Lino de 30 años de 1.98 m. Un AS para los negocios, heredó la templanza para los negocios de su padre, su madre, una mujer fría Que vive en apariencias, lo ha tratado de involucrar nuevamente con su exnovia Daisy, Una exuberante rubia de medidas perfectas pero no para Lino. En una celebración de la empresa conocerá una hermosa mujer, que lo hará soñar despierto. Julia Miramontes.
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🫶
—Roma tenía los ojos rojos, había estado con
el sentimiento más profundo—. Se había
sacrificado su hermana, como desde que
recuerda—, pero esta vez sentía un dolor en su
pecho—, era una aberración—, tenía que pasar
por la cama de amante por dinero!.
—Julia no se merecía eso, se dijo aún sollozando
era la mujer más hermosa del mundo—, y la
mejor hermana—, puedo encontrar un empleo!
—No tienes porque acostarte con un hombre, y
menos por dinero—. Roma, fueron 100 mil
dólares! Su hermana se quedó en blanco, miró
con las cejas levantadas a Emma, quien le asistió
con pesar—, Roma se dejó ir a sus brazos —
lo siento Julia! La vida no ha sido justa contigo.
—Julia necesitaba ese apoyo—y ese cálido
abrazo—, mientras las horas pasaban —Julia
se sentía más tranquila—, el haberle dicho la
verdad a su hermana, era un peso que quitó
de su espald.
—Se acercaba la hora—, Emma la jaló al clóset
sacando algunas prendas apropiadas pero, solo
encontró unas cuantas que no estaban para
ninguna ocasión—, menos para encontrarse con
el millonario.
—Te puede quedar el vestido que use en la
graduación—esta lindo y solo se usó un par
de horas, además somos las mismas medidas.
—Cierto! Es muy hermoso te verás genial!
Lo confirmo Emma—, bueno! Manos en acción
el tiempo pasa rápido.
—Una hora después Julia lucía como una reina
—Era un vestido color perlado—, se sujetaba al
cuello, los hombros descubiertos, ajustado de la cintura hasta el bajo busto haciéndolo parecer
un corset por la figura perfecta de Julia.
Se ajustaba hasta arriba de la rodilla, haciéndola
lucir sus torneadas piernas.
Ese hombre se le caerá la baba amiga,
—Cuando llegó la hora—, Julia le había mandado
la dirección de su amiga—, Roma lo sugirió,
acordando las tres que era mejor, salió sin perder
postura ya no lo iba a dudar—, miró un auto
impresionante negro—, sin duda era ese—
no había visto un automóvil tan elegante por
esos rumbos.
—Mientras se acercaba—, un hombre vestido
De traje negro salió del lado del conductor—, le Hizo una reverencia abriendo la puerta del lado
del pasajero—, jamás había visto tanta elegancia
todo estaba oscuro, los vidrios estaban
polarizados en su totalidad.
—Pero una figura imponente la hizo respingar—
El había ido a buscarla personalmente—. Luces
preciosa!—, Le dijo Lino sinceramente, Julia se
sonrojó, pero enseguida con una leve sonrisa
le agradeció el cumplido.
—Es la verdad—eres muy hermosa, pero esta vez se lo dijo rosando suavemente su rostro
con los dedos—. Julia sintió que un escalofrío
escalaba por su columna esparciéndose por
todo su cuerpo.
—Lino desde que la vio salir, se quedó
boquiabierto—Julia se veía espectacular, el
—Vestido pegado a su figura lo hizo deleitarse.
—Lino sorprendió al chofer ya le había dado
instrucciones—, el mismo le había dado las indicaciones de lo que debía hacer para llevarla hasta el, pero a última hora se montó en el auto.
El hombre, que trabajaba con él desde hace tiempo—, nunca había visto a su patrón
comportarse como un chico adolescente, menos por una mujer—, siempre fue muy discreto con sus conquistas, las llevaba a un hotel, que el
dijera, y había ocasiones que solo quedaba unas horas con ellas, después lo mandaba llevarlas a donde la mujer ordenaba.
—Ahora dijo, que iban a su departamento del
Ático—, sabe que jamás una mujer que no sean las gemelas, han estado ahí.
—Además lo ha visto diferente, quizás está chica
si puede entrar a ese órgano que tiene por
dentro llamado corazón.
—Cerró la ventana trasera, para darle privacidad.
—Lino le tomó la mano—, relájate!….Estas tensa
le dijo acercándose a su oído—, Julia respiro el aroma, qué desprendía su cercanía, que debo
hacer? respondió un poco agitada—, solo déjate
llevar, yo me encargo—, respondió Lino con una
mirada. Allá asintió en silencio.
—El la miró con deseo—, con su pulgar tocó sus
labios, eran pulposos, le tomó de la nuca
acercándose hasta qué ya no resistió, jalándola
para llevarla a su regazo, la besó con hambre.
—Julia respondía como podía, pero Lino se dió
cuenta que no tenía experiencia. Sonrió para sus adentros—, Julia sintió que algo duro y grande,
Tocaba sus glúteos—, no pudo evitar sentir algo
que su entrepierna mojara su intimidad, se
removió sintiéndose incómodo—, pero el no se lo
permitió—, sus manos tocaron sus muslos, un
gemido apenas audible salió de su garganta, el sonrió, la chica era receptiva y eso le gustó.
—Julia intentó volverse a bajar de las piernas
de Lino—. No te muevas!…Si te sigues removiendo, no voy a soportar!…,Y te voy a follar aquí y
ahora!! Julia se quedó inmóvil—, pues puede sentir algo enorme qué pega en sus glúteos.
—Lino siguió besando su cuello—el aroma que ella desprendía era adictivo para él.
—Lino se dio cuenta que estaban entrando al
parqueo subterráneo de su propiedad, se retiró
—Un poco para volverla a mirar—. Sus labios estaban hinchados, producto de sus recientes
besos, se veía hermosa! Pensó sonriendo.
—El la bajó, no queriendo aún!—, pero el auto ya estaba estacionado—, la tomó de la mano para ayudarla a bajar—. La erección que tenía no se le había bajado aún—. Ella lo vio de reojo sonrojada
pero el no se inmutó.
— Caminó con ella de la mano hasta los
elevadores, dentro de la caja metálica la volvió
a besarar con hambre, estaba más exitado como
nunca lo había experimentado.
—Caminando por el pasillo Lino pensaba, que
nunca ninguna mujer había llevado a su
departamento, excepto sus hermanas habían
estado ahí, pero no más de 10 minutos, y ahora
la mujer que le había estado molestando
sus pensamientos desde hacía un mes, estaba
apunto de hacerla gemir de placer, y el no
Se iba a sacear de ella en toda la noche.
—Lino abrió la puerta—, se sacó la corbata
desabotonando la parte del pecho de su camisa,
—Julia solo miraba, sin tener idea de qué hacer
—No te preocupes por nada, le dijo Lino interpretando su silencio—. La tomó de la cintura acercándose hasta que no hubo espacio entre sus cuerpos.
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