Una Guerrera Muy Caprichosa

Rayza había abandonado los territorios del marquesado sin ningún problema y se interno en le bosque que rodeaba la propiedad y comenzó su recorrido hasta una cabaña oculta en el lugar, en donde algunos de sus hombres cuidaban algunos caballos para que ella pudiera usarlos y así trasladarse más rápido, pero antes de llegar a su destino una sombra cayó frente a ella, pero a pesar de eso Rayza no se sobresalto.

- Rayos, creí que esta vez si te podría tomarte por sorpresa – le dice la persona que, literalmente, acaba de caer de las copas de los arboles.

- Aun estas lejos de poder tomarme por sorpresa, pero tus habilidades han mejorado bastante Cael – le dice Rayza al jovencito frente a ella, lo que provoca que en el rostro del joven se forme un enorme sonrisa.

Cael era un jovencito de 14 años, con una complexión delgada y ágil, de piel blanca, ojos naranja y cabello magenta, Cael era un jovencito muy apuesto, que seguramente rompería muchos corazones en unos pocos años.

- ¿A dónde vas? – le pregunto Cael a Rayza, a la vez que comenzaba a caminar a su lado.

- Voy a ver a Gunter, y a practicar un poco – le responde la chica.

- ¿Le contara sobre lo paso con el joven Zoragarria? – le pregunta Cael curioso.

- No, y tu tampoco lo harás, pequeño espía o te ira muy mal – lo amenaza Rayza.

- No puedes hacerme nada o la señora Naroa se enojara contigo – le dice Cael lleno de seguridad, a lo que Rayza resopla un poco molesta.

Y es que Cael no hablaba por hablar, el muy canijo era el famoso duende de su madre y su padre, el jovencito era un maestro para reunir todo tipo de información, y Naroa y Gunter no dudaban en usar al chico para estar al tanto de los movimientos de su hija, tarea que el chico hacia con gusto, y es que el jovencito era un chismoso, y le encantaba andar investigando la vida de la gente y eso incluía a Rayza.

- No debes de preocuparte, estoy al tanto del trato que hiciste con la señora Naroa, así que no diré nada – le dice le chico, mientras lleva su mano derecha hacia su boca, y hace como si le estuviera poniendo candado.

El resto del camino Rayza lo hizo casi en silencio, pero no así Cael, quién le conto a Rayza todo los pormenores de la vida de una buena parte de los nobles que vivían en la capital, el chico sabia tantas cosas, que no por primera vez Rayza se pregunto como le hacia Cael para reunir toda esa información.

Después de unos 40 minutos de caminata, Cael y Rayza al fin llegaron a su destino, donde una pareja los recibió.

- Es bueno verla el día de hoy señorita, le mandare a preparar un par de caballos lo más pronto posible, mientras tanto puede entrar a la casa para refrescarse.

- Gracias Mónica, pero quizá en otra ocasión – le responde Rayza con una sonrisa a lo que la mujer asiente y se dirige a ayudar a su esposo para así tener todo listo lo mas pronto posible.

No pasa mucho tiempo cuando Cael y Rayza ya se encontraban de camino hacía su destino.

Una hora y media después, la pareja estaba llegando hasta una pintoresca granja o al menos eso parecía por fuera, por que ese lugar era mucho más de lo que aparentaba a primera vista, y es que dentro de aquella granja se encontraba un sitio que muchas personas deseaban encontrar, el cuartel general del grupo carmesí.

El grupo carmesí era un equipo de mercenarios creados y dirigidos por Rayza y Gunter desde hace ya seis años, y era el orgullo de ambos, quienes veían con satisfacción como este grupo crecía año con año.

El grupo carmesí estaba formado por tan solo unas 49 personas, aunque tan solo 30 estaban activas en lo referente a realizar misiones, muchas de estas personas habían entrando a la vida de Rayza desde mucho antes que el grupo carmesí existiera, todas y cada una de ellas le habían jurado lealtad a la joven, tras ser ayudados por la pelirroja en el momento que más lo necesitaban, y cuando el número de personas llego a las 25, en Rayza nació la idea de crear este grupo, idea en la que su padre la apoyo desde el comienzo.

A pesar de no ser muchos, bajo el mando de Rayza y su padre, el grupo carmesí escalo rápidamente y ahora eran el grupo de mercenarios de mayor importancia, no solo de Azura, sino también de varios reinos vecinos, algo que llenaba de orgullo a padre e hija.

Rayza llego hasta el edifico principal, en donde, sin perder tiempo se dirigió hasta la oficina principal, en donde esta al hombre al cual, siempre llamaría padre, Gunter, el hombre que la salvo en su momento más oscuro.

Gunter era un hombre de más de 60 años, de cabello rubio ojos grises, que dependiendo de como los iluminara la luz, a veces parecían verdes y a pesar de su avanzada edad, aun era un hombre muy apuesto.

Gunter trabaja como jardinero en la casa del marqués Deyrnas, pero hoy era su día libre, razón por la cual no estaba en la mansión ese día, lo cual fue un golpe de suerte para Rayza, ya que de haber presenciado su mal comportamiento ante Marcel, seguramente la hubiera reprendido de manera más severa que su madre.

- ¿Qué esta haciendo el hombre más apuesto del mundo? – le pregunta Rayza a Gunter a la vez que abre la puerta de la oficina.

- Jajaajaja, no lo se, pero este viejo esta revisando algunos posibles trabajos – le contesta Gunter con una sonrisa.

Rápidamente Rayza se sienta a su lado y juntos comienzan a revisar las papeles frente a ellos, trabajando en una sincronía increíble, y mientras trabajan, Rayza no puede evitar sentirse afortunada de que tanto Gunter como Naroa formen parte de su vida, ellos eran, sin lugar a dudas, las personas más importantes de su vida y los amaba con todo su corazón.