Mi Protectora

FRIDA

Estábamos planeando los pasos a seguir con Mauricio, cuando vi que mi teléfono se prendía mostrando un número: era Lily, es muy extraño que ella me llame, si lo hace es porque algo

importante está sucediendo, así que no dudé en contestar, caminé hacia la cocina para tener privacidad.

-Hola nena, ¿Cómo estás? -pregunté-

-Tía, - dijo Lily- estamos en el hospital -se escuchaba asustada-

- ¿Qué sucedió?  ¿le pasó algo a Valeria? -algo dentro de mi me dijo que mi hija no estaba bien.

- Tía, Valeria se desmayó -comenzó a decir, llorando- ven pronto, tengo mucho miedo.

- Salgo para allá de inmediato, necesito que te tranquilices, ¿ok? Voy para allá.

Tomé mi bolso y mi saco y me acerqué a Julio César.

-Tengo que irme

-¿Qué sucedió? Me preguntó.

-Valeria está en el hospital. -le dije-

- ¿Ataque de asma? -El conocía a Valeria y sabía de su padecimiento, ya que no era la primera vez que sucedía-

-No lo se -repuse con voz baja-

- Que te lleve alguno de los muchachos, no puedes manejar así -mencionó-

- No, ustedes deben seguir con el trabajo, el VIP los necesita.  -señalé mientras caminaba hacia la salida-.

- No me interesa ese tipo, la que me importa eres tú, yo te llevo entonces -insistía-

-No, me voy sola -dije con firmeza-

Avísame entonces como está todo, por favor -expresó-

Tomé las primeras llaves que vi colgadas, eran las de la Jeep, me subí y aceleré todo lo que me

era permitido, necesitaba ver a mi hija y saber que estaba bien, no había podido platicar con ella sobre lo que el Doctor Guzmán me había dicho y por la mañana comentamos otras cosas cuando la llevé a la escuela y no pude evitar sentirme culpable, no debí postergar esa conversación, pero la migraña pudo mas que yo y de verdad ayer no me sentía bien.

Por otra parte, las cosas con Mauricio se estaban complicando, no solamente por las amenazas recibidas, si no por la cercanía que tuvimos; cuando el proyectil entró, por instinto lo tiré al piso, pero el me agarró de la cintura, jalándome hacia el, estábamos muy cerca, podía sentir su olor, no pude evitar que mi corazón comenzara a latir, fueron solo unos segundos, pero mi mente y mi cuerpo me recordaron que aún tienen memoria.

Reaccioné al escuchar a Julio César que gritaba dando órdenes y de inmediato saqué de la casa a

Mauricio, las otras dos personas también salieron conmigo. Nuestro protocolo indica que, cuando un cliente está en riesgo, debemos trasladarlo a la casa de seguridad.

En algún momento nos quedamos solos, y mientras yo estaba preparando algo para comer, (por obvias razones no podemos tener personal externo a nosotros) el se acercó a mí, y comenzó

a hacerme preguntas sobre el porqué me había acercado a el, y me dijo cosas sobre mi progenitor que no comprendí.

Intento mantener con él a la Frida Escolta todo el tiempo y no mezclar los asuntos personales, pero sus preguntas me dejaron muy inquieta. En algún momento creo que tendremos que platicar y responder sus cuestionamientos.

Quizás yo también le pida que me explique por qué me abandonó.

Entre tanto pensamiento, mi cabeza explotaba, comenzaba a sentirme mal otra vez, como pude, llegué al Hospital San Juan, llamé a Lily y me indicó donde se encontraban, subí al tercer piso y al salir del elevador a unos metros estaba la sala de espera, allí estaba ella, que lloraba sin parar y Lilian trataba de consolarla.

Me acerqué a la Recepción y pregunté por el Doctor Guzmán.

-Permítame lo llamo -dijo la Recepcionista allí-

En cuanto vi al Médico, me acerqué a el

-¿Cómo está mi hija? ¿Qué pasó? -pregunté con desesperación-

-Me informan que ingresó aquí porque una motocicleta la arrolló, sin embargo, con el impacto del golpe presentó una crisis asmática severa, aunado a que estuvo expuesta a altas

temperaturas ocasionó que aumentaran sus síntomas.  Afortunadamente la otra chica la trajo a tiempo y hemos logrado controlar.  Aunado a lo

anterior, tiene una pierna fracturada y golpes en la cadera,  pregunte por la Doctora Bianca Ramírez, ella es la Traumatóloga que la está revisando y pídale que le muestre las radiografías

que le tomaron.

-¿puedo verla, Doctor?

-Aún no -repuso Guzmán- le estamos realizando pruebas de función pulmonar, ya que su nivel de

sibilancia aún es muy alto.

-Por favor, no deje sola a mi hija, Doctor -dije suplicante-

-Claro que no, señora Belmont, la estamos atendiendo y vamos a hacer todo lo que está en nuestras manos, ella mejorará pronto, pero la tenemos que seguir monitoreando.

-Muchas gracias Doctor, no me voy a mover de aquí.

Después de hacer los trámites correspondientes y pagar por la hospitalización me acerqué a la sala

de espera, en cuanto me vio, Lily me dijo

- ¡¡¡Tía!!! ¡¡¡perdóname!!! ¡¡¡no supe cuidar a Vale!!!

- A ver, hermosa, -me agaché quedando frente a ella- si sigues llorando no podré entender lo que sucede, ¿te puedes tranquilizar? -le dije mientras tomaba su mano- Explícame que sucedió, por favor. El Doctor me informó que la atropellaron.

-Lily volteó a ver a su mamá, quien asentó con la cabeza y le dijo:

-Dile a tu tía Frida lo que está pasando, mi amor, ella lo debe saber. Por favor, escúchala, -señaló

Lillian.

-Nosotras estábamos caminando por la acera, Vale iba de lado de la avenida y yo de lado de la pared, estábamos platicando y de repente pasó un tipo en motocicleta y transitó por donde caminábamos, venía a toda velocidad, parecía que lo estaban persiguiendo, cuando pasó junto a Vale, la empujó y cayó sobre una piedra y se lastimó su piernita. -Lily comenzó a llorar otra vez-

-Son las 3 de la tarde -comenté mirando el reloj de mi móvil- ustedes deberían estar en sus clases

extraescolares, ¿Qué estaban haciendo en la calle a esa hora? -inquirí-

-Yo solo estaba acompañando a Vale, tía.

-¿Acompañando? ¿a hacer qué? -le cuestioné-

Lily estaba con la mirada hacia el suelo y lo que hablaba casi no se escuchaba, ante esto, Lillian

mencionó:

-Díselo, hija.

-Es que….. -pausó un momento, tomó aire y dijo-:

-Valeria estaba trabajando.