba en sus manos muy tranquila.

—Anny...

—¿Señor?

Pregunta ella con una sonrisa.

—Estoy trabajando.

Hablo con sumo cansancio pasando una de mis manos por mi cabello y ella se encoge de hombros.

—Lo sé, no estoy ciega.

Habla con obviedad.

Cuándo voy a responder la puerta es tocada y doy el permiso de pasar.

—Llegó una carta para usted señor.

Entra mi leal y fiel hombre de mayor confianza con su porte serio como siempre.



—Puedes dejarlo ahí, gracias.

Este asiente con la intención de retirarse, pero Anny lo detiene.

—Hola Carlos ¿Cómo estás?

—Ya me viste esta mañana señorita Anny.

La chica rueda los ojos y se encoge de hombros.

—Eso no importa ¿Damos un paseo Carlos?

Él niega y me hace una reverencia antes de marcharse.

Cuándo la puerta es cerrada, observo la decepción del rostro de Anny.

—No seas tan directa Anny, cada vez que hablas, lo espantas.

Le digo mientras tomo la carta entre mis manos al ver el sello del emperador.

—Es que no sé ser menos directa... No entiendo por qué siempre huye de mí ¿Será que no le agrado?

—Eso deberías preguntarle directamente.

—Tienes razón, voy a preguntarle.

La detengo.

—Espera, espera, espera.

Ella se detiene y me mira sin comprender.

—¿Qué piensas hacer?

—¿No es obvio? Voy a preguntarle si le intereso.

Niego.

—No hagas eso, tienes que ser menos directa... ¿Sabes qué? Mejor no le preguntes, es lo mejor, te lo aseguro.

Ella asiente y vuelve a sentarse, pero antes de abrir la carta un peculiar olor llega a mis fosas nasales y arrugo el ceño.

—¿Qué pasa?

Pregunta Anny tomando un porte más serio y se coloca en pies, permaneciendo en guardia.

—Una visita indeseable.

Murmuro mientras siento como mis ojos cambian de color por algunos segundos.

La puerta es tocada por Carlos y escucho su voz detrás de la puerta.

—Señor, el príncipe Bartolomé Clifford quiere verlo ¿Lo dejo pasar?

Tomo una larga respiración.

—Sí, dejarlo pasar.

Menciono y a los pocos minutos la puerta se abre y el principito entra como dueño de todo.

—Tío Vicent, es un gusto volver a verte.

Dice mientras camina por mi oficina tocando cosas que no le concierne.

—Alteza Clifford, le aconsejo que no esté tocando las cosas del archiduque.

La voz sería e imponente de Anny retumba en la habitación y el príncipe la mira alzando las cejas.

—Creo deberías de educar mejor a tus sirvientes tío.

Menciona tomando asiento en uno de mis muebles y yo me cruzo de brazos.

—No te permito hablar de mi gente... Además ¿Quién te dio permiso de sentarte? ¿Mi hermano no te ha enseñado modales?

Le pregunto con el ceño fruncido y puedo ver el enojo en sus ojos.

—Soy el príncipe heredero.

Menciona con el ego por las nubes y sonrío.

—No en mi territorio príncipe, aquí no eres nada... Ahora dime ¿Qué haces aquí? No tengo todo el día.

Él hace una mueca en sus labios y de su bolsillo saca un sobre de color dorado.

—Es la invitación a mi cumpleaños, vengo a entregartela personalmente y también a pedirte un favor.

—¿De qué se trata dicho favor?

Pregunto tomando la carta entre mis manos.

—Quiero que me permitas llevar a la señorita Hillson como mi acompañante.

Escuchar a príncipe decir eso, hace que levante mi mirada del sobre y lo observo fijamente.

—Oh vamos tío, los dos sabemos que la señorita Hillson me prefiere a mí, antes que a ti, así que por favor, hazme feliz esa noche y permite que ella sea mi acompañante ¿Qué dices?

—No acepto.

Hablo muy fuerte y claro y al principito al parecer no le gustó mi respuesta.

—¿Disculpa?

—Hay muchas chicas solteras ¿Por qué razón quieres a mi prometida? No tienes respeto por los demás.

—No te lo tomes de esa manera, tío...

—Lo escoltaré a la salida príncipe.

Habla Anny acercándose a él con pasos amenazantes.

—Esto es una falta de respeto... Hablaré con mi padre sobre esto.

Dice él para luego dirigirse a la salida con Anny pisando sus talones.

—¿Llevarte a mi mujer de acompañante? Sobre mi cadáver sobrino.

Susurro mientras pienso en esa noche tan intensa que tuvimos y comienza a darme calor.

—Amber...

Susurro su nombre mordiendo mis labios y recuerdo esa mirada tan tentativa y provocadora... ¿Quién eres Amber Hillson?

—¿En quién piensas? Ya el príncipe se ha marchado.

—Eso no te incumbe, encárgate de los papeleos, llegaré en horas de la noche, no me esperen.

Menciono para luego tomar uno de mis abrigos y marcharme a pasos rápidos.

(Dejé de actualizar por qué no me encontraba bien de salud, pero ahora que estoy mejor, volveré a las actualizaciones constantes, espero disfruten este capítulo.)