MILLONARIO ARROGANTE.

...CHARLES JONES...

-Acaba de firmar los papeles, oficialmente eres el propietario legítimo.

-¿Le has explicado sobre mi anonimato con los inquilinos?

-Claro. El sr. Brown seguirá siendo el administrador, pero te rendirá cuentas a ti.

-Perfecto. Y sobre lo demás.

-Es la investigación más veloz que he hecho, encontré muchas cosas interesantes.

-Te quiero en mi departamento con esos papeles lo más rápido.

-Bien, estoy cerca de tu edificio.

*Cuelga.

Dejo el celular en la mesa y me dirijo a la cocina por una taza de café. Esa mujer ha dejado rojo mis cachetes, ¿practicará algún deporte?, es fuerte.

Tomo un trago disfrutando del delicioso sabor del café colombiano, este breve momento de tranquilidad me hace recordar los sucesos de anoche.

Me percaté cuando Sam entró a ese lugar, todo el tiempo estuve al pendiente de ella, al igual que no me pude perder de sus sensuales movimientos de cadera. Sería un gran placer que hiciera twerking arriba de mí, el solo imaginarlo mi pequeño amigo se excita.

Anoche bebí algunas copas, no las suficientes para emborracharme. Recuerdo perfectamente lo que hice y dije. Pensé que la estaba estimulando, pero solo le provoqué un maldito vómito. Mi pequeña Sam solo bebió cuatro copas, las suficientes para dominarla.

Recordar esto me hacen querer reír, no de burla, si no de ternura, su hermosa carita dominada por el sueño, incapaz de caminar por sí sola. Después de ese incidente, tuve la oportunidad de cargarla otra vez en mis brazos. Le pedí a Alan que les avisara a sus amigos que se iría conmigo.

Samanta es la primera mujer que ha estado en mi apartamento.

Consuma delicadeza la acosté en la cama, procurando que no se despertara, le quité los zapatos y con un pañuelo limpié el vómito en su cara, afortunadamente su ropa no se manchó. La arropé y me acosté a su lado, respetando su espacio. Mientras dormía pude apreciar lo hermosa que es, no es de plástico, es al natural.

Esa noche fue la primera vez que las pesadillas no me atormentaron. A la mañana siguiente sentí algo diferente a mi personalidad, una …. no sé cómo describirlo, es algo nuevo.

Mi abuelo me enseñó el mundo de los negocios y mi abuela lo relacionado con el hogar, entre una de ellas a cocinar, por alguna razón decidí prepararle algo para la resaca, cuando terminé me dirigí a la recamara. Al entrar ella estaba de pie, la luz de los ventanales la hacían lucir jodidamente provocativa. De un momento para otro la tomé de la cintura, pensando que ya no me rechazaría, que maldito imbécil fui, la actitud del millonario arrogante salió a flote y pues, … pasó lo que pasó.

¿Por qué estoy actuando así? – Cuestionarse a uno mismo es de gran ayuda. Sam es la única mujer que se me ha resistido, esta actitud se ira cuando la tenga en mi poder, así de sencillo.

...TOC TOC – Tocan la puerta....

Dejo a un lado la taza. Camino a la puerta y la abro.

-Charles, ¿qué te pasó en la cara?, no me digas. – Me da una pequeña risa de burla.

-Sí, es lo que te imaginas, ahora entra. – Nos dirigimos a mi despacho donde me entregan todo lo recabado.

-Este es el contrato de compra – Venta, junto con los planos y una bitácora del estado del edificio. También el informe de los últimos tres años.

Tomo los papeles y empiezo a revisarlos.

-La señorita Samanta vive en el quinto piso, departamento número 513. Paga una renta de 1000 dólares mensuales.

-Veo que el edificio es antiguo, año de construcción 1950. –Sigo leyendo.

-En la cafetería le pagan 825 dólares semanales, no tiene deuda alguna con ningún banco.

-¿Y su familia?

-Toma esto, son los estados de cuenta de su padre, los demás integrantes están limpios, por así decir.

Tomo los papeles y empiezo a leerlos.

-Yo ya estuve revisándolos, el padre sacó un préstamo hace siete años, a un plazo de cinco años, pero se ha atrasado en los pagos.

-¿Sabes el motivo? – Mis ojos no se despegan de los documentos.

-Sí, la granja, aproximadamente de cincuenta hectáreas, sufrió un grave incendio hace tres años, esto provocó la pérdida de toda la cosecha y la infertilidad del cincuenta por ciento de las tierras.

-Están al borde de perderla.

-Sí. El padre ha intentado obtener préstamos, pero les han sido negados, solo le dieron un corto plazo que está a punto de vencer.

-Dentro de dos meses. - Digo. - Bueno, ¿averiguaste más sobre ella?

-Está cursando el último semestre en la carrera de administración. Por su brillante desempeño consiguió una beca del 80%, cada semestre tiene que pagar dos mil dólares, junto con los gastos escolares.

-¿Su familia la apoya?

-Por lo que traté de investigar, le mandaba dinero suficiente para la escuela, pero después del incendio, tuvieron que reducir la cuota.

-En este momento se encuentra en un periodo vacacional, ¿verdad?

-Sí.

Tomo la calculadora y empiezo hacer cuentas.

-¿Qué haces?

-Sam solo trabaja en vacaciones, que difícilmente son mes y medio. Después de todos sus gastos, lo que sobra lo ahorra para su universidad. Su familia está pasando por una severa crisis financiera, … Lo tengo.

-¿Qué cosa?

-Incrementaré la renta a 15%, el pretexto será la remodelación del edificio. Haz llegar el aviso lo más pronto, los que no estén conformes se pueden ir. Con este incremento se dará cuenta que no podrá solventar sus gastos, si ella intenta mudarse, me aseguraré que no encuentre ningún lugar.

-¿Le cerraras las puertas?

-Sí. El banco WEST fue el que le otorgó el préstamo, ¿el Sr. Andrew sigue siendo el CEO?

-Sí, todavía.

Mi abuelo y él son muy allegados. - Alan, agenda una cita con el Sr. Andrew, si es posible mañana mismo.

-Ok …

Alzo mi mirada para ver a Alan, quien parece no está conforme con lo que he dicho. – Adelante, no te quedes callado. – Dejo a un lado los documentos.

-Compadécete de esa pobre muchacha, no le hagas la vida imposible más de la que ya la tiene.

-Sé perfectamente que esto no está bien, nunca humillaría a las personas, ni mucho menos trataría de arruinar su vida, no soy así.

-¿Entonces?, ¿Qué te pasa con ella?

-Hermano, no tengo la respuesta a tu pregunta.

...BI BI BI – CELULAR DE CHARLES....

Tomo mi teléfono, la llamada es de Alonzo. – Alan, dentro de diez minutos nos iremos a la empresa.

-Está bien.

Me levanto de mi silla y salgo de mi despacho. Camino lo más rápido a mi habitación para contestar.

*Contesta.

-Alonzo, dime, ¿todo bien?

-Charles, te llamo para despedirme. No tenía planeado regresar tan pronto, pero me necesitan en Sicilia.

Escuchar esto me provoca un dolor en el pecho. - Entiendo, volveremos otra vez a estar incomunicados.

-Sí … - Su voz quebradiza me indica que siente lo mismo que yo.

- Alonzo, dile a mamá y a nana que las amo y extraño.

-Lo haré. También dile a los abuelos que los extraño y que trataré de visitarlos.

-Cuenta con eso. Cuídate, espero volverte a ver.

-Eso espero … Adiós hermano.

-Adiós.

*Cuelga.

Tantos años de no saber de él, y que de un día para otro aparezca, despertó recuerdos que son difíciles de volver a dormir.

...HORAS DESPUÉS....

Las largas y pesadas horas del trabajo han llegado a su fin. Inesperadamente quiero ver a Sam antes de regresar a mi apartamento, aunque solo sea de lejos.

Conduzco y al llegar me estaciono enfrente, pero del otro lado de la calle. El edificio definitivamente reclama a viejo.

Su cuarto debe estar al lado izquierdo, quinto piso. Observo, hasta que doy con una pequeña ventana que debe ser la indicada.

Bajo del auto y me recargo en este, mirando fijamente ese punto. De repente unas pequeñas risas me hacen cambiar mi dirección, en la puerta del edificio están dos personas abrazadas y riendo mutuamente.

Esa silueta la he visto … trato de observarlos mejor y lo que veo me hierve la sangre. Mi Samanta está abrazada del cuello de un tipo y este la toma de la cintura.

Debo controlarme, no perder la cordura … A la mierda la cordura, ese hombre la suelta porque la suelta.

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