Astrid Steel, hija del temible mafioso Magnus puso sus ojos en Aiden Harris desde la adolescencia, quien fue enviado al extranjero prometiendo volver cuando ella fuera mayor, pero al volver ya había olvidado su promesa, creando en ella un profundo dolor, pero no esperaba que la joven fuera desafiante, creando una fortaleza en ella, la lucha por volverla a tenerla se convirtió en un desafío contra el amor que ambos sentían.
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En la selva
Aiden se movía rápidamente, tenía poco tiempo para llegar, Oliver puso armamento pesado ¡Lo vamos a necesitar porque vamos contigo! le dijo mientras tres grupos de hombres se alinearon con el mafioso mayor, un grupo de camionetas llegaron con otro tanto de armamento todo de grueso calibre y destrucción, Tenemos dos jets ya listos y contactos en Brazil que proveerán lanchas motorizadas, pero tendremos que dejarlas en el río a una distancia considerable debemos llegar por otro camino para no ser descubiertos le dijo el Delta mayor, Aiden agradeció con un gesto,— Si todos estamos listos vámonos.
PRIVADA DEL MINISTRO ADOLFO
El ministro recibió la llamada de Arturh dándole la noticia,— ¡Los tengo!— Fue lo único que dijo con una sonrisa del otro lado de la línea,— ¡Mata al mafioso no te quieras hacer el héroe, con ese hombre no se juega!— con los demás has lo que quieras solo a Magnus elimínalo de inmediato, pero Arturh no creí que como lo tenía pudiera hacer algo,— Tendrá que ver cómo me como a su hija, me despreció cuando pedí su mano, el maldito ahora lo haré arrepentirse.
El ministro conocía de sobra al mafioso y si por casualidad se le escapa sería un riesgo inminente, pero le aseguro que lo tenía en cuenta y que no tenía ningún inconveniente en matarlo si intentaba hacer cualquier cosa.
Pero se les estaba olvidando el mafioso Aiden por un momento lo pensó, pero declinó la posibilidad que supiera de su paradero, sacó de su colección de vinos una botella que era antigua era momento de celebrar, se sirvió una copa, paladeando el sabor con tranquilidad, pronto sería amo y señor de todo el estado, sin los mafiosos podrá tomar todos los cargamentos, conocerían al camaleón y les haría temerle.
EN UN LUGAR EN EL AMAZONA
Magnus y su esposa estaban atados en un colgante del techo, cuando Arturh apareció con una sonrisa junto con tres de sus hombres,— ¿Así que eres el famoso Magnus?— ¡Me han hablado mucho de ti! ¿Sabes?— Soy quien te pidió la mano en matrimonio de la preciosidad que tienes de hija, y te negaste!— una carcajada salió del hombre y ahora mírate aquí, mañana llegará el sacerdote para realizar mi boda con tu bellísima hija, le dijo acariciando una serpiente enredada en su brazo.
—Ni lo intentes porque te voy a contar la cabeza hdp, le dijo el mafioso con la ira reflejada por los ojos, volvió a reírse,— ¿Y como lo evitarás amigo mío?— Preguntó con una sonrisa burlona,— Mírate donde estás y donde estás tú, no lo podrás evitar mañana por la tarde la hermosura será mi mujer, y para que veas que no soy rencoroso te dejaré ver el espectáculo, en primera plana, iba a contestarle pero miro que traían a su hijo totalmente golpeado y Astrid amarrada y amordazada, sintiendo que la sangre le hervía, lo habían golpeado mucho, Isabella empezó a llorar,— No te preocupes mamá estoy acostumbrado.
Maldito te voy hacer mierda y le daré con tu cabeza de comer a tus animales, un disparo salió de la pistola de Arturh dándole al estómago de Sven quien cayó incando presa del dolor,— No te preocupes si está belleza no se pone terca en ser mi esposa alguien salvará a tu hijo, el mafioso miraba a su hijo sin poder hacer nada, Astrid dejó salir sus lágrimas, su madre estaba inconsolable, ya saben mañana serás mi esposa, si no aceptas dejaré morir a tu hermano y a la fuerza te casarás conmigo.
Cuando salieron Astrid cayó al lado de su gemelo —Saldremos de esta hermana, dijo con un quejido su hermana había levantado la cabeza mirando hacia arriba a un punto ciego después cerró los ojos asintiendo, pero su padre no lo miró así, Astrid se iba a sacrificar, tenía que encontrar una manera de salir de ahí.
EN UN PUNTO DEL OCÉANO ATLÁNTICO
Aiden monitoreaba los radares, estaban cerca de los puntos donde tenían que aterrizar, tenían que hacerlo muy retirado para evitar que los descubrieran, llegaron al punto aterrizando uno tras otro, ya los esperaban,— debemos darnos prisa antes que nos agarre la noche en los ríos son más peligrosos, empezaron abordar unas lanchas iban con el cargamento, los helicópteros estaban listos para cuando llegaran ellos esperarían hasta que llegaron ellos, uno a uno se fue alejando, pero tuvieron que acampar ya que había niebla y estaba dificultando la visibilidad, ya no estamos lejos,— Les hizo ver uno de los radares, temprano podemos proseguir, dijo el jefe de los lancheros.
Aiden aunque quisiera decir algo, no conocía la zona, se resignó a esperar, pero otro día volvieron a continuar.
MIENTRAS TANTO
Se estaba llegando la hora que Arturh había dicho, Sven se veía cada vez más mal, la desesperación Isabella le estaba haciendo a Astrid un profundo dolor,— Aceptaré papá, no soporto ver a Sven en ese estado,— No no tienes que hacerlo hermana, yo ahora no importó necesitas padre tratar de escapar, aunque veía las posibilidades vanas,— Jamás te dejaré aquí óyeme bien, buscaré la manera, un sonido en la puerta abriéndose los dejo en silencio,— Vine por mí prometida, les anunció el hombre vestido completamente de Blanco,—Te esperan para ponerte más bella y tu vestido de novia te va a encantar! Lo mandé pedir al extranjero con los mejores diseñadores, aunque tu padre me despreció, Magnus apretó la quijada.
Está bien, pero trae a alguien para que curen a mi hermano,— Contestó la chica decidida, un hombre se acercó le puso una inyección, esto calmara un poco la hemorragia y el dolor, ya que seas mi esposa tú serás testigo cuando le saquen la bala, una computadora pusieron enfrente del mafioso ahí en la imagen que proyectaba había un altar con toda clase de flores, se despidió con una sonrisa, dos hombres jalaron a la joven para llevarla a que se vistiera y la maquillaran.
Magnus miró dos hombres resguardando la puerta, empezó a maniobra para tratar de quitarse las ataduras, hasta que sintió que cedió una mano, le era difícil ya que poco alcanzaba el piso, pero logró hacerlo, siguió mirando hacia afuera que no lo vieran pero estaban distraídos mirando un juego de naipes, cuando logró quitarse las de las manos, se colgó desatándose los pies.
De aquí empezó la acción nos vemos en el próximo capítulo, bendiciones!
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