Carolina una mujer encarcelada por asesinar a uno de los violadores de su pequeña hermana, de quién es separada,resurgiendo de las cenizas,luchando por volver a verla y hundiéndose cada vez más en un amor imposible
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Mi pasado me persigue por Carolina.
Cuando estoy dispuesta a todo, a no rendirme a luchar por una oportunidad más , de cumplir una promesa a mi niña, observó a mi alrededor con la intención de encontrar un tubo, un palo o algo que me ayude en esta faena.De manera instintiva ruedo el morral hacia delante y de uno de los bolsillos sacó una navaja que encontré una de las noches tiradas en la acera.
Cuando uno de los tipos dice:-”Huy pero es que esta re buena el regalito de la familia Ibañez, que tal colegas si antes de mandarla para el otro lado, la saboreamos un poco”.
A lo que el otro responde “Que te digo Galo, totalmente de acuerdo, pero el jefe primero, osea yo” mientras el maldito sacaba la lengua y se relamía los labios.
-”Pero qué tal si la llevamos al callejón porque el melocotoncito se ve delicioso” mientras se acercaba como un vil depredador.
Empecé a reirme como loca y lo hacía en voz alta, mientras mostraba la navaja y me acercaba lentamente a un tubo de hierro como de 80 centímetros de largo, que me serviria para uno o tal vez dos de los malhechores,
-”Miren imbéciles, no tienen idea de quién soy yo y si no se largan en este momento, no respondo de mis acciones,
Cuando con el pie derecho hale el tubo y de manera rápida al estilo jackie chan ya tenia el tubo en mi mano con todas mis fuerzas plante el metal en una de las piernas del que quiere acorralarme
El hombre doblo rodillas y cayó al suelo, no sin antes maldecir,así que los otros dos atacaron al tiempo, luche como pude,uno de los hombre me dio una fuerte patada en la costilla, el dolor en ese momento fue grande, no pude evitar caer al piso ,solté el tubo y quede sin nada para defenderme y una patada del tal Galo me llevó al duro pavimento, caí en plena avenida y aunque los vehículos pasaban en mayor cantidad, nadie se detuvo, nadie auxilio, pareciera que todos quisieran huir; aunque ni siquiera yo pedía ayuda, yo solo reviví nuevamente mi vida entre rejas y una necesidad imperiosa de sobrevivir como fuera
Me arrastré como pude a la acera y una patada en mi costilla, me hizo ver bruces; pero la vivida imagen de mi hermanita, me hizo levantar.Saque la navaja y cortó el brazo del que se hizo llamar jefe y con una patada derribe su defensa , corte profundo como aprendí, porque el flujo era grande y el hombre me gritaba “perra te voy a matar” y el bocón que había hablado primero corrió a socorrerlo quitándose el pasamontaña y amarrando el brazo al amigo o eso creí yo; porque no me quede allí para verlo, corrí en dirección a la empresa, corrí como nunca, corría por huir de mi pasado, corrí para zafarme de esas malditas cadenas, corrí por mi hermana, corrí por un sueño, el sueño de mi libertad.
Llegué media hora después al bufet y allí con el sudor corriendo por mi frente, la respiración agitada y el corazón queriendo salir por mi boca,trate de saludar a Hugo el vigilante de turno, pero todo se volvió borroso, las palabras no salían de mi boca y mi mundo. desapareció.
Horas después.
Un pitido incesante, una luz cegadora y el olor a desinfectante que impregnaba mis fosas nasales fue lo primero que encontré cuando abrí mis ojos y al señor Gustavo Oviedo mi jefe con una mirada interrogante.Por reflejo trate de levantarme de una camilla en la que me encontraba.
-”Doctor Oviedo ¿Por qué estoy aquí?” fue lo primero que se me ocurrió,
-”No se levante señorita, usted está en la clínica ;porque se desmayó en la puerta del bufet, visiblemente golpeada y deshidratada" fue lo que respondió mi jefe.
Me senté en la camilla, con una intravenosa en el brazo y le dije _”Doctor no se preocupe, creo que los médicos exageran, tal vez se me bajó el azúcar porque no había desayunado, los golpes bueno trataron de atracarme y pude huir, pero de resto creo que no deberia estar aqui.
-”Señorita Carolina, seguramente usted cree que no es necesario que la acompañe, pero resulta que usted es un encargo de mi socio Albert Santos y sé que usted tenía una relación íntima con él, por eso la dejo en este puesto sin tener experiencia;aunque no lo niego, usted ha demostrado ser competente y no acomodarse por ser la amiguita del dueño; mientras me miraba fijamente.
No sabia como reaccionar ante esta afirmación, pero si de algo estaba segura era que necesitaba que alguien me ayudara como fuera, los Ibañez iban detrás de mí, respirando en la nuca, no tenía ni un peso en el bolsillo, aún no recibía pago, no tenía la custodia de mi niña para huir con ella.
-”Señor Oviedo si Albert confío en usted y dejo todo en sus manos, yo tambien lo hare.Lo poco que lo he visto me da a entender que es un hombre leal, honesto y que ama a su familia sobre todas las cosas y yo necesito desahogarme con alguien.Yo no soy, ni fui la amiguita de Albert Santos, yo fui la esposa de él durante algo más de dos años,....
Le conté todo o bueno casi todo, obvie el detalle que mi tío me prostituyo. Note un cambio en la mirada de ese señor, ahora me miraba como un padre a su hija, se sentó y volvió a levantar repetidamente, al que cuando le conté sobre mi lucha diaria, se acercó a mí y tomó mi mano.
-”Lo siento Carolina,lamento haber malinterpretado todo, lamento haberte juzgado y aunque no comparto lo que hizo Albert,lo entiendo.Tampoco entiendo que no hayas recibido la ayuda económica de Albert, pero a partir de hoy muchacha sere tu benefactor.
Esas palabras fueron luz en este camino, esperanza a mi cuerpo atribulado.
Mi jefe salió y yo cerré los ojos, cuando un médico llamó mi atención.
-”Señorita Carolina Martinez soy Alfredo Sanchez el médico que la está atendiendo, la despierto porque ya tengo los resultados”.
-”Sí doctor cuénteme” le dije para salir rápidamente de ese sitio.
-”Señorita usted estaba deshidratada, tiene indicios de anemia, sus golpes fueron superficiales, sin embargo necesitará unos días para recuperarse.
Por un milagro el feto sobrevivió.Usted está embarazada de unas pocas semanas” y ..
Mis pensamientos y mis palabras quedaron en punto suspensivos, porque nada absolutamente nada y justo en ese momento dirijo mi mirada a la puerta y en ella veo al señor Oviedo.
El médico sigue hablando por unos minutos más, pero mi corazón a mil y mi mente enajenada no permitía que lo escuchara.
Cuando finalmente el médico sale de la habitación mi jefe se acerca a la camilla.
-”¿Qué piensa hacer ahora?” me dijo;mientras clavaba su mirada en mi rostro.
Y por primera vez en mucho tiempo no tenía ni idea que hacer con esto.
-”Señor Gustavo, usted tiene idea de cuanto es la cuenta y si puede existir la forma de pagar a plazos, porque yo no tengo ni un peso y solo hasta mañana pagan en la oficina”.
-”No se preocupe por eso, todo lo cubre el seguro, usted tiene uno de los mejores” contesto con una pequeña sonrisa en sus labios.
Me atrapó/Rose//Wilt//Heart/