LA FUERZA DE LA RESILIENCIA

FEDER: Qué este año sea de mucha bendición para ti, tu hija y nieta, de verdad se lo merecen.

ENEIDA: Para ti también, ojalá resuelvas por lo que estás pasando.

El afirmó con un movimiento de cabeza, después se acercó a ella y se quedó mirándola a los ojos, ella también lo miró perdiéndose en esa mirada que la estaba haciendo olvidar todo en ese momento.

Feder no perdió la oportunidad y la besó, no era un aprovechado, pero ella no se alejó al ver la cercanía, se dieron un beso tierno, cuando se separaron ella dijo.

ENEIDA: ¿Por qué me besaste?

FEDER: ¿Porque no me rechazaste?

ENEIDA: No se será porque… me gustas.

FEDER: Hay tienes tú respuesta, también me gustas Eneida.

Él le volvió a dar un beso, después la ayudó a levantarse para llevarla a su habitación, cuando llegaron la ayudó a acostarse y le dijo.

FEDER: Quiero algo serio contigo, siento en mi corazón que no soy casado, no puedo brindarte una vida cómoda, estoy enfermo del corazón y tu y tu hija no me dejan trabajar, solo puedo brindarte mi amor, mi atención y ayudarte en la casa.

ENEIDA: Bueno, ya somos dos enfermos que no nos dejan trabajar, también te puedo brindar mi amor, disfrutemos esto mientras dure, sabes que estoy más complicada que tu.

FEDER: No... vamos a tener fe que vas a superar esta enfermedad.

ENEIDA: ¿Y tu?

FEDER: yo me puedo recuperar con una cirugía, pero me sale muy costosa y por eso me recetaron medicinas.

Ella no dijo nada más y se acostó, le hizo seña para que se acostaráa su lado y así lo hizo, los tres dormían en la cama, esa madrugada Isairi salió más temprano, la discoteca a las tres de la mañana ya estaba sola, los empleados organizaron todo y después cada uno se fue a su casa, a Isairis le dijeron que no fuera a trabajar por la noche para que descansara, ella no queria porque necesitaba el dinero, pero también queria pasar tiempo con su hija y eso era para ella de mas valor, ella llegó a las cuatro y treinta. Ella entró a su casa con cuidado de no despertar a nadie, camino hacia la habitación de su madre para verla con Asha y se encontró con algo que no esperaba.

Isairi se sorprendió al ver a Feder en la cama abrazado con su madre y Asha a un lado de ellos, a ella no le molestó lo que había visto, sonrió y se fue a su habitación, se dio un baño para dormir más relajada, cuando se acostó se acordó de la imagen que vio en la habitación de su madre, ella sabía que entre ellos había química, atracción, le gustó que su madre se diera otra oportunidad en el amor sin importar las circunstancias por la que estaban pasando, lo importante era que fueran felices; pero sintió temor si Feder recordaba y se daba cuenta que tenía Esposa e hijos.

En ese momento mejor decidió dormir y dejar todo eso en manos de Dios.

A las cinco y treinta Eneida se levantó a esperar a sí hija, no se sentía del todo bien, pero tenía que hacer esfuerzos para estar de pie, porque sentía que la cama la enfermaba más. Cuando iba a la cocina a preparar el desayuno se dio cuenta que Isairi ya había llegado, vio su bolso en el mueble de la sala, ella sintió vergüenza porque sabía que su hija la había visto con Feder en la cama.

En ese momento Feder llegó y la abrazo por la espalda, ella se giró y le dijo que su hija los había visto durmiendo juntos, el sonrió y le dijo.

FEDER: ¡No hicimos ni estábamos haciendo nada malo! Somos adultos y ella comprende bien.

ENEIDA: Me da pena con ella, nunca me había visto con ningún hombres, siempre éramos las dos y la niña que llego a nuestro lado.

FEDER: Qué afortunado soy.

Eneida le sonrió y se puso a preparar café, después se sentaron y mientras tomaban el café Eneida le contaba la historia de Isairi, de lo que le había pasado antes y después que quedo embarazada, a Feder no le gustó, pero le dijo a Eneida que fue lo mejor, Asha no necesitaba un padre, con ellos estaba mejor.

A las diez de la mañana Andrés despertaba después de haber perdido el conocimiento de tanto tomar, quería olvidar sus problemas en el alcohol, pensó que sería una forma de olvidar o aliviar sus problemas, pero se levantó en casa ajena sintiéndose más solo que nunca.

A las once de la mañana Isairi despertó, volvió a darse un baño y fue al encuentro con su familia, porque Feder desde que llegó a su casa formó parte de la familia, ella llegó a la cocina donde estaba su madre haciendo almuerzo y la saludo, Eneida la saludo avergonzada y su hija se dio cuenta y dijo.

ISAIRI: ¡Mami! No tengas pena por lo que vi, tú estas en todo tu derecho no te avergüences, disfruta tu amor con Feder, pero no vayan a hacer cochinadas cerca de mi hija.

ENEIDA: ¡¡Isairi por favor!! Respetame, no me avergüences más.

ISAIRI: Ja ja ja ja, hay mami, no te de pena eso, pero que no se te olvide que Feder tiene problemas del corazón.

ENEIDA: ¡¡Isairi por Dios!!

Isairi salió de la cocina riéndose en busca de su hija, en su camino se encontró con Feder que la saludo un poco apenado y ella volvió a reír a carcajadas y le dijo, lo mismo que a su madre, que disfrutarán y no se avergonzaran de nada, el le sonrió y le agradeció por confiarle a su mamá, ella también sonrió y le dio un abrazo, un abrazo cálido que ella sintió como si fuera su padre, el también sintió ese abrazo lleno de afecto, a su mente llegó la imagen de él abrazando a un hombre, pero cuando iba a ver el rostro la imagen se le perdió.