Amor Con Sabor A Vino

Ya es de día, no quiero despertarla, me levanto sin hacer ruido, me doy un baño y cuando estoy listo la enfermera viene a quitarle la aguja, fruncio su pequeño ceño pero no se despertó.

Pedí que me trajeran el desayuno a la mesa del balcón de mi habitación, quiero estar cerca cuando se despierte.

Estaba tomando una taza de té y leyendo algunos correos en mi tablet, cuando escuché ruido en la habitación levanté la vista para mirar y ahí estaba ella caminando a dónde me encuentro, jalando la playera tratando de cubrir su pequeño cuerpo.

Cuando llegó enfrente de mi le hice un gesto con la cabeza para qué se sentará frente a mi y le pase mi taza de té.

-Tómalo- hizo lo que le pedí sin decir nada, después de unos tragos por fin habló.

-¿como llegué aquí?-

-Yo te traje-

-¿que paso?- pregunto mirando su mano con el parche y un moretón.

-Bebiste de más- no le diré que alguien la drogo y que trataron de llevársela, ya está demasiado aturdida.

-¿Yo lo llamé?-

-No y háblame de ti- se volvió a quedar callada mirando sus dedos que jugaban con una servilleta.

- Tu amiga sabe que estás conmigo, ella tiene tus pertenencias, le dijo a tu abuela que te quedarías con ella para que no se preocupara- asintió.

-¿Tú.. Tu.. me cambiaste?- su cara se puso roja como un tomate y se mordió el labio.

-Si te di un baño y te puse una playera- se tapo la cara con las manos y su cara se puso aún más roja.

-Seras mi esposa no tienes de que avergonzarte-

-Pero yo no he dicho que si- saco la cara de entre sus manos y me miró asombrada.

-pero se que dirás que si, ya te di tiempo de pensarlo, hoy por la tarde iré a hablar con tu abuela y todo quedará listo, nos casaremos la siguiente semana.

-Yo, pero, no, es, que, yo..-

-Habrá un contrato de por medio, tú pondrás tus condiciones yo las mías, esta sociedad nos debe de convenir a los 2-

-Que le dirás a mi abuela-

-Ya lo verás más tarde, ahorita date un baño y cámbiate, pedí ropa de tu talla, no volverás a ponerte esa ropa que traías y te llevaré a casa de tu amiga, no deja de llamar a Alejandro-

-¿Quien es Alejandro?-

-Mi asistente-

-Ok, porque tengo esto en la mano- levanto su mano mostrando su dorso.

-traje a un doctor y te puso eso para bajar los niveles de alcohol en tu sangre-

-lo siento-

-No tienes por qué disculparte-

-Puedes darme más tiempo para que yo le diga a mi abuelita-

-Cuanto-

-Unos Días-

-No, te doy unas horas, ve a casa de tu amiga, que te lleve Alejandro y te lleve a casa para que hables primero con ella, yo llegaré a las 9:00 pm- apretó los puños y movió la cabeza como confirmación.

-Bien, ve a darte un baño y alístate- no me fui y cuando salió del baño ya llevaba la ropa que le pedí, unos jeans clásicos con una playera plancha y una chaqueta negra, unas zapatillas deportivas blancas, tenía el cabello aún mojado así que le señale que se sentará sobre la cama, y con la secadora le comencé a secar el cabello, no perdí la oportunidad de rozar su cuello de vez en cuando, ayer que la tuve desnuda en mis brazos fue una sensación gloriosa y ahora no puedo evitar tocarla otra vez.

-Gracias- dijo cuando termine, hice un sonido como respuesta.

Se puso de pie, dio la vuelta para mirarme.

-gracias por todo, será mejor que me vaya, muestras más tiempo tenga para explicarle a mi abuelita será mejor- me dijo y agachó la mirada.

Levanté su barbilla para mirarla a los ojos, en comparación conmigo es muy pequeña, la miré a detalle.

-así es mejor, sin tanto maquillaje- se volvió a poner roja y se aclaro la garganta.

-Primero desayuna algo- la tomé de la mano y bajamos al comedor, algunos empleados nos miraban extrañados, no acostumbro a traer a una mujer aquí, nunca a pasado y creo que a ellos se les hace aún más extraño.

Ya le habían preparado algo de desayunar, un par de huevos con tocino, unas tostadas de pan con aguacate, fruta picada y panqueques con miel.

-No se que te gusta, espero este bien esto-

-Gracias si está perfecto- la vi comer y luego partir, antes de irse me volvió a agradecer por todo.

No sabe lo de la droga y su amiga tampoco, pero es hora de encargarme de eso, Alejando estaba coordinando todo, al tipo ya le habían dado una paliza para que hablara, pedimos los vídeos del bar y me puse a verlos en mi despacho.

Aunque el tipo que la llevo no la había drogado, en las cámaras tampoco pude ver si alguno de sus compañeros fue, pedí a Alejandro que investigará a todos.

-Sr lo que me pidió ya está listo, lo pasaré a recoger hoy para su cita de las 9- recibí una llamada de mi joyero personal

-Perfecto- Pedi un anillo, soy de la vieja escuela y quiero que las cosas se hagan bien al menos con esto, le estoy quitando la oportunidad de encontrar el amor y tener una gran boda, así que ella tendrá un anillo de compromiso.

No quiero que lo piense mucho, según el mensaje de Alejandro ya pasaron por sus pertenencias con su amiga y va camino a su casa, así que eso le da un tiempo de 5 horas aproximadamente para hablar con su abuela antes de que yo llegue.

-sr las ropas de la señorita ya están lavadas, gusta que se le envíen-

-No, déjalas en mi cuarto- ella no volverá a usar ese vestido en público y aunque quisiera quemarlo respetaré su propiedad.

La boda será Solo por lo civil y en privado, si ella decide invitar a alguien no tengo inconveniente, yo no tengo familia que quiera invitar y como testigo estará Alejandro.

Me dedico a redactar el contrato de matrimonio, para que ella tenga tiempo de leerlo y agregar sus puntos.