Dayana, una loba nómada, se ve involucrada con un Alfa peligroso. Sin embargo un pequeño bribón hace temblar a la manadas del mundo. Daya desconcertada quiere huir, pero termina en... situaciones interesantes...
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Cap. 11 No se preocupe.
La habitación era amplia y lujosa, pero tenía la frialdad de un lugar que no había sido vivido. Mientras la puerta se cerraba, aislando el murmullo hostil de abajo, una calma tensa llenó el espacio. La mujer, Alicia, se volvió hacia Dayana con una sonrisa serena que no logró ocultar completamente el brillo de curiosidad en sus ojos avellana.
—Señora Dayana, mi nombre es Alicia. Voy a ser la nana del niño Óscar —anunció, con una voz tan suave que casi parecía un susurro.
—Cualquier cosa que necesite, yo estoy para ayudarla.
Dayana la observó en silencio mientras la mujer movía con eficiencia tranquila, mostrando pilas de ropa impecable doblada sobre una silla.
—Mire, aquí hemos preparado unas ropitas para que descanse. También me traje un camisón para usted, para que duerma cómoda. El Alfa me indicó que ponga una cama para usted en la habitación, ya que el niño parece que no está acostumbrado a estar lejos de su madre.
Cada palabra de Alicia era cuidadosa, medida, como si estuviera desactivando una bomba. Pero fue su última frase la que hizo que Dayana apretara los dientes con tal fuerza que le dolió la mandíbula.
—No se preocupe. Aunque el Alfa parece feroz, en realidad es un muy buen Alfa y es muy justo.
Justo. La palabra resonó en la mente de Dayana como un golpe. Un resoplido de indignación casi escapó de sus labios. ¿Justo? ¿Arrancarla de su vida, secuestrarla frente a su hijo, amenazarla y arrastrarla a esta fortaleza de juicio y desprecio, era justicia? ¿Vengar su orgullo herido a costa del terror de un niño era bondad?
“Sé que está molesto porque le escondí al niño”, pensó, su mirada fija en la nana pero viendo la figura furiosa de Lycas. “Pero también nunca me imaginé que quedaría embarazada después de esa noche. Después de todo, él mismo me despreció y me dejó claro que era un error. ¿Por qué está tan enojado? ¿Es solo orgullo? ¿O es... otra cosa?”
La confusión y la rabia se mezclaban en su pecho, creando un nudo tan apretado que le costaba respirar. Con un movimiento brusco, se dio la vuelta, necesitando romper el contacto visual con la mujer que parecía vivir en una realidad paralela.
—Vamos a darnos un baño, mi cielo —le dijo a Óscar, su voz forzadamente dulce mientras lo bajaba de su cadera y lo acomodaba en el borde de la cama grande.
—Así nos sentiremos más cómodos.
El pequeño asintió, sus grandes ojos color miel, aún vidriosos por el miedo y el cansancio, mirando con recelo a la nana Alicia. Luego, se inclinó hacia su madre, poniendo sus manitas alrededor de su oreja y susurrando con una vocecita lechosa y llena de ansiedad.
—Mamá… dile a la señora que se vaya. Quiero estar un ratito solo contigo.
Hizo un puchero, su labio inferior tembloroso. Estaba abrumado. Había sido el centro de atención de decenas de extraños que lo miraban como si fuera un trofeo, un objeto. Necesitaba el único consuelo que conocía: la seguridad silenciosa y exclusiva de su madre.
Dayana sintió una punzada de dolor en el corazón. Alzó la vista hacia Alicia, cuya expresión serena se había teñido de una comprensión amable.
—Alicia, ¿podría darnos un momento, por favor? —preguntó Dayana, su tono era educado, pero firme, dejando claro que no era una sugerencia.
La nana asintió inmediatamente, con una sonrisa comprensiva.
—Por supuesto, señora. Estaré justo afuera si me necesitan. —hizo una pequeña reverencia y salió de la habitación, cerrando la puerta sin hacer ruido.
En el silencio repentino, Dayana se dejó caer en la cama junto a su hijo y lo abrazó con fuerza, enterrando su nariz en su suave cabello pelirrojo. La guerra exterior podía esperar. En ese momento, lo único que importaba era el pequeño universo de consuelo que compartían, un refugio precario en el corazón del territorio enemigo.
*_*
Mientras Dayana se refugiaba en el pequeño mundo que ahora compartía con su bebé, afuera la situación era caótica, los miembros de la manada especulaban sobre su existencia. Algunos decían que era una nómada y que nunca se establecería en un lugar, otros la acusaban de ser miembro de la manada garfa sanguínea que era una manada de mala reputación, que era un lugar donde se corrompía y eran traicioneros, todos hablaban y especulaban, incluso algunos se sentían humillados al saber que El heredero venía de esa sangre.
pienso que de poder rechazarlo lo puede hacer ,pero temo por la vida de su loba Akira y por la misma Dayanna porque tal vez no resista al rechazo pero siento que si ella es una loba de rango superior puede resistir cualquier cosa de parte de Lycas....