La Reencarnación Del Príncipe Sanguinario.

Lawrence salió de la ciudad el fin de semana, ¿la razón?, ha sido enviado a una misión, al parecer un parásito ha estado rondando un club en las afueras de la ciudad, varios huéspedes de las cabañas han sido atacados y la última comunicación que se tuvo con el lugar, fue la noche anterior cuando uno de los empleados logró llamar a emergencias.

Su auto, y el de los reclutas se detienen en la entrada principal del club, al bajar, Lawrence les ordena seguirlo, tomando precauciones, ya que podría salir algún infectado. Abren las puertas, notando de inmediato que en área parecía vacía y era muy sospechoso tener tanta calma sin que infectados salieran a atacarlos.

El lugar tenía distintos edificios y zonas de juegos, así como un área de cabañas, el lugar era verdaderamente grande. Lawrence estaba por ordenar avanzar cuando escuchan el ruido de autos detenerse, y no tarda en ver como un grupo de reclutas entran al lugar con el emblema de la familia Peterson.

—Law, que sorpresa, no creí que te llamaran también.— Austin entra lugar llevando su traje de Hunter.

—la sorpresa es para mí, no me avisaron sobre la llegada de otro Hunter.— responde Lawrence.

—es un sitio grande, con mucha gente, era necesario otro Hunter.— asegura Austin.

—claro, al entrar cierren las puertas y que se queden a cuidar las salidas, no podemos dejar que los infectados escapen.— ordena.

Los reclutas de los Aslanov enseguida se dividen en tres equipos, dos que se irán a cuidar las salidas y uno que acompañara a Lawrence, ante esto, Austin ordena a sus subordinados seguirlo al edificio principal.

—¿que crees que haces?, no puedes entrar a un sitio sin precauciones.— le regaña Lawrence.

—no seas un engreído Lawrence, ve a revisar las cabañas, yo me ocupo de lo mío.— ignora las palabras del azabache.

—bien, pero no me culpes si algo sale mal, quedará en el informe que eres quien no quiso trabajar en equipo.— por precaución, sus reclutas llevan cámaras en sus uniformes, y lo de hace un momento, estaba siendo grabado.

—¿trabajo en equipo?, no estamos en la primaria, y ese parásito, seré yo quien lo destruya.— asegura Austin.

El rubio se lleva a todos sus reclutas, ni siquiera se molesto en dejar apoyo en las salidas. Así que, Lawrence les pide a sus subordinados que la grabación sea guardada, para evitar que Austin los culpe a ellos.

Agustín se dirige hacía el edificio principal, pero, al entrar no había nadie, o al menos eso parecía, aun así, entraron divirtiéndose para subir a los distintos pisos del hotel, Austin se había quedado abajo, cuando de repente, escucha un alborotó, y disparos y explosiones. El elevador se abre y dos de sus hombres heridos bajan, pero, repentinamente se detienen y empiezan a convulsionar. Austin observa todo pasmado, cuando ve que esos dos hombres se levantan listos para atacarlo, así que él se defiende usando su magia, lanzando esferas de energía a los infectados.

Pero, lo que no esperaba es que, detrás de él, algo lo terminara golpeando y sale disparado contra la pared. Al levantarse, puede ver un parásito parecido a un insectos con una enorme cola, siendo esta la que uso para atacar.

Austin lanza sus ataques de manera desesperada contra el parásito, pero este se mueve por las paredes con gran agilidad. Mientras que mas infectados empiezan a bajar de las escaleras y a entrar por la puerta principal.

Al ver esto, Austin comienza a sentirse asustado, y es que, entre los infectados que bajan, también estaban los reclutas de su clan. Si sobrevive a eso, su padre estará furioso al saber que permitió que se perdieran tantos subordinados y que frescasara en la misión. El parásito baja de la pared, mientras los infectados se apartan, para que este pase y se dirige hacía Austin, listo para atacar con sus filosas garras, pero, dos disparos los hacen retroceder.

Quien había disparado, eran los reclutas de Aslanov, ubicados en en los techos de las cabañas. Los otros disparan directamente al pecho de los infectados, derribando a varios, ya que las armas que usan, concentran el mana y cuando tocan el corazón del infectado, lo destruye, junto con el virus que los vuelve zombis.

Ya que los reclutas han abierto el camino para Lawrence, este entra desde la puerta principal apartando a otros infectados y lanza una ráfaga de fuego contra el parásito, Austin aprovecha esto para esconderse tras la recepción, pues tenía ya un hombro dislocado debido al golpe que le dio el parásito.

—maldito Lawrence...— murmura, porque sabe que él se llevará todo el crédito de la misión.

Austin se asoma, viendo como el azabache lucha contra el parásito, y algo llama su atención, Lawrence sonreía, como si disfrutará esa pelea. Lawrence aprovecha que esta cerca del parásito y con el puño cubierto de fuego, atraviesa el pecho de este, causando que se incendie, y entre chillidos, el parásito queda hecho cenizas.

Los infectados, estos, eran derribandos uno a uno, pues no solo los francotiradores hacían lo suyo, los otros reclutas ya estaban en ese lugar, eliminando a cada infectado.

—esto pasa, cuando no sabes escuchar.— Lawrence estaba de pie frente a Austin.

Austin frunce los labios, molesto por lo sucedido, y al salir de su escondite, puede ver que todo se había acabado. Uno de los reclutas habla por la radio, para dar la orden de que los limpiadores pasen, ya que todo estaba despejado.

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En la noche, Austin recibe un puñetazo de parte de su padre. El informe y los vídeos sobre la misión le fueron enviados, demostrando el fracaso de su hijo debido a su estupidez y ego.

—me pediste que te diera una misión, te la doy y lo arruinas. No sabes lo humillante que es para nuestro clan.— grita el hombre furioso.

Austin solo agacha la mirada, soportando el dolor de su mejilla.

—largo de aquí, ya pensaré que hacer contigo.— ordena.

Austin sale de la oficina de su padre y al estar en su habitación, grita maldiciendo a su padre, incluso a Lawrence por haber enviado ese informe.

—me las pagarás Lawrence...— murmura apretando los dientes.

Y entonces recordó la noticia de Lawrence y Lucien saliendo juntos de un restaurante. Ya que ahora esa mujer era su nuevo interés amoroso, él se encargará de quitársela, después de todo, con unas cuantas palabras bonitas, y un par de mentiras, todo será fácil.

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Austin había estado investigando sobre los lugares que Lucien frecuenta, y aprovechando esa información, acudió a el lugar favorito de la chica. Una pequeña cafetería donde servían su postre favorito, pastel de chocolate. Austin espero a que las mesas se llenarán y entonces entro, siendo Lucien la única que estaba sola, se acerco con una sonrisa coqueta.

—hola, ¿te molesta si me siento contigo?, es que, no quiero esperar fuera y si espero se acabará el pastel de chocolate.— menciona.

—adelante, toma asiento.— responde la chica, pero, regresa su vista a su teléfono.

—eres la señorita Lucien, ¿verdad?, del clan Hidaka, yo estuve en la fiesta pero no pude saludarte.— comenta mostrándose nervioso.

—si.— observa los ojos de Austin.—¿de que clan eres?

—soy del clan Peterson. Me llamo Austin.— mantiene su sonrisa.

—ya veo.— Lucien no dice nada más.

—¿y porqué estas sola?, una chica tan linda como tú, seguramente tendría un novio o prometido.—

—me gusta venir sola y disfrutar de un postre.— responde un poco fastidiada, pues eran obvias sus intenciones de coquetear.— y no tengo novio, ni prometido, pero, si un hombre que me interesa.

Lucien sonrió al recordar las citas que ha tenido con Lawrence, pues durante esos días, han estado saliendo a comer o caminar. Incluso esa tarde, tenían una cita para entrenar juntos.

—ya veo, ese hombre tiene suerte, será muy afortunado de tenerla.— fuerza a mantener la calma, pero puede darse cuenta que Lucien no le estaba prestando tanta atención.

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